Desterrar Violencia política contra las mujeres en razón de género (VPMRG) el desafío en 2025.

En opinión de Dagoberto Santos Trigo.

Desterrar Violencia política contra las mujeres en razón de género (VPMRG)  el desafío en 2025.

Mucho se ha cavilado en torno al belicismo contra la población femenina. Empero, los resultados son exiguos.

Investidas por el voto de la ciudadanía, una mujer constituyente o una municipalista simbolizan un avance democrático en términos de igualdad sustantiva y participación ciudadana.

Ni la ceguera es un impedimento para vislumbrar que NO existen categorías humanas. Sólo la intolerancia y los discursos maniqueos pretenden preservar las actitudes machistas, que laceran la armonía social. El Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, expresó: “El grado de civilización de una sociedad se mide por la libertad de la mujer”.

La mujer morelense es, culturalmente, tenaz, comprometida, librepensadora, madre de familia entregada, responsable y, sobre todo, perseverante. Esos son sus argumentos de defensa. En consecuencia, exige igualdad, empezando con el ejemplo. Por ende, tenemos que entender que, a partir del conocimiento de lo femenino, se puede estudiar y entender lo masculino.

La masculinidad y la feminidad se ubican en el mismo nivel de valores: la IDENTIDAD.

Se han suscitado avances en torno a la eliminación de la beligerancia hacia ellas. Sin embargo, el camino aún es largo y escabroso. Más allá de políticas públicas, se necesita un cambio drástico de perspectivas existenciales, que permita proscribir la discriminación y la misoginia.

Las estrellas fulgurantes, el viento, las olas procelosas del mar en la noche, el mediodía sereno y las ramas erguidas de un árbol tupido no admiten distinciones. Urgente, reiterar el llamado a la unidad y la cohesión antropológica. Tiene cabida el siguiente plañido: ¡Basta de las posturas intransigentes, que buscan la confrontación!

En el Instituto Nacional Electoral estamos sumamente convencidos de que el pensamiento y la creatividad no tienen exclusividad. Ahora, hemos sumado voluntades, liderazgo, esfuerzo y talento para ORGANIZAR UNA ELECCIÓN EXTRAORDINARIA COMPLEJA.

La reforma de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de septiembre de 2024, empoderó aún más a la ciudadanía. Fue un avance que no tiene parangón -en el siglo pasado y en el presente-. Su importancia es inaudita, puesto que:

 

1.- Democratizó a los tres poderes de la unión.

 

2.- Reconoció el liderazgo femenino, al otorgarle la mayoría de los espacios en las instancias juzgadoras:

 

ü  La Suprema Corte de Justicia de la Nación: 5 ministras (de 9).

 

ü  Tribunal de Disciplina Judicial: 3 magistradas (de 5).

 

ü  Tribunales Colegiados de Circuito: 2 magistradas (de 3).

 

ü  Tribunales Colegiados de Apelación: 2 magistradas (de 3).

 

ü  De igual forma, en los demás órganos jurisdiccionales en los planos regionales.

 

De esta manera, la voz de la mujer se escuchará con enorme fortaleza. Será determinante en la toma de decisiones en la nación.

El orden constitucional contemporáneo está dando impulso al rumbo democrático, rompiendo paradigmas ancestrales y regresivos. ¡Se puso un HASTA AQUÍ a la misoginia política! La máxima magistratura del país está ocupada por una mujer.

Por eso y más, se equivocan quienes han descalificado esta realidad inobjetable y progresiva. Las y los ciudadanos somos responsables de las decisiones -conscientes e informadas- que emitimos en las urnas.

El sentido republicano ya es integral. El voto popular, desde ahora, elegirá a los tres poderes. El 1 de junio, de manera parcial (881 puestos) y, en 2027, la totalidad del Poder Judicial.

Asimismo, durante este proceso electoral extraordinario, el papel de la mujer será trascendental en diferentes posiciones:

 

1.- Como supervisora o capacitadora asistente electoral.

 

2.- Como funcionaria de casilla, en la que habrá de: SALVAGUARDAR EL SUFRAGIO DE LA CUDADANÍA.

 

3.- Como consejera electoral, desde donde velará por la pulcritud y la transparencia de la contienda.

 

4.- Como observadora electoral, en que podrá ver cada una de las fases de la justa cívica.

 

5.- Como ciudadana, cuyo veredicto, que deposite en las urnas el 1 de junio, coadyuvará (como ya lo mencioné con antelación) a conformar, por primera vez en la historia de México, el Poder Judicial de la Federación.

 

6.- Como candidata.

 

7.- Y, al final, como ministra, magistrada o jueza, que salga legítimamente electa.

 

El aporte femenino no tiene confines: es insoslayable. Por esa poderosa razón, es un deber ineludible de autoridades, organismos comiciales y la sociedad en su conjunto, defender -casi a ultranza- sus derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social y cultural. Poniendo la tilde en la mujer indígena, que históricamente ha sido segregada.

He de enfatizar que la violencia basada en el género es una forma de separación, que inhibe la habilidad de las mujeres. Esto es inconcebible en una sociedad democrática, que basa sus ideales en el desarrollo igualitario y la auténtica sororidad, sin limitaciones de ninguna especie. La escritora chilena, Isabel Allende, dijo, tajante: “Un hombre hace lo que puede, una mujer hace lo que el hombre no puede”.