Entre circos y plebiscitos
En opinión de César Daniel Nájera Collado
No tengo mucho que decir. Simplemente espero que nadie cometa la barbaridad de equiparar la futura consulta impulsada por AMLO para “enjuiciar” a los expresidentes, con el reciente plebiscito chileno. Mientras una representa el movimiento popular y democrático ante la constitución promulgada por un gobierno militar y criminal, la otra se queda en una buena idea degenerada en torno a los caprichos de un cirquero. Sobra especificar cuál es cuál.
Tampoco hace falta, ni es eficaz, únicamente lamentarse de manera perpetua por el ya evidente sometimiento del Poder Judicial y Legislativo ante el Ejecutivo. Sobre todo en el caso de los legisladores, el voto popular definió la presencia de estos en el Congreso de la Unión. He aquí una de las debilidades de nuestro sistema democrático: no es un gobierno de los mejor informados, sino de la mayoría. Y en un país donde desde siempre la educación ha representado un privilegio, especialmente porque así lo ha dispuesto el poder, tampoco es difícil ser engañado. Por encima de todo, los motivos de una consulta que podría costar hasta 8,000 millones de pesos, son políticos, intentando maquillar una administración fracasada. Si de verdad nos importa la gente, luchemos por un país donde las personas tengan la posibilidad de informarse, y así, dejar de ser representados por hipócritas que poco les interesa el progreso.