Cuando sea demasiado tarde… - Sobreviviendo la pandemia

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - Sobreviviendo la pandemia

 

            Llevo tres o cuatro días encerrado. Pedí el súper a domicilio, y muy en contra de mi voluntad trajeron unas cuantas cervezas, quesque para sobrevivir a “la calor”. Yo no sé si lo han notado, pero el dólar está llegando a los 25 pesos, dicen que el barril de petróleo está a 15 dólares, y el litro de gasolina está a 15 pesos. No he salido, y no tengo intenciones de salir; estoy en constante comunicación con mi familia, pero las restricciones son absolutas. ¿Qué es lo que me da miedo? Que el resto del mundo está aterrado con la pandemia, y el presidente saca sus estampitas para cuidarse de… de… ustedes disculpen. Yo nunca fui muy fan de López Obrador, pero sí tenía toda la intención de darle una oportunidad. A manera de pasatiempo, he estado conversando con varios amigos y conocidos sobre cuál es el presidente más incompetente que este país ha tenido en los últimos 30 años, y no hay a quién irle. Yo creo que López es para mí el más decepcionante, pero tal vez sea porque es el que tenemos actualmente. Aunque debo de admitir que para mí, eso de las estampitas protectoras está exactamente al lado de “Chávez me habló a través de un pajarito”.

            Aquí en Morelos está la cosa también pintoresca. No me he enterado muy bien porque ya no estoy en capacidad de soportar tanta desfachatez, pero supe que hicieron un operativo “Rollitos Primavera” para ver si el segundo al mando en gobierno del estado anda o no metido en negocios sucios. Unos dicen que sí, otros dicen que no. El caso es que nadie separó al señor de sus funciones para ver si sí o si no, él dijo que no tenía nada que temer y pues ahora con la contingencia creo que ya no va a pasar nada en ese respecto, si es que iba a pasar desde un principio. El nivel de incompetencia, ineptitud, corrupción, desfachatez y cinismo en la política  ha llegado a un estado en el que simplemente ya no tendrá vuelta de hoja. Ésta será la tónica de ahora en adelante y lo que podemos esperar del pelmazo en turno y de los siguientes que vayan a venir.

            ¿Qué procede? Seguir trabajando, tengo mucho que escribir. No estoy seguro de poder cumplir con la entrega de mi siguiente libro por los temas editoriales, pero tengo mi columna semanal, dos manuscritos de artículo científico a medio hacer, dos artículos rechazados, mi novela de historias cortas, y lo que resulte de aquí a allá. Marcelo Ebrard anunció que cooperaríamos con las restricciones en las fronteras, pero no dijo nada sobre las declaraciones de Donald Trump sobre limitar los vuelos de Europa. ¿Cómo les enseño a mis estudiantes que lloriquear y mentir no son una forma de trabajar, cuando las personas importantes son las primeras en decir sandeces, estupideces, y falsedades en general? ¿Ya no hay nadie que se atreva a decir una verdad por el puro honor de decir algo que es verdadero? Ahora todo es cuidarse de lo que dices porque hay que cuidarse de lo que la gente entiende porque hay que cuidarse de lo que la gente sabe porque hay que cuidarse de lo que se dice de lo que dijiste cuando no te cuidaste de decir lo que dijiste.

            Insisto en que la verdad ha muerto, y somos nosotros los que la matamos.

 

*Facultad de Psicología

Universidad Autónoma del Estado de Morelos