Cuando sea demasiado tarde… - Política a la Mexicana
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Henos aquí nuevamente, apreciado lector. Llegaron los días santos y con ello el caos de las vacaciones. De verdad hay personas que sólo tienen este puente largo para poder disfrutar de algo que medianamente se asemeje a unas vacaciones, por lo que lo invito a que, si no lo ha hecho aún, se traslade a Acapulco para vivir la experiencia antropológica de un fin de semana santo en el puerto más importante del estado de Guerrero. Encuentro harto entretenido observar los reportes de tráfico de todos estos días, porque el jueves la autopista del Sol se pinta de un color rojo casi desde Tres Marías hasta Xochitepec, y el domingo desde Burgos hasta casi la caseta de Tlalpan. He sabido de personas que se han llegado a hacer 8 horas desde el puerto hasta la ciudad. Personalmente opino que el mejor lugar para pasar estas fechas es en la Ciudad de México, puede usted visitar el Museo Nacional de Antropología e Historia, o el Museo Soumaya, y encontrará una mínima afluencia. De hecho, acabo de revisar el reporte de tráfico, y la totalidad de la ciudad se encuentra en verde.
Esta semana ocurrió un hecho muy particular, uno del que no conocía nada. Me declaro completamente ignorante al respecto del escenario político del estado de Guadalajara. Hace más de una década visité San Juan de los Lagos y quedé profundamente ofendido al encontrar que la catedral que ahí se encuentra tiene en un costado tres ventanillas que cuentan con sendas terminales bancarias y un gran letrero por encima que sostiene que ahí es el “Limosnario.” Entiendo que hasta la iglesia tiene que vivir de algo, ¿no? Pero eso ya me parece un exceso. El caso es que esta semana sonó por un día y poco más el suicidio del exrector de la Universidad de Guadalajara, el Lic. Raúl Padilla López. Me llamó mucho la atención que el hecho fuera tan sonado, y me di a la tarea de investigar las particularidades de tales circunstancias, y por supuesto, apreciado lector, las comparto aquí con usted. Insisto en que hasta la fecha yo no conocía nada del hecho, por lo que aplica el yo no sé, yo no vi, yo no fui, a mí me dijeron, es más, yo ni estaba. No me voy a deshacer en citas porque no me van a alcanzar los caracteres, pero no se requiere de mucho más que un ordenador con acceso a internet para localizar los hechos que aquí le presento. Como siempre, apreciado lector, la última palabra la tiene usted.
El primer hecho que me salta es que su progenitor también encontró el mismo destino. Aparentemente, su padre, quien también fuera Rector de la UdG, se quita la vida frente al hijo y su asistente, me parece que en la oficina de la rectoría, con una pistola que mantenía en un cajón del escritorio. ¿Qué tal? Buen día, pum. La puerca tuerce el rabo cuando el hijo se convierte en lo que el presidente López llama un “cacique universitario”, lo que sea que eso sea. Sí veo argumentos al respecto de que el Lic. Padilla hijo liderea el grupo que mantiene el control de la universidad por más de tres décadas, pero insisto en que de este tema yo no conocía nada.
Sucede que, siguiendo los pasos de su padre, dicho individuo también se quita la vida, aunque las circunstancias no quedan muy claras. Encontré versiones que sostienen que lo hizo hasta con la misma arma con la que el padre se envía para el otro Laredo, Texas. No soy perito y no me invitaron al levantamiento de la escena del crimen, pero sí noté una cosa, empezando por el López. Le dedicó un rato del Show de la Mañanera para señalar que era un cacique, y los conservadores y los neoliberales y la misma basura de siempre. Luego, recorriendo las noticias, encontré que varios de los medios principales del país también le dedicaron un espacio a sostener el mismo cuento, que el señor controlaba la mafia académica por aquellos lares y ¿qué cree usted? Se suicidó. No habrá aguantado la presión. Al parecer el conflicto trascendía las paredes de la universidad y tocaba a varios partidos políticos y uno que otro exgobernador, por lo que voy a sostener que el señor se quito la vida porque tuvo la precaución de no viajar en helicóptero.
Creo que este hecho anuncia oficialmente el inicio de la campaña electoral rumbo al 2024, en el que se juegan varias gobernaturas y la silla grande de este país. Supongo que en algunos meses habrá que contabilizar los políticos suicidados (porque los muertos mundanos diarios ya no sorprenden mucho), a ver a cuántos llegamos en los siguientes doce meses. Por lo demás, le mando un saludo a El Hijo del Santo que le dio «me gusta» a una arroba que le hice en Twitter porque era jueves, Santo, y a ver qué noticias nos trae la siguiente semana.
Ya ve usted que la política mexicana no ha muerto, y para mantenerla viva se inventaron una cosa que supuestamente llaman democracia.