Educación Inclusiva en la UAEM-El abandono escolar en comunidades indígenas del nivel: MADEI-UPN Medio Superior

Educación Inclusiva en la UAEM-El abandono escolar en comunidades indígenas del nivel: MADEI-UPN Medio Superior

Lo primero que hay que aclarar, es por qué si este espacio se le ha venido catalogando como “Inclusión Educativa en la UAEM” ahora aparece como “Educación Inclusiva: UAEM”. No se trata de un error en la denominación. Lo que sucede es que desde 2008 la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO en Ginebra, reunió a expertos en el tema de la Inclusión y se decidió que se denominara Educación Inclusiva y abarcara otros sectores excluidos. Es el caso de las mujeres, los pueblos originarios, las personas con discapacidad, la pobreza extrema (como son los migrantes, los niños en la calle y de la calle), la diversidad en la orientación sexual. El tema de la discapacidad se denominaba antes “Integración Educativa”, pero también tuvo algunas modificaciones importantes. Es el caso de que realmente no se atiendan por separado, ni en paralelo, sino en convivencia permanente con sus pares sin discapacidad. Por lo que se optó por denominar a la atención a la discapacidad “Inclusión Educativa”. Como la no discriminación a las mujeres y otras estrategias se le llama “perspectiva de género”, y al reconocimiento de las culturas originarias, se denomina “interculturalidad”,  y a las orientaciones sexuales diversidad sexual. A todo esto, incluido la discapacidad es “Atención a la Diversidad” y si es en el campo de la educación, Educación Inclusiva.

 

Entonces, cuando abordemos temas de educación con estudiantes con discapacidad, rotularemos: “La inclusión educativa en la UAEM”. Y cuando abarquen otros temas de diversidad educativa: “La Educación Inclusiva en la UAEM.

 

Comentaremos una investigación sobre el abandono escolar en una comunidad indígena del Estado que fue tema de una tesis de Maestría en Atención a la Diversidad y Educación Inclusiva. La presentó Leticia Cortés Cabrera. Ella la realizó en la Comunidad de Cuentepec.

 

La ahora Maestra Cortés, levantó una encuesta a los chicos de una escuela de Educación Media Superior que habían abandonado la escuela y que fueran bilingües, hablaban náhuatl y español. En dicha encuesta indagaba los motivos por los que habían abandonado sus estudios. De entre toda la muestra que levantó datos eligió 8 casos, al azar, para realizar una entrevista de profundidad para explorar al detalle las circunstancias en la que se vieron envueltos los chicos para no seguir sus estudios.

 

La investigadora empleó una metodología que ya había sido empleada para un estudio comparativo entre los Estados de Nuevo León, Morelos y Guerrero por parte del Dr. Anselmo Torres Arizmendi, Profesor Investigador de Tiempo Completo y egresado de la Universidad de Nuevo Mexico. Este método está registrado con derechos de autor como “Método Torres”. El mismo Dr. Torres Arizmendi proporcionó a la maestraeante dicha herramienta y asesoró su uso.

 

El propio enfoque del Método Torres no denomina “deserción” a este fenómeno, sino “abandono”.  El motivo es que el término “deserción” proviene del campo de la milicia. Y se emplea cuando un soldado o militar deserta de las filas del ejército. Y eso lo consideran una traición. La palabra desertor proviene de ahí. Pero es como si responsabilizáramos completa mente al alumno que se da de baja de la escuela. El abandono es más justo y menos prejuicioso. No siempre es el alumno el que abandona la escuela, porque cuando eso ocurre, ya antes la escuela ha abandonado al alumno a su suerte. Es un término en doble dirección, es ambiguo en relación de dónde está la carga del motivo.

 

Leticia encontró que la mayor parte de los motivos del abandono escolar en los jóvenes bilingües de Cuentepec, no son por motivos académicos directos; sino, precisamente, extra académicos. La mayor parte de carácter económico.

 

Y dentro de los motivos económicos es el desempleo súbito que le ocurre al sostén de la familia. Abandonando como hijo la escuela para ponerse a trabajar y cooperar con la familia. Cuando se les pregunta en la entrevista de profundidad a estos jóvenes indígenas si tienen dependientes económicos. Algunos responden que sí, que tienen dos. ¿Y quienes son estos dos? “Mi papá y mi mamá”. Es a la inversa de las zonas urbanas, donde los hijos  jóvenes son los dependientes, incluso, hasta los 30 años.