Punto Kairo - El ALM cumple 61 años

En opinión de Juan Salvador Nambo

Punto Kairo - El ALM cumple 61 años

Fue en junio de 2010 cuando conocí la redacción de un periódico. En ese tiempo había entrado a la Universidad y buscaba alguna forma de sostener mis estudios. La encontré casi por casualidad, buscando en un periódico, en el anuncio clasificado. Luego de varias pruebas logré quedarme como Redactor y la fuente que me tocó trabajar por vez primera fue la de Mercados. Y fue ahí, en el mercado Adolfo López Mateos donde logré forjarme como lo que se conocía en esa época como periodista empírico.

Son muchas las anécdotas y experiencias que pueden contarse al respecto: pude conocer los murales que realizara el artista plástico José Silverio Saíz Zorrilla, quien dedicó 21 años a la obra que cubría las bóvedas, y que se destruyeron luego de los devastadores incendios del 29 de noviembre de 2002 y del 21 de agosto de 2010. Y aunque hay vastedad de obras respecto a la historia del mercado, se tiene poca evidencia del mural que fue considerado uno de los más grandes de América Latina. José Silverio con quien pude tener una relación fraterna, falleció el jueves 16 de febrero de 2017, a la edad de 79 años.

Cada ciudad tiene su corazón, ese espacio donde late la vida y habita la esperanza. En Cuernavaca es el Mercado Adolfo López Mateos (ALM). Ahí, entre pasillos que huelen a jitomate maduro, pilas de cebolla recién cortada y el grito afinado del marchante que ofrece “¡llévele güerita!”, o el diablero que grita “¡Ahí va el golpe!, se condensa un país entero. No exagero: si uno quiere conocer de verdad de la capital, no necesita un museo ni una plaza turística, sino un par de zapatos cómodos y disposición para perderse entre los pasillos de este gran centro comercial, uno de los que mayor historia y tradición tiene en todo el Estado.

En este sentido, guardo un especial recuerdo del entonces líder de Introductores, Fulgencio Malpica, quien ha sido testigo de la historia de este mercado inaugurado el primero de agosto (día del comerciante en México) de 1964 por el presidente de la República, Adolfo López Mateos. Malpica fue uno de los líderes más carismáticos y cercanos a la prensa. Han sido los introductores los que dan vida durante la noche y la madrugada en este Centro Comercial, desde las 4 de la mañana se pueden hacer las compras a mayoreo de frutas y verduras y es la hora en la que se hace la carga y descargas de camiones repletos de mercancía. A esa hora podemos encontrar loncherías y lugares de comida.

Dicho ritual es de todos los días, incluso en el aniversario del mercado, el cual se ha vuelto una fiesta popular. La celebración oficial de aniversario se realiza el 27 de octubre ( se hizo por primera vez en 1964) y regularmente se llevan varios días en la conmemoración. Por ejemplo, el pasado jueves 23 de octubre hubo una macro fiesta en el que amenizaron tres grupos musicales y en el que estuvo como padrino el senador Víctor “el güero” Mercado.

Los mercados son la última trinchera de la vida cotidiana. En un mundo donde los centros comerciales uniforman los gustos y las plataformas nos venden una felicidad empaquetada, el mercado sigue siendo un territorio libre y donde las carnes, frutas y verduras se encuentran en su punto. Aquí se negocia, se discute, se bromea. Se cruzan generaciones enteras. Se escuchan los ecos de una identidad que resiste entre las frutas frescas y las canciones de Margarita, la Diosa de la Cumbia, o Peso Pluma.

El aniversario del ALM no es sólo una fiesta local: es un ritual de pertenencia. Es la forma en que una comunidad reafirma que está viva, que sigue teniendo motivos para reunirse y bailar. Porque no se celebra únicamente un año más de ventas; se celebra la continuidad de un modo de vida. En cada paso de baile se agita una historia familiar, un recuerdo de infancia, una amistad nacida entre vendimias y negociaciones.

No obstante, tanto el mercado Adolfo López Mateos como los otros mercados de la capital atraviesan por retos históricos que tienen que ver con la mejora de servicios, sanidad, remodelación de la nave interior y seguridad. El ayuntamiento de Cuernavaca y el gobierno de Morelos tiene una deuda con los comerciantes, quienes hacen lo que pueden con lo que tienen.

Asimismo, “la maña” como ellos mismos se autonombran se han apoderado de este tradicional Centro Comercial, donde comerciantes y usuarios sobreviven entre amenazas y la indiferencia oficial. El ambiente se vuelve cada vez más tenso. Varias cortinas metálicas del mercado están cerradas ante dicha incertidumbre. La presencia de oficiales de policía es inexistente. Hace algunos días un hombre fue víctima de una golpiza que recibió por parte de hombres armados y los comerciantes y testigos se quedaron inmutados. Lamentablemente, en este país, el silencio mata más que las balas.