El congreso y su circunstancia

En opinión de Mirna Zavala

El congreso y su circunstancia

A partir de este mes comienza el segundo periodo de sesiones del primer año legislativo en el Congreso del Estado. Mencionaré al menos tres coincidencias derivadas de los diferentes pronunciamientos públicos de los diputados: pluralidad, bien de Morelos y oportunidad de servicio, quizá puedan mencionarse más. Por lo pronto lo dejare en tres.

Efectivamente, desde hace ya al menos una década, la pluralidad ha sido el distintivo de las legislaturas, ha habido al menos representación de 8 partidos políticos cada periodo. De igual manera, los grupos parlamentarios mayoritarios han contado con cada vez menor número de diputados. Han ido quedando en el pasado los grupos parlamentarios dominantes por su número de legisladores. De modo que la evidencia empírica indica que el sistema político del congreso es plural no dominante. De ahí que para alcanzar fuerza política los diversos grupos y fracciones se alían también por diversas razones -ideología, propuesta política, perspectivas de amigo-enemigo, posición respecto al partido en el poder, entre muchas otras razones.

Con el paso del tiempo, y también influido por los cambios antropológicos, han perdido fuerza ciertos valores y principios que dan sustento y esencia a los sistemas plurales como el dialogo, la tolerancia, el respeto, la defensa de los derechos humanos, entre otros. Personalmente estimo que este repliegue que hacen los actores políticos respecto a los valores democráticos poniendo por encima una lucha por el poder y su conservación incide negativamente en el buen funcionamiento del poder legislativo.

El reconocimiento de la pluralidad hace posible entender que no me encuentro solo en una comunidad política y no puedo disponer de las instituciones como si no existieran otros actores e imponer una visión unilateralmente. La pluralidad hace posible que aparezca el “otro” con quien debo convivir y tratarlo como a un igual.

Recuperar esta característica esencial en un espacio democrático como es el congreso es fundamental para normalizar su funcionamiento, y su metodología no es otra sino el diálogo; si todos coincidimos en restablecer las condiciones para una sana convivencia política es urgente se establezcan las mesas de dialogo para destrabar en “entuerto”. Reitero mi disposición.

De las otras dos coincidencias comentare en la próxima columna. Un saludo cordial.

 

Mirna Zavala Zuñiga