Serpientes y escaleras - Candidatos 2027
En opinión de Eolo Pacheco

Parece que falta mucho tiempo, pero para algunos la carrera está por comenzar
Candidatos 2027
En tres meses se cumplirá un año de la elección y nueve del gobierno de Margarita González Saravia. El tiempo es inexorable y pasa rápido o despacio, según la circunstancia en la que uno se encuentre. Hoy la gobernadora está enfocada en cumplir sus promesas de campaña, pero en unos meses la agenda cambiará y comenzará a vislumbrar a quienes pueden, deben o tienen que competir. La caballada está flaca.
Aunque ganaron la gubernatura y los cinco distritos federales, Morena no puede considerar que el resultado electoral del 2024 en Morelos fue bueno; se ganó la gubernatura con 460 mil 271 votos, 171 mil 255 votos menos de los que obtuvo en el mismo proceso la candidata presidencial; ganaron solo 5 de los 36 municipios del estado, perdiendo los más grandes e importantes en lo económico y poblacional.
La derrota derivó fundamentalmente de dos cosas: 1- Un terrible acuerdo de coalición que dividió la fuerza de la 4T e hizo que los aliados compitieran entre sí frente a una oposición unida y 2- La mala selección de candidatos, combinada con una guerra intestina en donde muchos aliados jugaron las contras a Morena.
Lo ocurrido en el proceso interno de Morena en el 2024 ya no puede revertirse, pero las decisiones de ese momento se pueden tomar como referencia para no volver a cometer los mismos errores. Las consecuencias de aquella elección se siguen viendo hoy en un congreso fraccionado, donde la diversidad de corrientes, intereses y personalidades hacen del bloque parlamentario oficial el menos cohesionado de los últimos veinte años.
A toro pasado se puede observar que el resultado de la última elección en Morelos habría sido otro si Morena no se hubiera fragmentado, si en lugar de dividirse para tener “más candidatos haciendo campaña por Margarita” hubiesen competido unidos; el acuerdo de coalición hizo que se perdieran municipios y distritos, amén de que no logró igualar los votos de la candidata a gobernadora con los de la candidata presidencial. Pero lo pasado ya no importa.
A finales de este año comenzará la efervescencia política y todos los que aspiran a competir empezarán a moverse; las reformas constitucionales que impiden la reelección y el candado de Morena para cerrarle el paso al nepotismo electoral modifican las reglas del juego en el 2027.
La pregunta central de cara a ese proceso es básica ¿De dónde saldrán los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional? La respuesta es simple: de todos lados.
Cuernavaca está en la mira de la gobernadora y su partido tratará de recuperarla a como dé lugar; la tarea no será complicada porque a pesar del buen trabajo que hace José Luis Urióstegui, su capacidad de comunicación está muy por debajo de sus logros y, además, él no volverá a estar en la boleta capitalina. Las opciones del PAN están en alguno de los hermanos Martínez Terrazas o, si les aplican la regla de género, en la diputada Andrea Gordillo. Ninguno de ellos tiene fácil el refrendo, sobre todo si en el 2027 los aliados de la 4T van unidos.
En Cuernavaca el candidato de Morena puede ser hombre o mujer, porque el partido postuló a una dama en la elección anterior y no estarían obligados a aplicar la regla de género. Alejandra Pani anda movidísima a través de sus operadores, construyendo el andamiaje para competir en la capital, pero su mala imagen, sus pobres resultados y la poca confiablidad política la aleja de esa posibilidad; la contralora es muy mala candidata para cualquier cargo, lo único que la ha hecho ganar elecciones en el pasado es la marca que la postula.
Desde la cámara federal aparece un hombre que ya tiene experiencia como alcalde, que fue exitoso en el ayuntamiento y tiene una buena imagen pública; me refiero a Juan Ángel Flores Bustamante, quien no quita el dedo del renglón en su carrera por la gubernatura y sabe que Cuernavaca sería la plataforma ideal para lograrlo. Los méritos del jojutlense están a la vista: fue el candidato mejor votado de la pasada elección, es uno de los mejores votados a nivel nacional, ha dado buenos resultados en los espacios en los que ha estado, es leal a la gobernadora y es congruente en su decir y hacer. El detalle: no es del equipo de Margarita González Saravia.
Desde el senado podría llegar Víctor Mercado, un hombre que ha construido buenas relaciones en la cámara alta y ve a la capital morelense como el trampolín natural para buscar la gubernatura en el 2030. Mercado llegó a la contienda interna con buenos números y desde entonces no ha parado su promoción; tiene el apoyo de Adán Augusto, amigos en la dirigencia nacional y muchos recursos para mantenerse vigente; sus contras: es cuauhtemista y está totalmente distanciado de Margarita González Saravia.
En Cuernavaca como en el resto de las candidaturas locales la gobernadora tendrá voz y voto, porque las autoridades y los representantes populares que se elijan en esa fecha la acompañarán hasta el final de su mandato y alguno de ellos puede ser quien le reciba la gubernatura. ¿En quién de ellos confía? ¿A cuál le quiere rendir cuentas? Las preguntas son clave en la toma de decisiones.
Margarita González Saravia puede jugar con sus propias cartas, elegir alguien de su gabinete o alguna ficha del partido; desde la campaña anterior su opinión pesaba, pero en esta ocasión no topará con pared, como sucedió en el 2024 cuando Sergio Pérez y sus amigos, empezando por Ulises Bravo, boicotearon la candidatura que ella impulsaba, provocando que Morena perdiera la capital. En esta nueva etapa Sergio y Ulises no van a aparecer por ningún lado, al menos en Morena.
Desde los congresos saltarán figuras que buscarán un nuevo espacio, sobre todo ahora que ya no tienen la posibilidad de reelegirse; el primero en esta lista es el coordinador parlamentario Rafael Reyes, quien anticipadísimamente ha iniciado su campaña en Jiutepec; el legislador morenista anda movido, pero también está sujeto a un ataque continuo desde varios lados, como si alguien que no se ve intentara minar su aspiración. Y lo está logrando.
El camino más sencillo para Rafael Reyes puede ser la diputación federal, porque son las más seguras de Morena, pero vistos los resultados electorales del 2024 más de uno le competirá de tú a tú; las posiciones federales dependen de la agenda nacional, mientras que los espacios locales será decisión de la gobernadora. El éxito de Reyes Reyes no está en el pollo y los huevos que regala, sino en los resultados que logre en la cámara y un cambio drástico en la imagen bélica que le han construido, algo que no pasa desapercibido por la gobernadora Margarita González Saravia.
Todos los municipios y diputaciones de Morelos tratarán de ser ganados por Morena en el 2027, pero el reto en la elección intermedia será considerablemente mayor al del 2024, porque hoy la oposición gobierna a la mayoría de los morelenses y desde los ayuntamientos tendrán una estructura muy fuerte para competir.
Pongámoslo de esta forma: en la elección pasada, sin buenos candidatos, sin dinero y frente a un partido que les aventajaba por más de veinte puntos, la oposición ganó 30 de los 36 municipios de Morelos; hoy que son gobierno y tienen enfrente a un partido desgastado en lo nacional y muy lastimado en lo local por el efecto Cuauhtémoc Blanco la contienda será más cerrada.
El trabajo del gobierno de Margarita González Saravia es importante para Morena, la imagen de la gobernadora será de gran ayuda, pero la selección de candidatos será determinante; visto el escenario, las condiciones sociales y el nivel de competencia, la 4T no puede darse el lujo de volver a competir dividida o con malos candidatos.
Un dato más: la estructura que apoyó a Margarita González Saravia y a los candidatos de Morena en el 2024 está lastimada: los primeros porque a pesar del esfuerzo no fueron convidados al gobierno y en su lugar se incorporaron a figuras que jugaron en contra, que hicieron campaña para Lucía Meza y abiertamente criticaban a la candidata de Morena; Alejandra Pani es un claro ejemplo de ello.
Los segundos porque perdieron la elección, porque sus candidatos no llegaron y no hubo manera de apoyarlos de ninguna forma. Muchos de quienes apoyaron a la 4T desde la estructura están hoy trabajando en los municipios de oposición.
Aunque parece anticipado, Morena y la gobernadora deben comenzar a ver este escenario para identificar figuras que sumen votos, porque la marca ya no alcanza para hacer ganar a cualquiera.
El perfil de los futuros candidatos debe ser diferente al de los anteriores; lo primero es que no sean peleoneros, tengan una buena imagen pública y sumen votos.
· posdata
La no reelección cambia las reglas del juego en la próxima elección. Veamos:
El alcalde de Cuernavaca es la mejor figura del PAN en Morelos, a pesar de no ser militante de ese partido; José Luis Urióstegui podría buscar un distrito local o federal y en ambos casos, a pesar del buen trabajo que hace en la capital, será una tarea sumamente compleja porque la imagen del ayuntamiento es deficiente y el partido no está construyendo estructura.
Del lado azul también están los hermanos Martínez Terrazas, ellos podrían intercambiar posiciones en los distritos local y federal, lo cual afectaría a Urióstegui, porque una de las dos diputaciones locales históricamente ha sido para una mujer. Andrea Gordillo ya no puede reelegirse y difícilmente le darán una curul federal, lo cual le deja la opción de buscar la alcaldía o que le anoten en una posición plurinominal.
Los diputados van a querer llegar a los municipios y los alcaldes al congreso, lo cual dará paso a una lucha interna porque varios de ellos van a buscar la misma posición, sin contar que otras figuras del partido, de los gobiernos y hasta de la sociedad civil querrán competir.
Un elemento adicional en el caso de Morena es la cantidad de aspirantes que habrá, porque son la marca mejor posicionada; esta fue la razón, dicen, por la cual en el acuerdo de coalición del 2024 se tomó la decisión de ir separados, para tener más candidaturas que repartir. Y al final perdieron.
El gabinete estatal es un semillero natural de candidatos y desde ahí la gobernadora podría colocar sus piezas en posiciones clave; esto empero, trastoca el discurso de la gobernadora de enfocarse a trabajar dejando a un lado la política partidista. En todo caso, como lo ha dicho Margarita González Saravia: si alguien tiene deseo de competir, se debe separar del cargo desde ahora.
En el equipo de gobierno estatal hay dos damas que desde ahora se mueven bajo una óptica electoral: la contralora y la secretaria de educación; la primera aspira a la alcaldía de Cuernavaca, pensando en la gubernatura en el 2030 y la segunda soñando desde ahora con la gubernatura, operando a través de la estructura panista que está injertada en el gabinete de Morena.
Para los demás partidos el único camino es la alianza, ya sea desde la oposición o en la 4T, porque individualmente no tienen condiciones para ganar; si Morena vuelve a errar en el convenio de coalición, sus adversarios refrendarán el triunfo en sus espacios y le pelearán la gubernatura del 2030 con posibilidades reales de triunfo.
Aunque aparentemente falta mucho para la elección intermedia, por todo lo que implica la preparación del proceso, en unos meses se volverá a calentar el ambiente preelectoral.
· nota
La narcomanta que dejaron colgada hace unos días contra magistrados es una muestra de lo bien educados que están los grupos delictivos de Morelos.
Su sintáxis y estilo son impecables.
· post it
José Luis Urióstegui es la major carta de presentación que tiene el PAN en Morelos, gracias a él Acción Nacional ganó los distritos locales y aumentó su votación en la zona metropolitana.
Después de dos triunfos consecutivos en las urnas, merece una posición plurinominal; es lo menos que le pueden dar los hermanos Terrazas.
· redes sociales
Varias diputadas que votaron a favor de Cuauhtémoc Blanco andan arrepentidas; a algunas de ellas ya las están “desinvitando” de los eventos.
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