Columna Desde la Torre - Celebrando el fracaso
En opinión de Roberto Enrique Rodríguez Guerrero
La transformación no se va…miles de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, se dieron cita este 1º, de julio en la explanada del zócalo de la CDMX, que asistieron a la 5ª., conmemoración del triunfo de la 4ª., transformación, “cinco años de triunfo de la democracia” y la transformación de México, AMLO después de tantos años de lucha, con todo el apoyo del pueblo de México logró triunfar. Con la letra de no se va, no se va, del grupo frontera, discurso de la secretaria de gobernación, que pocos lo escucharon, pues en su mente estaba la imagen de la morena del autobús, de la morena sensual, la modelo en paños menores, que sacaron suspiros, vivas, no por el discurso, sino porque algún pelado le gritó “mucha ropa”, en fin del mitin, dejó su solemnidad y respeto por el que se dice tlatoani.
Miles de millones de pesos para traer a tanto morenista, en su gran mayoría desconoce la realidad de estos cinco años al frente del gobierno, considerado el actual presidente como el más infame, lo peor que le está pasando al país , una población temerosa, en un territorio dominado por el crimen organizado, que en la complicidad e ineficacia del gobierno federal, se tiene un rebase del total de homicidios dolosos, que en tan corta administración, supera lo que tuvieron en su sexenio sus antecesores. Nada que celebrar cuando el presidente de la República tiene acuerdos cómplices con los jefes criminales, que asesinan, comercian la droga, en el 80 % de las ciudades de México, o secuestran ciudadanos, y con la falta de respeto por la vida, amenaza a los delincuentes que los va a acusar con sus papás. Todo tiene precio y el que impone López Obrador al crimen organizado, es su intervención en las elecciones para que resulte triunfador el partido en el gobierno, cuyos integrantes niegan la realidad de lo negativo que acontece cada minuto, entes que no les interesa el fenómeno de la inseguridad y que la ingobernabilidad está presente, López Obrador, está interesado en que su sucesor crezca para que con el músculo político que acaba de patentizar, obtenga el éxito en el 2024; refrendando el resultado del 1º., de julio del 2018, el triunfo en las próximas elecciones constitucionales, pronóstico que no está asegurado.
Vienen las fracturas dentro del partido Morena, así como Amlo, polarizó el país, no cambió su estrategia en su partido político, impulsando para que a toda costa dejen el camino libre a Claudia Sheinbaum Pardo, dejando de sentirse la unidad, vienen los sobresaltos, fiel a su mentalidad López Obrador propondrá algún plan emergente para rescatar su propuesta, la cargada ordenada no está rindiendo los resultados esperados, y los únicos responsable de que no salgan bien libradas sus “corcholatas”, son ellos mismos, las heridas están dejándose ver, en tan corto tiempo, imposible su cicatrización, características burdas en las que el gran dedo elector deambula y no acierta desde palacio nacional, su última derrota, se la infringió al cerrar la puerta a la senadora de la República, Xóchitl Gálvez , la catapultó a la candidatura de la oposición, como la genuina contendiente, quien superó con estudios, honradez y compromiso social a López Obrador, y echó por tierra los ancestrales usos y costumbres de la sociedad mexicana, en contra de una indígena. La actitud de López Obrador, lo desnudó de nueva cuenta, recordando al país, que él fue un mal estudiante, 13 años para terminar su carrera, nunca trabajó, que ha vivido de estirar la mano, un personaje enfermo, vengativo, destructor, que no es de izquierda, tampoco honesto y cero humanismos.
El gran error de que López Obrador continúe con su popularidad, es la sociedad mexicana, con partidos políticos, que piensan que están contra un priista más, y que dando a conocer todos sus fracasos la población les va a creer, en sus acciones López Obrador va con todo, en cambio sus opositores son timoratos, ansiosos de violar la ley tal y como lo hace López Obrador, se contienen y dejan que el proceso para la próxima contienda se la lleve Morena y que estando otro presidente el estilo de gobernar será diferente, la ingenuidad está a flor de piel, o tal vez, pensando mal, ya se acostumbraron a las migajas.
Asesinan a Hipólito Mora, un luchador contra el crimen organizado, que tiene asolado Estado de Michoacán, en la Ruanda, una pequeña población donde realizaba sus actividades, fue emboscado por 100 sicarios, le dieron muerte, así como a dos de sus escoltas, ninguna autoridad acudió a enfrentar a sus asesinos, llegaron media hora después, la Guardia Nacional, la policía municipal y estatal, denunciados como protectores de la delincuencia en aquella entidad, es el espejo de lo que se tiene en el 80% del país, falso de que exista paz, tranquilidad, imposibilitados para salir en la noche, el temor de ser secuestrados, tal como pasa en Chiapas, 16 personas, que nada se sabe, y que al no contar con un presidente de la República, que cumpla con su obligación constitucional, se atreve a manifestar que a los delincuentes los va a acusar con sus papás. Contamos con López Obrador, un gobernante ausente, que declara: “los asesinatos tienen como antecedente lo que se provocó en el pasado. Acusó que es el remanente de lo que se auspició y permitió desde el gobierno, acuérdense de que hubo un narcoestado en México, durante el gobierno de Felpe Calderón”.
Todo México está consciente de que la estrategia en seguridad no funcionó es un soberano fracaso su política de abrazos y no balazos. López Obrador, olvidó la riqueza de la participación ciudadana, un presidente alejado de la realidad, que hizo costumbre en su gobierno tomar decisiones y hacer juicios precipitados, provocando la inexistencia de un cambio social para tener un país digno y justo para todos, todo estancado, nada transformado, solo tenemos destrucción, enterrando leyes, negando a la población soluciones creativas e innovadoras, ciudadanía y país destruido, esa es la realidad, una torpeza estar celebrando el arribo de un político que dejó de ser un gran referente del activismo social, da grima, es un presidente fracasado, que olvidó por completo solucionar la problemática del país.
La última y nos vamos: Xóchitl Gálvez Ruíz, una mujer indígena, que viene desde abajo, que ha vencido obstáculos, sin engañar ni traicionar a nadie, una mujer capaz, generosa, aspiraciones, mujer heroica, y revolucionaria, una mujer de izquierda, inteligente liberal, progresista, una mujer atrevida, diferente, genuina. Es todo lo que cualquier partido político sueña tener; tiene conectado el corazón con el cerebro, una mujer que ama a México y está obsesionada con salir adelante, con mejorar las cosas y no obsesionada con el poder. Una mujer con valores, con fuerza valiente y sensible, una mujer con arrojo, alegre e independiente, mujer sin límites, una mujer preparada, con palabra y con memoria, con visión, con conocimientos técnicos, una mujer ingeniera, que entiende la ciencia y tecnología. Una mujer que viene del campo y sabe del campo. Xóchitl, es única, apasionada, pragmática y es directa, Es la fórmula ideal para un país que ya no acepta simulaciones ni mentiras. Es todo lo que pueden soñar los jóvenes, un partido, los mexicanos, mujeres, hombres, adultos mayores, empresarios, científicos, campesinos, “es ideal para México”