Serpientes y escaleras - La muerte de los negocios

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - La muerte de los negocios

Sucede una y otra vez: las balaceras cobran vidas y matan la vida nocturna de la ciudad.

 

La muerte de los negocios

La pandemia afectó la economía mexicana y en Morelos provocó el cierre de cientos de negocios que daban trabajo a miles de personas. El covid, empero, no es el único mal que afecta al empresariado local, la delincuencia y los grupos criminales son desde hace varios años un cáncer que carcome la riqueza y provoca el cierre definitivo de empresas y comercios. ¿Qué hacen ante ello las autoridades?

El problema afecta por igual a grandes y pequeñas empresas, pero se ha acentuado en negocios cuyo giro incluye la venta de bebidas alcohólicas; desde hace años Cuernavaca ha sido escenario de ataques armados a este tipo de locales y la historia siempre termina igual: los agresores huyen y los comercios cierran.

Lo ocurrido la madrugada del lunes en un bar de la avenida San Diego no es insólito: sujetos armados llegaron al lugar y atacaron, un elemento de seguridad resultó herido y aunque minutos después la policía llegó al lugar y acordonó la zona, no se detuvo a nadie.

Los hechos son similares a los que tiempo atrás vimos en negocios de la avenida Río Mayo, Teopanzolco y en otros puntos de San Diego; algunas veces las balaceras ocurren dentro de las instalaciones, otras vienen de fuera y constantemente hay que cuantificar la pérdida de vidas humanas.

Varias veces hemos visto florecer plazas a partir de este tipo de negocios; recordemos que hace algunos años Plaza Marina estaba llena de restaurantes y bares que cada fin de semana eran abarrotados por cientos de personas, jóvenes en su mayoría, que disfrutaban estos espacios de diversión y entretenimiento. Todo iba bien hasta que comenzaron los ataques armados: hubo muertos y poco a poco el edificio fue quedando vacío. Hoy después de un lustro de los últimos hechos de violencia el lugar sigue semi desierto y continúa sin poder recuperarse.

Lo mismo pasó a una pequeña plaza ubicada en Rio Mayo: el lugar estuvo lleno y con mucha vida nocturna hasta que comenzaron las agresiones: primero en Casa Bacacho y luego en Calipso. La sangre derramada en estos negocios y las amenazas de los grupos de la delincuencia terminaron por aniquilar ambos negocios. Esta situación se repitió en la plaza Casandra de San Diego: primero balearon un bar denominado Antalya y luego repitieron la dosis al negocio Barbosa; en ese lugar estaban otros negocios de giros distintos que tras los incidentes delictivos cerraron.

Los ataques contra negocios de este giro son comunes, por eso los bares no duran mucho; lo que ocurre antes y después de los ataques no es claro, se especula que son acciones cometidas por la delincuencia organizada contra empresarios que rehúsan pagar derecho de piso o consecuencias porque existe algún tipo de relación con grupos criminales. Todo es especulación porque ninguno de los afectados se atreve a hablar o no vive para contarlo; después de las agresiones simplemente bajan las cortinas y los bares desaparecen.

Lo que pasó en la cervecería La 29 puede ser el principio del fin del lugar, hasta el momento no hay explicación sobre lo ocurrido, aunque las autoridades de seguridad refieren que, como siempre, se trató de un ataque directo. Este negocio parecía exitoso, siempre estaba lleno y de un tiempo a la fecha se había convertido en el lugar predilecto de muchos jóvenes. Después del ataque la historia se puede repetir: la gente dejará de ir y una fuente de empleo más cerrará.

Anticipar un atentado como estos es imposible para cualquier autoridad porque se trata de ataques directos, bien planeados que siempre toman por sorpresa a todos. Incluso para la detención de los agresores la historia es compleja porque hay pocas las cámaras de video vigilancia y los afectados se rehúsan a presentar cargos. ¿Qué hacer entonces?

La respuesta a esta interrogante es compleja y seguramente ni la propia policía lo sabe; el tema es escabroso porque por un lado se habla de actos de extorsión en diferentes modalidades y por otro se refieren relaciones peligrosas de los dueños de los lugares. Al final lo que queda es un abrir y cerrar de negocios y la mutación constante de la vida nocturna en la ciudad.

Lejos quedaron los tiempos en los que Cuernavaca era el paraíso de la diversión nocturna, el lugar al que cada fin de semana acudían miles de visitantes, principalmente de la Ciudad de México, porque aquí se encontraban muchas discotecas, algunas de ellas de las mejores del país. Poco a poco la historia comenzó a cambiar no solo por la incidencia delictiva, sino porque también las costumbres y la cultura de las nuevas generaciones se modificaron: las discos desaparecieron y en su lugar proliferaron los bares y las chelerías.

Hace algunas semanas el presidente municipal de Cuernavaca hablaba de la importancia de supervisar el buen funcionamiento de este tipo de negocios para reducir la incidencia delictiva; el proceso empezaba por la verificación del cumplimiento de todas las normas e incluía acciones preventivas constantes.

En la zona metropolitana del estado, lo mismo que en varios municipios de la entidad se han multiplicado los lugares donde venden bebidas alcohólicas, algunos están bien establecidos, pero la mayoría en espacios apeas son acondicionados para que la gente se siente y beba. En estos últimos existe una duda coloquialmente comentada: la cerveza se vende a muy bajo precio, a veces al costo ¿Si no hay ganancia por la venta de alcohol cuál es el negocio?

El reto para las autoridades de los tres niveles de gobierno en este tipo de situaciones es enorme, porque genera pérdida de vidas humanas, afecta la economía y provoca la pérdida de empleos.

Lo de La 29 no es una situación nueva y seguramente no será la última que veamos; hechos como estos se han vuelto comunes y por ello la sorpresa que provocan las balaceras dura apenas unas horas. El tema, empero, es muy grave y debería obligar a los gobiernos a revisar esta situación más allá de la sangre, porque es notorio que siempre atacan este tipo de giros.

La indolencia oficial ante este tipo de cosas es tan grave como los hechos mismos.

  • posdata

La semana inició con una balacera en la cervecería La 29 de la colonia San Diego de Cuernavaca; los hechos dejaron un herido con arma de fuego. Sobre lo ocurrido hay dos versiones: las que afirman que se trató de un ataque directo contra el lugar y la del alcalde capitalino en el sentido que se trató de un “pleito entre parroquianos”.

Un día después se reportó otro ataque armado, esta vez en una papelería de la colonia Antonio Barona; aquí fue un robo que culminó con el asesinato de una mujer de la tercera edad. Hasta el momento de escribir esta nota el gobierno municipal, como siempre, no se había pronunciado al respecto.

En ambos casos corresponde a las autoridades de la Fiscalía General de Morelos determinar qué fue lo que ocurrió y continuar con el proceso de investigación para identificar y capturar a los culpables, aunque esto último rara vez ocurre. Lo que personalmente me llama la atención, además de la violencia que se ha vuelto común en nuestra ciudad, es la manera apresurada como el alcalde José Luis Urióstegui declara y se equivoca. Explico:

Tras la balacera en Plaza Fórum el edil capitalino informó en sus redes sociales que, de acuerdo con información que le había proporcionado la secretaría de seguridad pública municipal, un robo dentro de un establecimiento provocó que los elementos de seguridad privada de la plaza persiguieran a los presuntos ladrones e hicieran disparos al aire.

La versión del edil fue desmentida por todas las demás autoridades y por el mismo centro comercial: ni hubo robo, ni persecución, ni disparos por parte del personal. Este lunes al ser cuestionado sobre lo ocurrido en el bar de San Diego el munícipe se volvió a equivocar: dijo que fue un enfrentamiento entre clientes y remató: este tipo de situaciones no afectan la imagen de la ciudad. Según la FGE y versiones de testigos, fue un ataque directo.

No tengo duda que las declaraciones del presidente municipal derivan de la información que le proporciona su jefa de policía, luego entonces porqué en dos ocasiones consecutivas José Luis Urióstegui ofrece información falsa o errónea ¿Acaso eso es lo que le reporta Alicia Vázquez Luna?

El problema de inseguridad y violencia en el estado es inocultable y Cuernavaca no es la excepción; la lucha contra los grupos criminales para alcanzar la pacificación del estado implica un esfuerzo multifactorial que invariablemente debe incluir un buen manejo de comunicación.

El problema en esta, como en todas las demás áreas del ayuntamiento, es que el municipio no informa. Lo peor: la secretaria Vázquez Luna es valiente y hasta donde se sabe, honesta, pero carece de empatía social, es agresiva en su trato, vive de mal humor y le resulta imposible comunicarse cordialmente con la ciudadanía.

Todos los puntos a favor que tiene la dama se pierden por su incapacidad para transmitir mensajes. Pronto nadie se acordará de sus virtudes.

  • nota

Nuevamente el gobernador Cuauhtémoc Blanco se sentó con los diputados locales, ahora con todos los que conforman la legislatura 55. La reunión fue cordial y se dijo, para trabajar en unidad por Morelos.

La imagen del encuentro se difundió rápidamente, ahí se observa a todos sonrientes, como si entre ambos poderes nunca hubiese pasado nada.

Lo llamativo de este encuentro no radica en lo que se abordó, ni siquiera en los temas que contempla la agenda parlamentaria del próximo año. Lo valioso es que por primera vez en lo que va de la actual legislatura se reúnen todos los representantes populares con el jefe del ejecutivo y se percibe un ambiente distinto, relajado y sin agresiones mutuas.

Por supuesto que es importante que ambos poderes revisen los pendientes en la agenda del estado, pero visto lo que ha ocurrido en el pasado reciente, lo primero es que diputados y gobernador dialoguen.

Esta reunión debió haberse realizado antes, desde que inició la legislatura, pero los operadores políticos anteriores no pudieron ni quisieron impulsar este acercamiento.

Esta reunión representa otra estrella para la jefa de la gubernatura.

  • post it

Los jefes policiacos están sujetos al escrutinio público y de cuando en cuando son objeto de señalamientos; las narcomantas se han convertido en mensajería característica de la delincuencia, aunque a veces las copian personajes con la intención de lastimar a alguna autoridad, simulando representar a este tipo de grupos.

La reacción ante este tipo de recados siempre es la misma: los uniformados llegan al lugar, toman fotografías, notifican a sus superiores, retiran las mantas, las resguardan… y filtran las fotos a la prensa o a través de las redes sociales.

Una y otra vez se leen acusaciones contra jefes policiacos, autoridades civiles y hasta representantes populares; el término de narcomantas es porque los primeros escritos eran en mantas o en cartulinas hechas a mano, generalmente con faltas de ortografía y firmadas por algún grupo criminal. Hoy todo se ha modernizado: los recados se mandan imprimir en lonas similares a las que utilizan los gobiernos y los políticos, se cuida la ortografía, la sintaxis y a veces se les incluyen imágenes.

Los destinatarios de estos anuncios son de todo tipo, pero casi siempre se trata de alguna autoridad; en algunos casos se denuncian redes de protección o complicidad, supuestos vínculos con la delincuencia organizada o acuerdos incumplidos. En los casos menos agresivos solo se trata de palabras, pero de cuando en cuando las narcomantas aparecen acompañadas de restos humanos.

¿Qué tan ciertos o reales son estos dichos? Solo las autoridades lo saben: ellos resguardan los comunicados y omite hablar de ellos.

La destinataria de las últimas narcomantas en Cuernavaca es la secretaria de seguridad Alicia Vázquez Luna, la misma que hasta hace poco siempre daba por válidos este tipo de mensajes dirigidos a las autoridades estatales.

Obvio: no es lo mismo ser borracho que cantinero.

  • redes sociales

¿Qué tan importante es el control del consejo de Morena de cara a las siguientes elecciones? Mucho: tener el partido a su servicio es lo que ha permitido a Rabín Salazar y asociados colocar a sus incondicionales en las mejores posiciones.

De eso hablaré el viernes.

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