Serpientes y escaleras - El factor Lucía

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - El factor Lucía

La contienda capitalina será entre dos fuerzas… pero podría aparecer una tercera

 

El factor Lucía

La próxima elección en la capital de Morelos será bipolar entre el PAN y Morena, pero podría aparecer un tercer bloque si las fuerzas emergentes se aglutinan en torno a una misma candidatura. Desde el 2021 el PAN gobierna con José Luis Urióstegui: primero le ganó a Jorge Argüelles y luego a Alejandra Flores, ambos de Morena. En el 2027 el duelo se repetirá con distintos actores: Acción Nacional mandará a Daniel Martínez Terrazas, pero la 4T aún no tiene candidato. El PRI apoyaría a Lucía Meza y ese podría convertirse en el tercer bloque de la contienda.

Si observamos solo las siglas, la ventaja la lleva hoy el Movimiento de Regeneración Nacional; Morena es el partido mejor posicionado, el que más simpatía despierta y el que en todas las mediciones aparece en primer lugar. Luego le sigue el Partido Acción Nacional, no tan fuerte como la 4T, pero con un voto cautivo que lo mantiene en la pelea, listo para combinarse con la estructura municipal.

Muy lejos, por detrás, quedan todos los demás partidos: el PRI, el PRD, Movimiento Ciudadano, PT, Verde y el PES. El partido naranja ha ido solo en las contiendas, nunca ha ganado y sólo de vez en cuando logra colar un regidor; el PRI y el PRD están muy lejos de sus mejores tiempos, el primero apenas ha rebasado los diez mil votos por elección desde el 2019 y el segundo no podo ganar ni cuando Graco Ramírez apoyo descaradamente a Jorge Messeguer. Los demás no pintan.

Lo interesante en esta historia radica en las mezclas: Morena es un partido fuerte, pero ha perdido por elegir mal a sus candidatos y por los pleitos internos que ha vivido en los últimos dos procesos electorales. Al PAN no le alcanzan los votos para ganarle a Morena, pero en el 2024 los votos del PRI fueron la diferencia para ganarle a la candidata del movimiento. PT, Verde y MC lo único que consiguieron al competir solos es fragmentar a la izquierda y ayudar a ganar a Urióstegui.

La contienda que viene en Cuernavaca tiene particularidades que la vuelven interesante y atractiva para muchos. Lo primero que sobresale es que se trata de la capital, un espacio que sirve de escaparate político para quien gobierna y en una elección intermedia, lo proyecta de manera natural a la gubernatura. Este municipio, además, influye en toda la zona metropolitana y en términos políticos, sociales y de opinión, es un referente en todo el estado.  

Quien gane la elección en el 2027 será considerado automáticamente un contendiente a la gobernatura; si el próximo presidente municipal es de Morena, se volverá un personaje que quitará reflectores y fuerza política a la gobernadora, porque muchos lo verán como sucesor y tratarán de estar bien con él, pensando en el futuro. Pero regresemos a los partidos.

Las mezclas electorales del 2024 van a cambiar: el PRI no volverá a sumar sus votos al PAN porque los hermanos Martínez Terrazas no cumplieron los acuerdos; el PRD podría seguir la misma línea, aunque dado lo poco que representa, poco importará al panismo que los amarillos se vayan. En la contienda anterior el PT y el Verde compitieron en solitario porque no se pusieron de acuerdo con Morena, pero podrían volver a la coalición de la 4T si les llega al precio. Movimiento Ciudadano podría aliarse al PAN, pero eso depende de lo que les ofrezcan.

La matemática del siguiente proceso electoral hace complejo anticipar un resultado, porque aunque el PAN gobierna Cuernavaca y su alcalde es respetado, en el 2027 será otro personaje quien aparezca en la boleta, no tendrán los diez mil votos del PRI y están en espera de lo que haga Morena. El triunfo panista en la capital morelense no está en manos de ese partido, estriba en diversos factores a su alrededor, empezando por el candidato y la unidad interna en la 4T.

Lo mismo se puede decir en Morena: las siglas son fuertes, pero al momento de colocarle nombre todos los aspirantes hacen bajar la intención del voto; en este momento ninguna de las mujeres que buscan la candidatura capitalina tienen la rentabilidad electoral necesaria para ganar y de los varones el mejor posicionado no es parte del grupo de la gobernadora. El panorama del 2027 en Cuernavaca para la jefa del ejecutivo no es sencillo: puede ganar perdiendo o perder ganando.

Las damas morenistas están metiendo mucha presión a la dirigencia reclamando una candidatura de género y en un descuido la gobernadora podría sumarse a esta línea, lo cual significaría, como sucedió en el 2024, entregar la plaza antes de iniciar la elección. Postular a una mujer a Cuernavaca se vería bien, pero no ganarían.

Y aquí aparece el tercer polo: si el PRI concreta la alianza con Lucía Meza y comienza desde ahora un trabajo político de conciliación con otros partidos, la candidatura de la exsenadora los pondría en condiciones de competir. El factor Lucía es interesante porque hablamos de una mujer con amplia experiencia electoral, con estructura propia, con recursos económicos, con capacidad de diálogo con casi todas las fuerzas políticas, incluido Morena, y mucho tiempo libre para trabajar desde ahora su candidatura.

La dama ha sido regidora, diputada local, federal, senadora y candidata a la gubernatura, en todos los casos ganando en las urnas; aunque en el 2024 perdió frente a Margarita González Saravia, el capital político que consiguió no es nada despreciable y la convierte en una fuerte aspirante al gobierno de Cuernavaca.

En la elección pasada Lucía Meza logró un muy buen posicionamiento en la zona metropolitana, particularmente en la Ciudad de la Eterna Primavera; su discurso atrajo a varios sectores, se echó a la bolsa a la clase media y mediáticamente hizo pensar que ganaría la elección. Tiene a favor el reconocimiento como una política seria, con buen discurso y la posibilidad de aplicar el “se los dije” en su campaña, aludiendo los problemas actuales del estado.

Si el PRI deja operar a Lucía Meza desde ahora y le concede un margen amplio de negociación, crece la posibilidad de que veamos un tercer bloque integrado en lo formal por varios partidos y en los hechos, por corrientes de Morena que no apoyarían al abanderado de la 4T. Los votos que obtendría este tercer bloque podrían no ser suficientes para ganar la elección, moverían las cosas, porque dividirían el sufragio de izquierda e indirectamente favorecerían al PAN.

En la contienda del 2024 Morena perdió Cuernavaca (y la mayoría de los municipios) porque signaron un terrible acuerdo de coalición, dividieron el voto de la 4T, eligieron malos candidatos y casi todos se colgaron a la campaña presidencial. En el 2027 el reto es hacer las cosas diferente: unir al bloque conformado por Morena, PT y Verde, hacer un buen trabajo de unidad interna y elegir perfiles competitivos.

Los resultados de la elección intermedia representarán la calificación de los morelenses al gobierno de Margarita González Saravia y a los alcaldes; lo que resulte de esa elección formará el mapa electoral para la segunda mitad del sexenio y marcará el entorno político para la gobernadora en la segunda mitad de su mandato.

Ninguna de las fuerzas políticas actuales, ni los bloques que pueden conformarse, tienen en sus manos el triunfo, todos dependen de lo que hagan sus rivales y de lo que ocurra de aquí a que se instalen las urnas.

En Cuernavaca un tercer polo político puede definir la elección sin que ello signifique que ganará la contienda.

El factor Lucía es algo que se debe observar con cuidado.

·         posdata

Veamos el panorama de Cuernavaca en números, tomando como base la última elección:

José Luis Urióstegui ganó.

Alejandra Flores ocupó el segundo lugar.

Y Myredd Mariscal se colocó en la tercera posición.

El escenario más probable en Cuernavaca parte de lo que cada uno obtuvo en la contienda pasada; en la capital el PAN cuenta con un voto estable entre la clase media y sectores conservadores, tiene a su favor el manejo del gobierno municipal y la confianza que provoca en la ciudadanía la figura de José Luis Urióstegui.

La fuerza de Morena radica en la simpatía que genera sus siglas, el apoyo que deriva de los programas sociales federales y el descrédito de sus adversarios; pero en sentido inverso la 4T carga el desgaste que causan los escándalos que involucran a personajes del movimiento a nivel nacional y estatal, la percepción de inseguridad, la crisis económica y la falta de resultados del gobierno morelense.

Los otros partidos (PRI, PRD, MC, PT o Verde) pueden dividir el sufragio, aprovechar al votante decepcionado de Morena y a quienes buscan algo diferente a los dos polos principales. Aquí la posibilidad de triunfo es lejana, no así el hecho de convertirse en fuerza bisagra y factor de división.

En el 2027 Morena no solo competirá contra sus adversarios de otras fuerzas políticas, lo hará también contra la naturaleza de su militancia, que es afecta al conflicto y siempre está dispuesta a romper, incluso si ello implica ayudar a ganar a alguien de otro partido.

·         nota

Nuevamente surge el nombre de Armando Núñez Iragorri, presidente del colegio de ingenieros de Morelos y tristemente célebre por la construcción de medio millón de viviendas en Cuautla del programa federal Vivienda Digna, obra que se suspendió por falta de pago a los trabajadores a pesar de que la empresa recibió un anticipo de 90 millones.

Su nombre reaparece en Cuernavaca, señalado por realizar obra de mala calidad, avalada por el secretario Demetrio Chavira. En 2022, señalan, llevó a cabo la pavimentación de la calle Rosales en la colonia Rancho Cortés, al norte de la capital; la obra mostró caso de inmediato fallas técnicas reflejadas en desprendimientos y desplazamientos.

Y eso mismo ocurrió nuevamente en la obra que su empresa, Giramo S.A de C.V ejecutó en la calle Pedro de Alvarado en la colonia Lomas de Cortés: la carpeta asfáltica se desprendió y se desplazó, dejando en evidencia el mal trabajo y la baja calidad de los materiales.

El constructor ha venido de menos a más, de ser una empresa que caminaba al paso de la mayoría, de repente despegó y acaparó grandes proyectos, lamentablemente en muchos de ellos se han detectado problemas de calidad en materiales y mal desempeño del trabajo.

Eso sí, comentan, Núñez Iragorri presume su cercanía con la gobernadora, “soy su asesor y me consulta constantemente”. Y va más allá: “pronto seré el nuevo secretario de obras del estado”, asegura.

¡¿Atekai!?

·         post it

Con la nueva distribución electoral, los partidos podrán jugar con seis posiciones en la capital durante la elección intermedia: un diputado federal, cuatro locales y un presidente municipal.

En el PAN Daniel Martínez Terrazas se perfila como candidato a la presidencia municipal, José Luis Urióstegui y Andrea Gordillo a dos distritos locales y quizá Adrián Martínez Terrazas compita por el distrito federal o uno local, en caso de que no lo vuelvan a colocar en una posición plurinominal.

Morena tiene a Víctor Mercado, Juan Ángel Flores, Luis Machuca, Javier Bolaños, Karla Herrera, Meggie Salgado y Alejandra Pani; el senador tiene en este momento las mejores condiciones para ganar la postulación y ello colocaría a Juan Ángel Flores, Luis Machuca, Karla Herrera y Megguie Salgado en un distrito local; los dos primeros con posibilidades de triunfo y las otras dos en la pelea.

La regla de las alcaldías aplica con más intensidad en las diputaciones: la gobernadora necesita figuras afines a su proyecto, leales a la 4T y confiables, para que la representen en el congreso. Recordemos que será la legislatura que la acompañará hasta el término de su mandato.

Sería un grave error abrirle la puerta a figuras que representan otra manera de pensar o peor, a grupos delictivos.

·         redes sociales

Comenzó el segundo periodo de sesiones del congreso local. ¿Cuántos de los diputados locales trascenderán a la legislatura?

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