Caricatura Política -Para menso no se estudia

En opinión de Sergio Dorado

Caricatura Política -Para menso no se estudia

 

Si fue torpe la declaración de Hugo Éric Flores Cervantes sobre la deshonestidad política del Presidente de México, a quien acusa de fraguar un fraude electoral mediante la compra clientelar a través de apoyos sociales millonarios, la de Pablo Ojeda Cárdenas, secretario de gobierno de Cuauhtémoc Blanco, fue a todas luces más que increíble, pues por su parte el funcionario estatal declaró desconocer lo dicho por el “super” delegado de Morelos en entrevista nacional. Por eso el secretario de gobierno se hizo ojo de hormiga del mapa morelense mientras prepara una respuesta creíble, que vaya usted a saber dónde la encontrará. Incluso apagó el teléfono para evitar a los paparazzi de la prensa regional.

Digo, porque si todo Morelos se enteró de la memez del cristiano Hugo Éric de inmediato, sería lamentable que el secretario de Gobierno anduviera en un canal tan lejano y desatinado como el del gobierno de Morelos. Aunque claro, la pueril respuesta del funcionario fue de difícil digestión al periodismo local, que con desenvoltura profesional dedujo que lo más seguro es que Pablo estaba más que enterado de la torpeza lampiña del “super” delegado pesista y, ante la pendejada sin ton ni brújula, simplemente se le “lenguó la traba”.

O a lo mejor el secretario hizo mutis intempestivamente para correr con toda prisa hasta la oficina de Cuauhtémoc Blanco y evitar con su asesoría que el gobernador haga peor declaración que la del “super” delegado, a quien le llueven los coscorrones de la opinión pública. A lo mejor para evitar que el mandatario declare que los morelenses deben seguir comiendo las frutas y verduras que recomendaba en campaña, excepto zanahorias y almendras; y así, con la falta de zanahoria, los morelenses nos volvamos ciegos; y por la carencia de almendras, desmemoriados. Estrategia discursiva que, por lo demás, funciona bastante bien en México y Morelos incluso sin la intervención de comida saludable.

Pero más allá de mi imaginación, sería excelente que algún colega periodista preguntara cara a cara al gobernador su opinión sobre la declaración del lampiño Hugo Éric Flores Cervantes, especialmente porque Cuauhtémoc Blanco persiste afirmando que su triunfo en las urnas del 2018 no fue por el enorme empujón de López Obrador a través de Morena, sino por el PES (¡Hágame usted favor!), que es un partido político extinto en el panorama nacional, y próximamente, si Dios quiere, en el local.Peroel titular del Ejecutivo estatal, obstinado como es,sigue en lo mismo, haciendo acertar a todo mundo que quien urgentemente necesita ingerir zanahorias y almendras no es el pueblo que acaso come, sino el gobernador mismo. Aunque, claro, no hay peor ciego que el que no quiere ver, dice el pueblo sabio y el otro también.

Tan desafortunada fue la declaración de Éric Flores que incluso el “Lobito” Villanueva, presidente municipal de la Guayaba Eterna, se montó en el tema y brilló por primera vez con una narrativa casi impecable. ¡Sí, sí, créalo usted! El munícipe expresó, con los puntos colocados debajo de las íes, que el “super” hombre sin capa de Morena es una nulidad absoluta que para nada desquita su salario. Un grillero de pacotilla que en nada ayuda a Cuernavaca. Aunque, claro, mucho más creíble sería el discurso del lobillo si el edil de marras ya hubiera hecho algo por Cuernavaca, que está más jodido que el muerto atropellado por el ebrio juez Apac. (O sea, el lobo hablando de orejas, dicen los dos pueblos, el sabio y el otro).

            Ahora falta ver la reacción de López Obrador, quien dos opciones tiene en la manga. Por un lado, y para ser congruente con los discursos mañaneros, respetará la libertad de expresión de Éric y hasta lo felicitará con un abrazo de oso cariñoso y encarecido, además de un bono navideño adicional como es debido en estas circunstancias protocolarias. Pero por el otro lado, y con más simpatía social, por cierto, el Presidente tiene la opción de ejercer su derecho de réplica, aporrearlo con prensa no fifí desde el podio mañanero y ponerlo de patitas en la calle con un coscorrón seco en el coco hueco de un PES ya muerto.