Serpientes y escaleras - Oposición dividida

Ya sabemos quién es el candidato a vencer en Cuernavaca; falta conocer al retador.

Oposición dividida

La elección en Cuernavaca se está convirtiendo en el coco de casi todos los partidos; lo que hace unas semanas parecía definido ha cambiado y es probable que todavía veamos reacomodos de último momento. El candidato a vencer en la contienda de junio por la capital de Morelos será el representante de la alianza PES-Morena, pero todavía falta saber quién o quienes le harán sombra. Una cosa es evidente: la oposición ya se dividió.

Hace un par de meses el panorama electoral en Cuernavaca era más o menos así: Morena era el partido con más posibilidades de triunfo, mientras que el PAN con Bolaños crecía en el ánimo colectivo; la coalición Juntos Haremos Historia se conformaría con el Movimiento de Regeneración Nacional, el Partido del Trabajo, Encuentro Social, Verde y Nueva Alianza,  en tanto que al PAN se le veía de la mano de Movimiento Ciudadano y un par de partidos emergentes. Si el candidato era de Morena, los aspirantes eran el alcalde Antonio Villalobos, el diputado federal Alejandro Mojica y la diputada local Alejandra Flores; si la candidatura se quedaba en el PES sería Jorge Argüelles.

La falta de conducción política en Morena y la presión del gobernador decantaron la candidatura para Encuentro Social, pero el costo fue muy alto para todos; la coalición se rompió, el PT decidió ir solo y el Verde se unió al PRI. Jorge Argüelles tendrá la candidatura, pero de Morena solo obtendrá la marca, no el apoyo de la estructura, ni la identidad con el obradorismo.

Los conflictos entre el PES y Morena han debilitado severamente la candidatura de Jorge Argüelles, aunque esa coalición sigue siendo la más fuerte hasta el momento, porque la oposición también se ha dividido, no han sabido aprovechar los conflictos obradoristas, ni sacar ventaja del debilitamiento de la coalición Juntos Haremos Historia.

Hace un par de meses el retador natural de Morena era el PAN con Javier Bolaños; hoy Acción Nacional mantiene cierta identidad partidista y Bolaños aún aparece en todas las encuestas como el más rentable de todos, pero ya no están juntos. Los hermanos Terrazas decidieron cerrarle el paso al exdiputado, lo hicieron a un lado de la candidatura a la presidencia municipal y luego le cerraron el paso en la diputación local.

La dirigencia estatal de Acción Nacional abrió la puerta al segundo personaje más rentable en Cuernavaca, pero no le permite armar su planilla; José Luis Urióstegui será candidato de la alianza PAN-PSD, pero no podrá impulsar a nadie en las demás posiciones de AN. Peor: el abogado aceptó que los Terrazas le impongan todo y dejó que le quitaran a Bolaños del distrito dos, lo cual disminuye sus posibilidades de. triunfo. José Luis Urióstegui es sin duda un buen candidato, pero no tendrá margen de maniobra, ni recursos económicos, ni candidatos en las diputaciones que le ayuden a obtener los votos que necesita para ganar; si pierde, los regidores serán de la Santísima Trinidad.

Hace un par de meses parecía que la contienda por la presidencia municipal de Cuernavaca sería entre dos fuerzas políticas: Morena y PAN; ahora el panorama se abre porque las dos coaliciones más importantes se han metido en problemas y su división da vida a otros proyectos que parecían no tener ninguna oportunidad.

En este escenario el partido Fuerza por México será el principal beneficiario de la ruptura de otros partidos. Desde hace algunas semanas se dice que la candidatura capitalina de FxM sería para el exgobernador Sergio Estrada Cajigal; ahora que se ha confirmado la salida de Bolaños del PAN es posible que compita en alguno de los distritos locales.

Si así sucediera, Fuerza por México se convertiría en un partido panista de facto, postulando a personajes representativos de Acción Nacional, los mismos que lograron victorias electorales hace algunos años. Con una buena fórmula electoral FxM arrebataría a los Terrazas una parte importancia de la estructura y lograría atraer el voto simpatizante que históricamente ha tenido el PAN en Cuernavaca. Su jugada no es mala.

Hasta hace un par de meses nadie concedía posibilidades al PRI de dar la batalla en la capital y esa opinión prevalece en muchos lados; la oportunidad de que la coalición que encabeza el Revolucionario Institucional se vuelva atractiva depende de sus candidaturas, de que logren lavarle la cara a su institución e incluyan en su propuesta a las figuras que les pueden ayudar a sumar votos.

La candidatura de Antonio Sandoval por el PRI llama la atención porque abriría una cuarta candidatura llamativa; el exsacerdote no tiene la rentabilidad necesaria para ganar una elección municipal, su fuerza está concentrada en San Antón, pero su presencia es agradable y ayudaría al Revolucionario Institucional a mostrar un genuino interés de cambio. Pero para que eso suceda lo primero es que Sandoval acepte y lo acompañen candidatos rentables; la negociación de Jonathan Márquez con el PRD fue muy mala y dejó fuera a su mejor candidata; la duda es si esta mala negociación es un error por la falta de capacidad y experiencia del presidente o fue una jugada revanchista para anular a su oposición interna, aunque ello hunda las posibilidades de éxito de su partido.

Un último personaje en esta historia es Matías Nazario; luego de que le cerraron el paso en el 2018 el exdiputado inició la construcción de su propio partido aprovechando las relaciones políticas y magisteriales que construyó a lo largo de tres décadas. En otro momento sería impensable que un partido emergente como el MAS (o Fuerza por México) tuvieran alguna posibilidad de triunfo, pero eso ya ha sucedido y la pulverización del voto en la capital abre la posibilidad a cualquier cosa.

Matías tiene algo de posicionamiento social, trabajo político y conoce el territorio capitalino porque lo ha trabajado por varios años. El dueño del MAS identifica bien la estructura del PRI, está buscando arrancarle piezas al PAN y se está vinculando con algunos liderazgos sociales que se mueven con dinero. Nazario Morales tiene dos cosas a su favor en este proceso: estructura y dinero. Un dato más: de todos los aspirantes es el único que utiliza la precampaña para promocionarse.

De todo lo anterior hay un dato sobresaliente, además de los conflictos que enfrentan todos los partidos políticos: el voto opositor se ha dividido. Cuando la propuesta era solo la del PAN era factible que todos los que no están a favor del proyecto de la 4T y de Cuauhtémoc Blanco irían con Javier Bolaños; hoy el escenario es distinto, porque aunque Bolaños participe en otro partido no lo veremos compitiendo por la capital.

Al existir cuatro ofertas distintas con cierta rentabilidad e influencia en la oposición, el voto antisistema se dividirá, lo cual beneficia en automático a quien se postule por Morena. Jorge Argüelles no representa la imagen de la 4T, ni tiene ascendencia en el voto obradorista, pero le ayudará que sus opositores no lograron ponerse de acuerdo y le darán la batalla desde varios frentes, lo cual electoralmente hablando es mucho mejor (para él) que enfrentar el rechazo social concentrado en un mismo frente.

Desde hace meses la oposición habla de la urgencia de retomar el rumbo en Cuernavaca, los partidos dicen representar los intereses de los ciudadanos y los aspirantes afirman que antes que los beneficios personales está el bien de la mayoría; así es el discurso de todos, pero el mensaje concuerda con sus actos.

La decisión que los ciudadanos habremos de tomar en junio se reduce a dos opciones: continuar por el mismo o seguir como vamos; los partidos opositores tenían en sus manos la opción de capitalizar el rompimiento obradorista, pero en lugar de hacerlo se pelearon, antepusieron sus intereses y sus fobias y con ello mermaron sus oportunidades de ganar. ¿Lo hicieron por torpes o porque se vendieron?

La elección que viene no es de tres años, sino de nueve; quien gane el proceso tendrá un pie puesto en la sucesión y con ello accederá a seis años más de poder. El canibalismo de la clase política morelense es conocido desde mucho tiempo atrás, por eso desde hace varios años llegan personajes de otros lados a aprovecharse de la torpeza de los morelenses.

¿Y luego se preguntan porqué estamos como estamos?

• posdata

Ya entrados en futurismo hablemos de lo que representa el 2021 en la carrera por la sucesión:

Los partidos políticos piensan en la capital como el foro natural para proyectar a un candidato a la gubernatura en el 2024, pero no es el único sitio del que puede surgir una propuesta electoral; además de las alcaldías están los congresos local y federal y eventualmente algún otro espacio desde el gobierno o la iniciativa privada. Eso sin contar que de acuerdo con la nueva normatividad electoral las candidaturas a las gubernaturas deben cumplir con el principio de paridad de género y en Morelos la titularidad del poder ejecutivo podría ser para una mujer. Pero de ello hablaremos en otro momento.

Además de los personajes que se mueven en la capital hay que analizar a otros que también pueden volverse una opción. Uno es Rabín Salazar, aunque el proyecto de ese grupo podría verse ensombrecido por varias razones: 1- Si en el 24 se repite el acuerdo con el PES, 2- Por cuestiones de paridad o 3- Si la influencia política que hoy tiene el subsecretario (que cada vez es menor) ya no le alcanza para competir en el 2024. Recordemos que la fuerza de Rabindranath no está en la gente ni en su liderazgo, ni en la estructura de Morena, deriva de su cercanía con el presidente. Y ya van dos veces que lo sacrifican.

Luego están algunos alcaldes, como Rafael Reyes de Jiutepec y Juan Ángel Flores de Jojutla; ambos seguramente repetirán en el cargo y desde esa posición se perfilarán como opciones naturales de Morena. Desde el senado de la república aparece Lucía Meza, quien además de la ventaja que le concede ser mujer, tiene a su favor un amplio trabajo en tierra y dos opciones partidistas que la pueden proyectar.

Otro personaje que se mueve es Ángel García Yáñez, a quien le acompaña un número importante de alcaldes y diversos grupos de la sociedad civil. El senador construye desde ahora su candidatura en distintos espacios y partidos, ha tomado como bandera su crítica al gobernador, pero carga con el estigma de estar relacionado con la delincuencia organizada.

La clave para cualquiera que aspire a gobernar el estado está en el trabajo en tierra, en su manejo de imagen y en los recursos humanos, materiales y económicos que los acompañen. Eso y ser mujer, porque ahí puede estar el gran candado del 2024 en Morelos.

• nota

La salida de Javier Bolaños del PAN debe encender los focos de alerta en el equipo de José Luis Urióstegui; la ruptura pega de lleno en el proyecto del abogado, no solo porque le quita un aliado que le abriría las puertas de la militancia panista, sino porque podría jugar en otro equipo.

La dupla electoral Urióstegui-Bolaños era la mejor, ambos cuentan con una alta rentabilidad y ya habían logrado acuerdos para caminar juntos. La decisión de los hermanos Terrazas de cerrarle el paso a la diputación por el segundo distrito no puede entenderse más que como un boicot a la campaña de José Luis, aunque el abogado es el único que no se da cuenta de ello,

Juan Carlos, Daniel y Adrián Martínez Terrazas han hecho de la derrota un buen negocio personal, por eso le dan al abogado solo su candidatura y se quedan con todas las posiciones y el dinero de la campaña; José Luis Urióstegui no se puede dar el lujo de perder otra vez, debe asumir él el control de su candidatura y redoblar los esfuerzos para tratar de remontar el golpe.

El equipo que lo acompañe en la campaña es clave para su triunfo en la elección.

• post it

Al virtual candidato de la coalición Juntos Haremos el Cambio en Cuernavaca se le están dando las cosas para ganar la contienda de junio; sus mejores aliados son sus opositores y sus peores enemigos están en casa. Jorge Argüelles debe hacer lo que no ha hecho en dos años: política. El diálogo con la gente de Morelos y una mejor estrategia de comunicación son fundamentales para que las cosas le salgan bien.

• redes sociales

Vaya pleitos que vemos en las redes sociales entre personajes de la vida pública. Innecesarios o absurdos, la mayoría.

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