Cuando sea demasiado tarde… - Comportamiento Agresivo en Motoclistas

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - Comportamiento Agresivo en Motoclistas

Buen día, apreciado lector. Qué gusto verlo nuevamente por aquí, pásele a lo barrido que esta semana estuvo bastante interesante. Como parte de mi línea de investigación principal, denominada “Agresión y Violencia,” comenzamos a desarrollar una nueva arista: los conductores de motocicleta. Ya exploramos la agresividad vial en conductores de autos particulares, justo publicaron un estudio realizado por un equipo internacional de colegas de cinco países diferentes coordinado por su servidor, en el que se explora tal fenómeno (Dorantes-Argandar, et al. 2023), además de la vertiente de la ausencia de relación entre el comportamiento antisocial y el uso de videojuegos (no, los videojuegos no convierten a los niños en sicarios, si fuera así, los sicarios los usarían para entrenar a los nuevos reclutas).

            Pues bien, su servidor, junto con un colega muy cercano, emprendimos el camino de construir un instrumento de evaluación psicométrica para determinar cuáles son los comportamientos agresivos que realizan con mayor prevalencia los motoclistas. Mientras escribo estas líneas no puedo evitar sonreír por todo lo que aprendimos del tema en la periferia de la realización del estudio. Ya concluimos la primer fase, la validación del contenido, para proceder a la validación de constructo y tener ya la escala con las propiedades psicométricas determinadas, que es la fase que comenzamos esta semana. Si gusta usted participar en dicho esfuerzo, puede acceder a él en la siguiente liga: https://tinyurl.com/d9hx2mf7 que lo llevará a un Google Forms donde alojamos el estudio.

            Pues bien, lo primero que aprendí es que su servidor es un “enlatado,” puesto que al parecer los motociclistas no ven con buenos ojos que se mencione la posibilidad de que alguno de ellos pueda ser agresivo, mucho menos por alguien que no conduzca motocicleta (aunque la realidad es que esperamos que sólo el 10% de los conductores lo sea, pues es la prevalencia que encontramos entre nosotros los enlatados). Dado, su servidor tiene amplia experiencia operando un vehículo de cuatro ruedas (hence, “enlatado”), y prácticamente ninguna operando uno de dos. Sigue vigente el proyecto de la cuatrimoto, esta mañana pude observar una columna de vehículos off-road que subieron por avenida Universidad, supongo que pretenderían subir a la reserva al norte de Chamilpa City, y me sentí como un niño con una sonrisa de oreja a oreja. Sin embargo, consideré pertinente incorporar a mi equipo de trabajo a personas que sí sean conductores de motocicleta y tengan experiencia en el tema, puesto que esto de la tradición académica y la insuficiencia de experiencia se resuelve como los elefantes y las telarañas.

            Hasta ahora, lo que hemos observado es que hay una gran laguna de pensamiento entre los conductores de motocicleta y el resto de la ciudadanía, pues muchos de los comportamientos identificados como agresivos en la primer fase del estudio, no se consideran como agresivos por algunos de los usuarios mismos de motocicleta. Por ejemplo, muchos me han manifestado que rebasar por la derecha o circular entre los vehículos no es agredir a los demás, cuando muchos de los demás usuarios de las vías así lo percibimos. De todas formas, en caso de no ser comportamiento agresivo, sí es de naturaleza antisocial, puesto que el reglamento de tránsito claramente estipula que no se deben de realizar, y como siempre y por encima de cualquier argumento, la movilidad es de todos y no sólo de unos cuantos. En unas semanas realizaré un taller de Supervivencia Vial para conductores de autos particulares, tal vez habría que hacer uno para conductores de motocicleta con énfasis en la educación vial, pero tal menester se lo dejaré a mi colega que sí tiene experiencia conduciendo motos.  

            Vamos a recopilar datos durante un par de semanas, a ver qué tal nos va y en cuántos países logramos recolectar con suficiencia, para luego buscar darle forma a las cosas. Lo que sí me queda claro es que encontramos una veta muy rica en información al respecto del comportamiento agresivo en la vialidad: el no considerar que se es agresivo, mientras que aquellos que rodean al conductor sí lo perciben como tal. Ya les estaré contando por aquí los resultados del estudio (y si sobreviví sin ser vapuleado hasta la muerte en redes sociales).

            Por lo demás y como siempre, si no tiene a qué salir, le ruego no lo haga. Ya ve usted que está arrancando el periodo electoral y la cosa a penas comienza a calentarse, pues la democracia no ha muerto, pero yo mejor me voy a poner a trabajar en mis cosas.

 

Dorantes-Argandar, G., Barrales-Díaz, C. R., Ferrero-Pastor, E. S., Madrigal-Arroyo, M. D., Maegli-Quezada, M. A., Marroquín-Gracias, L. P., Tortosa-Pérez, M., y Villalobos-Ruano, P. A. (2023). Aggressive Driving, Rule-Breaking, and Driver Stress in Spanish-speaking countries [Conducción Agresiva, Romper las Normas, y Estrés al Conducir en Países Hispano-Parlantes], 21, 100907.  https://doi.org/10.1016/j.trip.2023.100907