Observador político - En la silla de los acusados diputados del G15
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
El escenario político en Morelos está inmerso en una tensión palpable; mientras los reflectores se centran en los diputados de Morena, como Alejandro Martínez Bermúdez, Macrina Vallejo Bello y Paola Cruz Torres, la traición se ha vuelto la palabra de moda en el Congreso Local. La lucha por el poder económico y político así como la influencia parece estar en su punto máximo. Por lo tanto, los parlamentarios morenistas, al menos cuatro podrían debilitar los acuerdos de Juntos Haremos Historia y a la mismísima 4T.
TRAICIÓN Y DESAFIOS EN EL LEGISLATIVO.- Es innegable que desde hace algunos días la mirada desde Palacio Nacional se posa sobre Morelos, especialmente con miras a los comicios del próximo año; los movimientos y decisiones de los diputados de Morena no pasan desapercibidos, y aquellos que se han alejado del camino trazado por la Cuarta Transformación enfrentan una creciente ola de críticas y descontento por parte de sus compañeros de partido y, por supuesto, de su dirigencia y electores.
Lo que estamos presenciando en esta legislatura es una división suigéneris; a pesar de que Morena ostenta una mayoría en el Congreso local, la brecha entre sus miembros es evidente de ahí que cuatro diputados se alinean con la dirigencia estatal del partido y, en consecuencia, con el gobernador Cuauhtémoc Blanco, mientras que otro bloque de parlamentarios afirma pertenecer a la 4T pero respaldan en gran medida al G15, que no es más que el Frente Amplio por Morelos, una coalición que incluye principalmente a los partidos de oposición como: el PAN y PRI, ya que el PRD, en el Legislativo y en el estado, no cuentan con representación porque perdió su registro desde el año 2021.
En este escenario, los diputados en cuestión, que supuestamente son de Morena, han sido señalados de traición y de actuar en detrimento de los ideales de la 4T, entre los cuáles se encuentran: Alejandro Martínez Bermúdez, Macrina Vallejo Bello, Paola Cruz Torres así como Alberto Sánchez Ortega, los primeros tres quienes enfrentan incluso la posibilidad de ser expulsados de su partido por estas discrepancias y por acusaciones de corrupción y solicitud de "moches", especialmente en el caso de Martínez Bermúdez, quien enfrenta una denuncia penal.
A pesar de mantener un control económico y político en el Congreso del estado, las perspectivas de estos diputados de seguir viviendo del presupuesto público comienzan a estrecharse; el descontento entre la ciudadanía y sus propios compañeros de partido es palpable, y la lucha por el poder interno podría minar la fuerza de la 4T en Morelos.
¿QUE TANTO BENEFICIAN "LOS ALIADOS" A LA 4T? En el turbulento escenario político de Morelos, se vislumbra una batalla feroz por la gubernatura; empero, algunos nombres que han emergido en este proceso electoral son dignos de análisis entre ellos, destacamos al parlamentario Agustín Alonso Gutiérrez, quien ha alzado la mano para competir por la gubernatura bajo el estandarte del Partido Nueva Alianza. ¿Pero cuáles son sus posibilidades reales en esta contienda? Parecen insignificantes, considerando que pertenece a un instituto político que podría perder su registro en una elección tan concurrida como la que se avecina. A pesar de su liderazgo regional en el oriente de Morelos, parece poco probable que logre una victoria.
Curiosamente, se rumora que el PANAL busca una alianza con Morena, lo que plantea interrogantes sobre la coherencia de sus objetivos; mientras buscan apoyo en un frente, en el Congreso juegan en su contra, esta disonancia interna no hace más que subrayar la confusión que caracteriza a ciertos actores políticos en la actualidad.
Otro caso digno de mención es el de Tania Valentina Rodríguez Ruiz, líder del Partido del Trabajo durante dos décadas y ya tres veces diputada por la vía plurinominal en el Congreso estatal. Su interés es supuestamente la gubernatura pero está más a la espera de ser una mala copia de Gerardo Fernández Noroña para ver que alcanza y que le toca que en realidad competir por esa importante posición.
El dirigente nacional, Mario Delgado; el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y la candidata Claudia Sheinbaum están al tanto de lo que ocurre en el Congreso de Morelos con el fiscal, y esto podría marcar el comienzo de una serie de decisiones estratégicas en los que varios diputados saldrán raspados y porque ya están en el banquillo de los acusados.
En este contexto, es relevante recordar que recientemente, la titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Luisa María Alcalde, lanzó un fuerte crítica hacia las autoridades judiciales federales y en consecuencia, contra los legisladores locales por sus actos que reprueban. Dicha crítica se centró especialmente en el G15, que incluye a partidos como: el PAN, PRI, PT, PANAL, MC y un bloque de Morena; lo cierto es que el gobierno federal tiene información privilegiada y precisa sobre cada uno de ellos, desde sus nombres hasta sus acciones en el Congreso.
Un ejemplo de esto fue la votación "fast track" realizada por 15 diputados morelenses el pasado 4 de septiembre para evitar la sustitución permanente del fiscal, entre estos legisladores encontramos representantes de diversos partidos, lo que revela un juego político complejo y muchas veces opaco en el que se anteponen intereses partidistas sobre el bienestar de la sociedad.
En conclusión, el panorama político en Morelos es un reflejo de la complejidad y las contradicciones que caracterizan a la política en México, ya que mientras algunos líderes luchan por una posición que parece esquiva, otros negocian alianzas y se mantienen bajo el escrutinio constante de la administración federal; todo esto, en un contexto en el que los intereses partidistas a menudo se imponen sobre el servicio público y la transparencia, plantea serias preocupaciones sobre el futuro de la democracia en el estado.
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