Cuando sea demasiado tarde… - Psicopatía Subclínica en la Movilidad

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - Psicopatía Subclínica en la Movilidad

Buen día, apreciado lector. Henos nuevamente por aquí, sobreviviendo el fin de las no-precampañas para dar paso al inicio de las precampañas, ¿supongo? El corcholatas contra taparroscas en 3 asaltos sin límite de tiempo se disputará entre la señora que cruza los dedos y la señora a la que le dieron un palo. Vaya usted haciendo sus apuestas, que como siempre nos va a tocar elegir entre los menos peores, con la diferencia de que el siguiente presidente de México será mujer. Personalmente creo que es bueno, ya ha pasado por ahí tanto hombre que merece la pena intentar algo diferente, y en definitiva toca el tiempo a las mujeres ocupar posiciones de autoridad. Quién sabe, igual y hasta mejora un poco la cosa (que no creo, pero no porque sean mujeres).

            Estas semanas estoy empezando a trazar los proyectos que estaré ejecutando en los siguientes meses, ya les presenté un poco del de comportamiento agresivo en motociclistas, que ya tiene varios días surcando las redes sociales, y la semana que viene comenzamos con el lápiz y papel para no depender sólo del acceso a internet. Otro proyecto, derivado de la misma línea de investigación, comienza a trascender un poco al comportamiento agresivo en conductores de autos particulares, para aterrizar en una cosa que se denomina “Psicopatía Subclínica”. Tenía la sensación de que estaba encontrando algo verdaderamente nuevo, pero mi arrogancia se esfumó cinco minutos más tarde al descubrir que ya existe la noción y hay bastante trabajo ya hecho al respecto, sólo que no en automovilistas.

            ¿Qué es la Psicopatía? El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su versión 5 alojó a la Psicopatía en una cosa que se llama el Trastorno Antisocial de la Personalidad, el cual se define como un vendedor de hules profesional. Mentir, robar, sacar ventaja, engañar, estafar, etc. La característica principal de tal fenómeno es una incapacidad absoluta de sentir la más mínima empatía en ninguna circunstancia. Así, cero patatero. Por eso lo pusieron en los Trastornos de la Personalidad, porque la empatía es parte fundamental de lo que sea que nos haga ser seres humanos, y la carencia de ella nos hace comportarnos de una manera muy diferente y que no es muy socialmente aceptable. Es de los pocos trastornos que no tienen tratamiento, pues el elemento principal de todo proceso psicológico o psicofarmacológico requiere de la voluntad del paciente, y yo no veo cómo vamos a convencer al Chapo Guzmán que la sociedad no está muy de acuerdo con lo que hace y que de ahora en adelante se tendrá que dedicar a guardar víveres en bolsas de plástico en la caja registradora de un supermercado.

            Pues bien, si trabaja usted por las mañanas en la gloriosa UAEM o a lo largo de avenida universidad, habrá notado que los miércoles el tráfico se pone más pesado de lo normal. Desconozco cuál sea la causa, pero la lógica indica que hay más tráfico porque hay más gente, tal vez porque sea mitad de semana más personas acuden a la universidad a atender sus menesteres, en comparación de un lunes o un viernes. ¿A dónde voy? Que las filas se hacen interminables y la paciencia se vuelve escaza. ¿Ha presenciado usted a esos amables y elegantes ciudadanos cuernavacenses que disfrutan de evitarse las filas y meterse hasta adelante? Pues se deriva de que dichos conductores consideran que sus prioridades son más importantes que las de los demás, y por lo tanto con su permiso, obviando por completo el hecho de que todos tenemos prisa y todos vamos a llegar tarde, y eso no es escusa para no respetar las convenciones sociales. In short, dichos conductores tienen niveles inferiores de empatía que aquellos conductores que sí son dados a respetar las filas. Por lo tanto, un psicópata de carácter subclínico, derivado de que las pérdidas de bienestar que ocasiona para beneficiarse no le significan grandes consecuencias, lo que además le refuerza su comportamiento nefastito.

            Así que señora, si su esposo es de aquellos conductores que no sienten la necesidad de respetar las filas por considerar que las filas son para inocentes, es altamente probable que sea un psicópata subclínico, lo que se tendría que manifestar en otras aristas de su vida como lo familiar o lo laboral, y se deriva de que posee una capacidad inferior de sentir empatía en comparación con el promedio de personas. Sugiero estar un poquito más al pendiente, porque si no siente empatía por otros conductores, es posible que tampoco sienta mucha empatía por usted o su familia.

            Porque la movilidad no ha muerto, pero nos está diciendo mucho de quiénes somos como sociedad, y a dónde vamos a parar con ello.