Cuando sea demasiado tarde… - Psicología de la Movilidad
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Excelente fin de semana, apreciado lector. Hemos llegado nuevamente al fin de semana, y hemos terminado con el décimo mes del año. Ya sólo cinco semanas más al semestre y nueve para el final del año. Esta semana no estuvo carente de eventos interesantes e importantes en este país en el que todos los días pasan cosas, pero en el fondo es más fácil hacer de cuenta que no pasa nada. El tema de la semana fue el huracán “Otis” que hizo trisas la costa de Guerrero, principalmente en la zona del puerto de Acapulco, pero no exclusivamente a ella. Gran parte del circo mediático se ha concentrado en la zona turística de tal puerto, y muchos actores políticos y gobernadores y whatnot mandaron convoys de ayuda humanitaria para apoyar en el rescate y reconstrucción, cosa que alabo. Sin embargo, siento que toda la actividad mediática se concentró en los hoteles de lujo del puerto, principalmente el hotel Princess, al que no le va a caer nada mal cobrar el seguro para remodelar sus instalaciones pues la última vez que estuve ahí fue como regresar a 1990 con las teles de cinescopio. El López hizo como que fue, y luego hizo como que no llegó, caminó un ratito por el fango, y al día siguiente salió en su mañanera a decir que era el mejor presidente del mundo. Lo que no encontré fue noticias sobre las comunidades, parece ser que hasta allá no llegó la noticia. Como siempre, si encuentra usted alguna, le ruego me la haga llegar para verla.
Esta semana me tocó mi primera ponencia magistral por invitación en el XXIX Congreso Mexicano de Psicología de la Sociedad Mexicana de Psicología, en el cual expuse mi trabajo sobre la Agresividad Vial y cómo la Psicopatía Subclínica y los bajos niveles de empatía que se viven en la sociedad componen la nueva patología de la vida moderna. El trabajo fue recibido con agrado, el salón estaba lleno, y al final varios estudiantes y colegas se quedaron a conversar conmigo. Hasta se vendió uno de los libros de Agresividad Vial que se publicaron el año pasado. Muchas gracias al Dr. Raúl Alcazar Olán por su amable invitación, y muchas felicidades a él y a todo el equipo del congreso por organizar una cosa de estas. Recordarán que hace un par de años me tocó organizar el Primer Congreso Internacional de Psicología en Morelos (aquí la liga, por si lo quieren ver https://tinyurl.com/3n5xh499) y definitivamente es una gran labor concretar reuniones masivas de esta naturaleza, y eso que nosotros la hicimos meramente online. Me tocó trasladarme a la ciudad de Puebla (y poder comer tacos árabes) y visitar la Universidad Iberoamericana, pues hacía mucho que no pasaba por ahí.
Seguimos con la idea de explorar el mundo de las motocicletas, en estas semanas terminamos el proyecto de agresividad vial en motociclistas y su relación con la falta de empatía, y con eso creo que estaremos cerrando el año. Falta que salga publicado el siguiente libro de la línea de Supervivencia Vial, el corrector de estilo ya se tardó bastantito en la labor, pero ya saben cómo son estas cosas. Una cosa que aprendí de esto de las motocicletas es que efectivamente, hay que tener una cierta cantidad de frialdad en la sangre para hacerlo, y agradezco infinitamente a todas las personas que se hicieron partícipes del anuncio de que adquiriría una motocicleta. Creo que, por un lado, tengo amigos muy locos que sí disfrutan de esta actividad en grado extremo, y por el otro hay mucha gente que me aprecia en gran medida y se encuentra en total desacuerdo con tal noción. Yo sé que hay muchos que se preocupan por mi bienestar (empezando por mi mamá, ¡no te enojes Jefa!), pero el interés de tal acción es meramente científico. Al final de cuentas, así es como se vive la ciencia: en la calle, en la carne.
Seguiremos explorando el tema durante las siguientes semanas, porque la investigación no ha muerto, pero depende de nosotros que la llevemos hasta donde podamos.