Árbol inmóvil - Precampañas, sedición camuflada

En opinión de Juan Lagunas

Árbol inmóvil - Precampañas, sedición camuflada

El 30 de enero próximo culminará el periodo de precampaña. Con ello, el estípite de la simulación fenecerá (instantáneamente); empero, como las puertas de un féretro que se abren en las tenebrosidades impalpables, vendrá -a partir del 19 de abril- un lapso de mayor disimulo.  

            La hipocresía política, avalada por las autoridades electorales (y hacedores de leyes), va concatenada. Existe una especie de bilateralidad perniciosa entre protagonistas, árbitros y parlamentarios, que lacera, en gran medida, la decisión soberana (residida en el sufragio).  

            Durante casi 30 días, hemos sido testigos de “procesos de selección interna de candidatos”. Según eso, la militancia se mantuvo como “receptora” de mensajes: el fingimiento sobreexpuesto.  

Al igual que usted, amable lector, me asalta la siguiente duda: ¿todas las entidades de interés público respetaron la ley del ramo? Es decir, ¿se abstuvieron de: 1. Pedir el voto. 2. ¿Hacer proselitismo? Los preceptos sólo son, en casi todos los casos, proemios de contención. Ley laxa, al fin… 

 

INFERENCIA 

La precampaña u “acto circense” (de prestidigitación) es una mera etapa de transición para buscar un cargo de elección popular. El hedonismo, acá, no se extingue, al contrario… 

Los “pre” no están buscando que sus partidos los designen como sus abanderados, sino que ya existen acuerdos previos (como escribimos, sobre esta superficie, hace 15 días), en los que se toman decisiones sombrías; o sea, ya hay una inclinación. Y, lo peor: la partidocracia admonitoria se define mucho antes de que siquiera inicie el proceso comicial.  

El entramado legal metamorfosea. Se convierte en un reduccionismo de apariencia superflua. ¿Ejemplos?: PRI, PAN, Morena, coaliciones, PT (junto con el desierto hostil de Tania Valentina), PES (y la figura fáctica de Argüelles). Todo es veleidad, dice Eclesiastés. El perímetro desagua en la impaciencia (que, a la postre, se hace desasosiego).  

Las leyendas, insertadas en letra diminuta de los afiches (lonas o espectaculares), es de contracción (risa desmedida); en éstas se señala que el mensaje, en sí, se dirige únicamente a la militancia. Puro engaño. Camuflan el llamado al voto, con la anuencia de los jueces. Se trata de juegos de palabras. Mera simulación de una contienda intestina. Ya conocemos el desenlace. Todos, al unísono, elaboran una campaña disfrazada de precampaña. 

Con base en la norma, el castigo contra actos de campaña -de manera anticipada- puede ser la pérdida del derecho a ser registrado como candidato (artículo 456, fracción III, de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales). 

Intuyo que, si la autoridad respectiva aplica la norma a todos aquellos sediciosos, que encubiertamente han incurrido en actos anticipados, nos quedaríamos sin candidaturas. El erebo en la tierra seca. La máscara enterrada. La atrocidad en las nubes grises… Al tiempo.