Caricatura Política-Cero pesos para el Parque Melchor Ocampo
En opinión de Sergio Dorado
“¡Que se lo queden!” –reviró el alcalde Cuernavaca Antonio Villalobos Adán sobre su proyecto en el Jardín Melchor Ocampo tras que los vecinos del Barrio de Gualupita ganaron el amparo provisional sobre este sitio público. Siendo así, al menos por lo pronto, el municipio se vería impedido de meter mano contra el cuidado ambiental. En su expresión oral se oyó el tono con resentimiento y reproche para aquéllos que no desean el progreso de la ciudad.
Algunas voces aseguran que la intención del edil era hacer un tianguis para los comerciantes ambulantes; otras voces expresaron, sin embargo, que el parque se convertiría en plaza comercial en manos privadas (de ésas que ya abundan en Cuernavaca). Sin embargo, el presidente municipal nunca aclaró bien a bien en qué consistía su famoso proyecto, y esto, como es razonable, se convirtió en un tema controversial que no se le veía porvenir.
Un buen número de intelectuales, artistas, guardianes del ambiente o simplemente ciudadanos de a pie preocupados por la naturaleza se unió a la causa del Barrio Gualupita e hizo recular a Villalobos Adán, quien de seguir adelante en su propósito corre el riesgo de ser abucheado con jitomates de por medio en cualquier evento público en adelante, si me valida usted la hipérbole.
En el proyecto se invertirían 50 millones de pesos, los que dijo invertirá en otras necesidades de la ciudad, que son muchas. Por eso ahora que cancela el proyecto amenazó que los que piden recursos para el mantenimiento del Parque Melchor Ocampo se rasquen con sus propias uñas.
Según mis cálculos de administrador casero, no se requerirían tantos recursos para la manutención del parque de marras, pero el munícipe ya sentenció a los del barrio a que él no les otorgará un cinco partido por la mitad.
Habrá que ver, por otra parte, en qué necesidades invertirá los 50 millones del erario municipal. ¿Reparará las calles de Cuernavaca que ya superan a los sicarios en crimen impune? ¿Invertirá en el añejo mercado Adolfo López Mateos? ¿Mejorará el sistema de limpia que medio asea las calles? ¿O será que esos millones quieren ganancia que perdure tras el trienio municipal? Porque la reelección o la carrera política del señor parece llegar a su fin pronto.
Habrá que ver también si el Barrio de Gualupita y los adherentes de la conservación ambiental persisten sobre el asunto, no sólo para que no se desvirtúe la naturaleza del sitio, sino para que Villalobos Adán se comprometa con el interés ciudadano, que es salvaguardar e incluso mejorar parte del pulmón del centro de la ciudad de Cuernavaca. Una parte de este pulmón público está atestado de basura y los árboles necesitan atención, entre otras cosas, por lo que bien le vendría a la naturaleza se le echara una manita, ¿no cree usted, estimado y único lector?
-“Si así lo quieren ellos, pues que se quede así –expresó resentido Antonio Villalobos Adán- y hay que dejar que lo disfruten; por lo que ya no hay ninguna acción en ese lugar y se tendrán que redirigir esos recursos”.
Más allá del resentimiento que preocupa y molesta a Cuernavaca, que es el que crea él que los recursos son materia privada, según la política post-neoliberal federal, quien manda es el pueblo. Así que lo que menos debiera mostrar el presidente municipal es jactarse de que no le interesa el medio ambiente, a pesar que éste es uno de los principales atractivos turísticos de Cuernavaca.
Con una inversión mucho menor que los 50 millones, reitero, el Parque Melchor Ocampo pudiera hermosearse para albergar ciudadanos locales y nacionales que desean la paz de la naturaleza como relajamiento del caos de una ciudad de comercio y asfalto puro rampantes.