Serpientes y escaleras - Las historias que contamos

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Las historias que contamos

La comunicación es una herramienta clave para gobernar, aunque no todos lo entiendan.

 

Las historias que contamos

La narrativa de las cosas es un elemento fundamental para la percepción y tendría que ser una herramienta prioritaria en los gobiernos; Gabriel García Márquez decía que nosotros somos las historias que contamos y cómo las contamos. En tiempos en los que la información fluye de forma apresurada y desde todas las direcciones, el manejo informativo, tanto en su contenido como en el timing, son vitales e influyen directamente en la gobernabilidad. Los gobiernos que mejor comunican son los más exitosos.

Revisemos varios ejemplos sobre narrativas:

De cara al proceso de sucesión del 2024 hay varios precandidatos que de manera discreta, pero consistente, realizan acciones tendientes a mejorar su imagen para posicionarse mejor frente a la opinión pública. En el caso de Morena las cuatro figuras que todos observan son los alcaldes de Jojutla y Jiutepec Juan Ángel Flores y Rafael Reyes, el subsecretario de gobernación Rabindranath Salazar y la directora de la lotería nacional Margarita González Saravia.

Los cuatro son sobresalientes en sus respectivos ámbitos y todos están considerados como activos de Morena de cara al 2024, pero hay algunos que manejan mejor su imagen y por ende superan a los demás en el terreno de la percepción. Juan Ángel Flores es el presidente municipal de una comunidad pequeña, mucho menor en población que Jiutepec donde está Rafael Reyes, pero por razones de personalidad, estilo, carisma y habilidad para comunicar, Juan Ángel supera en percepción al resto de los precandidatos.

Rabindranath Salazar Solorio hizo un buen evento la semana pasada y mostró que es capaz de aparecer como un aspirante fuerte; su poder de convocatoria es mayor al de los demás y la infraestructura que lo respalda supera sin duda a todos sus compañeros de Morena en Morelos. En tierra Rabín no es el morenista más fuerte, pero derivado de su cargo y del apoyo que le brindan el secretario de gobernación y el presidente, para muchos es la figura con más posibilidades de obtener la candidatura al gobierno del estado en el 2024. El evento de la semana pasada fue visto por muchos como un destape y el arranque de su precampaña.

Margarita González Saravia viene de menos a más, acepta que su posicionamiento en tierra no es el mejor en este momento, pero ha establecido una ruta crítica cuyo objetivo principal es posicionarla entre la sociedad y ubicarla en un punto que le permita ganar la elección en caso de que le concedan la candidatura; el primer paso en su proyecto es la construcción de la red ciudadana Transformando Morelos y de ahí todo lo que venga será en ascenso para la dama.

En esta fórmula no se puede dejar fuera al alcalde de Jiutepec, quien ha demostrado con hechos que es un gobernante eficiente y un importante activo de su partido; el edil, empero, tiene que moderar su carácter y recordar las viejas reglas de la política para no caer en falta y quedar en una posición complicada en el momento que se tome la decisión y confrontado con quienes influirán en el proceso.

Otro ejemplo sobre la importancia del manejo de la comunicación lo podemos ver en el desafortunado incidente que sufrió el alcalde de Cuernavaca la semana pasada en la inauguración del paseo ribereño: José Luis Urióstegui es un buen hombre y la reapertura del lugar tuvo que haber sido un logro de su gobierno, pero el desafortunado accidente derivó en una crisis que al ser mal manejada y pésimamente comunicada desgastó a un hombre que actúa con buena voluntad, pero que se encuentra arrinconado por el partido que lo abanderó en campaña.

Las fallas cometidas por el gobierno capitalino en la atención de la crisis son tanto o más graves que el colapso del puente, porque han colocado al presidente municipal en una situación de vulnerabilidad y desgaste innecesaria ante la opinión pública que exhibe, además, que el ayuntamiento no tiene capacidad de reacción ante problemas, adolece de una buena comunicación y no tiene un equipo que acompañe al edil en momentos difíciles. Hoy más que nunca José Luis Urióstegui se ve solo, sin aliados aún dentro de su gobierno.

El panorama de comunicación es el mismo para todas las instituciones públicas, incluyendo al gobierno estatal. En este caso las contingencias han sido permanentes casi desde que arrancó el sexenio y en todos los casos la constante ha sido ver a una administración que no anticipa los conflictos y solo reacciona cuando los problemas ya han explotado. Aquí el pagano siempre ha sido el titular de comunicación social y su equipo, pues es a ellos a quien recurren todos los funcionarios cuando las crisis ya reventaron, solicitándole que las historias no se cuenten o al menos se maticen.

El reciente ajuste en el gabinete que acompaña al gobernador Cuauhtémoc Blanco fue una buena noticia para el estado, porque los nuevos secretarios parecen estar más conscientes de la necesidad de informar mejor y de la importancia de anticipar los problemas a través del diálogo y los acuerdos; si esto se confirma el manejo de la comunicación puede ser más efectivo porque en lugar de tener un bombero de prensa, el ejecutivo puede aprovechar la segunda mitad de su mandato para recuperar terreno en el área de la percepción y de esta manera generar mejores condiciones para el cambio de régimen.

En el congreso la historia también ha sido difícil de contar casi desde que inició la legislatura, porque desde entonces hasta ahora el manejo informativo ha sido errático por de la falta de acuerdos entre diputados; al principio lo único que hacía el congreso era mandar boletines y luego, cuando la situación se complicó, la información comenzó a moverse de distintas maneras, desde todos lados y sin una lógica institucional. Peor: el desgaste político se ha acentuado porque los desencuentros internos y los pleitos entre representantes populares han recordado lo ocurrido en otras legislaturas y consecuentemente la crítica pública se vuelve más ácida contra todos los legisladores.

Last but not least aparece el poder judicial, un area muy importante pero sin voz ni capacidad de comunicar; por alguna razón que nadie sabe explicar el poder judicial morelense carece de comunicación institucional y como consecuencia queda sujeto permanentemente a los vaivenes del momento; explico: al o no tener capacidad de informar de forma institucional, la percepció de este poder deriva de lo que los demás opinen de él.

Suena absurdo y lo es: la institución responsable de la impartición de justicia no tiene voz ni manejo informativo, no existe narrativa institucional y todo lo que sus integrantes opinen queda rezagado a lo que los demás digan del TSJ. El descrédito en que se encuentra el poder judicial morelense no es casual, tiene como razón fundamental la descomposición interna del organismo, pero se nutre con su incapacidad para comunicar.

En todos los casos hablamos de informar oportunamente y de tener una narrativa acorde al proyecto que se representa; el tema incumbe a quienes de manera particular aspiran a un cargo de elección popular, pero también a quienes ya gobiernan.

La percepción es hoy el elemento más valioso y volátil de las instituciones, influye directamente en la gobernabilidad y de ella depende en buena medida el funcionamiento de los gobiernos.

Recordando al maestro: Somos las historias que contamos.

  • posdata

La reacción del gobierno municipal de Cuernavaca ante la crisis que le dejó la caída del puente colgante fue errónea y de ahí han derivado muchas críticas hacia su titular. Obvio: luego del accidente la sanción fue contra quienes informaron que el lugar carecía de las medidas de seguridad necesarias y no contra aquellos que fueron omisos ante la advertencia. Frente a la opinión pública el alcalde castigó a los inocentes y protegió a los culpables.

Las razones jurídicas y políticas para actuar de esa manera no quedan del todo claras, pero se entienden bajo un escenario en donde el alcalde recibe mucha presión de parte del partido Acción Nacional a través de los hermanos Martínez Terrazas; Pablo Aguilar es incondicional de ese grupo y Humberto Paladino es suegro de Daniel, el exdiputado al que le retiraron la candidatura luego de que se comprobó que usurpó una posición indígena.

Pero con todo y lo mala que haya sido la reacción del abogado, lo que no se puede perder de vista es que Urióstegui es un hombre decente que representa la mejor opción que tiene Cuernavaca para salir del enorme bache en el que se encuentra; José Luis no es una mala persona, ni mucho menos alguien que actúe de mala fe, por el contrario, su decencia lo ha llevado a niveles de extrema tolerancia que en situaciones como la actual, se pueden confundir con torpeza o complicidad. Lo que debemos hacer todos es ayudarlo.

Dentro del ayuntamiento capitalino es evidente la mezcla de sentimientos ante la situación que se vive: por un lado aparece la solidaridad y el compromiso con quien lleva las riendas del ayuntamiento y por otro el desconcierto ante el avasallamiento de una tripleta azul que opera a través de las posiciones que tiene en el gabinete y constantemente amenaza la gobernabilidad del municipio.

Lo ocurrido hace una semana en el paseo ribereño es una llamada de atención a tiempo para que el alcalde replantee la manera como está ejerciendo el poder; el percance es la consecuencia de la corrupción del pasado y obliga a la nueva administración a revisar el estado de la infraestructura urbana para actuar contra aquellos que cometieron actos ilegales que no solo afectaron las finanzas públicas, también ponen en riesgo la seguridad de la ciudadanía.

El accidente obliga al equipo municipal a reflexionar sobre la importancia de tener un grupo dedicado a la atención de crisis, para reaccionar de manera adecuada ante hechos extraordinarios. Digámoslo de esta forma: a José Luis Urióstegui le hace falta un cuarto de estrategia que trabaje permanente en la definición de una agenda social y política más allá de lo institucional, un grupo multidisciplinario que involucre a la sociedad, que fije rumbo, defina objetivos y reaccione ante situaciones como la vivida recientemente.

Con una oficina de este tipo el trabajo del alcalde y del gobierno sería mucho más sencillo, porque mientras en ese espacio se lleva a cabo la planeación y la supervisión de todas las áreas del municipio, el titular del gobierno él se puede dedicar a la reconstrucción del tejido ciudadano a través de la socialización del trabajo del ayuntamiento.

Pongámoslo de esta forma: José Luis Urióstegui tiene que hacer menos trabajo de escritorio y más trabajo político; debe ser un político más profesional y menos casero.

  • nota

El apresurado destape de Lucía Meza, dicen, fue más perjudicial que benéfico para los intereses políticos de la senadora, porque quien la presentó fue Ricardo Monreal, un actor político enfrentado con Andrés Manuel López Obrador y cabeza de un grupo que al interior de Morena le juega las contras al presidente de México.

En los pasillos de poder se comenta que la repentina aparición de Meza Guzmán, más que apostar por la candidatura de Morena, es el primer paso para su salida del movimiento obradorista, porque la senadora estaría buscando convertirse en la candidata de un frente opositor en Morelos.

“Ya hasta se peleó con el delegado, que es una gente muy cercana y de toda la confianza del presidente López Obrador”, dicen.

Zas!

  • post it

Los datos que da el secretario del ayuntamiento Carlos de la Rosa son contundentes: el 45 por ciento de los negocios dedicados a la venta de alcohol en Cuernavaca operan de manera irregular; estos lugares, dicho sea de paso, son considerados por las autoridades de seguridad y por la propia cámara de la industria restaurantera como escenarios de constante violencia.

“Hemos encontrado casos en muchos puntos de la ciudad, Juárez, avenida Universidad… Incluso hemos encontrado establecimientos como estanquillos que al tener la licencia para venta de alcohol cerrada, sacan una mesa al exterior y comienzan a preparar y a vender las famosas micheladas; se ha hecho costumbre que cualquier persona lo haga”

Con semejantes datos y números la pregunta obvia es ¿Qué está haciendo el funcionario municipal ante esta situación? ¿O como siempre, se conformará solo con informar que las cosas están mal?

  • redes sociales

¿Todavía existe el Instituto Morelense de Radio y Televisión?

 ¿Alguien lo ve?

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