Basta la idea
En opinión de César Daniel Nájera Collado
En Maat, un universo alterno pero muy parecido al nuestro, la Divinidad Suprema ya estaba muy agotada, por lo que decidió retirarse finalizado el año. Al enterarse, divinidades de otros lugares se horrorizaron y le rogaron que no lo hiciera, pero esta hizo caso omiso, y como había anunciado, su espíritu desapareció.
Las demás divinidades, esperando lo peor, observaron qué sucedía con los habitantes de Maat, quienes también se enteraron del hecho. Sumergidos en el caos, la gente de ese universo comenzó a suplicar el regreso de su dios. Entre todos, se organizaron para crear una torre tan alta que tuviera visibilidad hacia cada rincón de todos los universos.
Asombradas, las divinidades presenciaron el mayor acto de solidaridad y fraternidad en la historia. Se creó un orden jamás visto, con la torre terminada en muy poco tiempo y posibilitando a todos los habitantes de Maat de subir a buscar. Para su sorpresa, encontraron a la Divinidad Suprema sin mucho esfuerzo, entablaron comunicación con esta, y sin reparar, aceptaron su retiro. Las demás deidades no comprendían tal cosa, hasta que luego de una reunión extensa, cayeron en cuenta de la impactante verdad.
Poco tiempo después, todas las divinidades se habían retirado. Sin embargo, el caos no predominó en los universos. Los seres vivos crearon su propio orden, y poco a poco, dejaron de pensar en las deidades como un hecho. Ahora las tomaban como una idea, sabiendo que aunque estas se retiraran, o incluso murieran, la sola necesidad y fuerza de esta idea crearía una estructura tan ordenada como cuando las divinidades estaban presentes.