Escala de Grises - Violencia de género

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Violencia de género

El 30 de agosto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021. El objetivo principal de la ENDIREH es indagar los tipos de violencia y el ámbito en el que ocurren con mayor frecuencia.

 

A través de dicho documento, tal como se afirmó en plataformas digitales, es posible dimensionar la extensión y gravedad de la violencia en contra de las mujeres en México. El propósito, además de informar a la población, es apoyar el seguimiento de políticas públicas encaminadas a erradicar la violencia de género. Por supuesto, los hallazgos resultaron alarmantes.

 

Según los datos, siete de cada 10 mujeres en el país han sido víctimas de violencia de género. Esto representa un incremento de 4 puntos porcentuales durante los últimos cinco años y evidencia que las estrategias aplicadas por parte de las instituciones y los tres niveles de gobierno durante el último lustro no han funcionado.

 

La única agresión que disminuyó dos puntos porcentuales fue la violencia económica, mientras que la violencia sexual y psicológica fueron los tipos que más aumentaron desde el 2016. Del mismo modo, las mujeres continúan enfrentándose a escenarios en donde se transgreden sus derechos fundamentales, tales como el ámbito comunitario, escolar, laboral; la familia y sus relaciones de pareja.

 

Este último espacio es considerado el tercero más violento para las mujeres. De las 47.3 millones de mujeres consideradas en la ENDIREH, casi el 40% ha experimentado actos abusivos de poder, agresiones físicas, verbales, patrimoniales y sexuales; así como omisiones intencionales.

 

Las violencias más frecuentes en las relaciones de pareja son la psicológica, la económica o patrimonial, la física y la de tipo sexual. En lo que respecta a la emergencia sanitaria por Covid-19, el 5.2% de las mujeres percibió que los conflictos en su relación iniciaron o aumentaron durante el confinamiento.

 

Ese último dato comprueba lo dicho por activistas, colectivos y organizaciones feministas, quienes exigieron al gobierno alternativas para disminuir la violencia en contra de mujeres e infantes a lo largo de la pandemia. Y es que durante los meses de confinamiento, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), las llamadas de auxilio por violencia aumentaron considerablemente.

 

Los primeros lugares en la lista de violencia contra las mujeres mayores de 15 años los ocupan el Estado de México, la Ciudad de México y Querétaro. Sin embargo, el resto de las entidades que conforman nuestro país no quedan exentas, porque como le he dicho en las últimas ediciones la violencia de género no conoce de fronteras.

 

Entre octubre de 2020 y octubre de 2021, 42.8% de las mujeres mayores de 15 años experimentó, al menos, una situación de violencia. En mayor porcentaje, las mujeres sufrieron agresiones en el ámbito comunitario y laboral, pues fue en estos espacios donde fueron víctimas de denigración, discriminación, marginación y exclusión.

 

Los números, a pesar de lo poco empáticos que pudieran parecer, son muy claros. No hay una falta de representatividad y tampoco la posibilidad de argumentar un ataque a la presente administración o cualquiera de las excusas que se le ocurran. Las mujeres en México, independientemente de su edad, se enfrentan a una crisis que parece no terminarse, a pesar de los [superficiales] esfuerzos realizados por las autoridades.

 

Además de las agresiones consideradas en la ENDIREH, no podemos dejar de contemplar que en nuestro país, todos los días, 11 mujeres son asesinadas por razones de género. La violencia de género en México prevalece y aumenta, sin que las políticas implementadas por el gobierno signifiquen un avance respecto al tema. ¿Cuáles son las alternativas, entonces?

 

El panorama, además de preocupante, resulta desolador. Sin embargo, todavía hay mucho por hacer (en todas las esferas de la sociedad) para frenar la ola de agresiones en contra de mujeres, niñas y adolescentes. Ahora no solo basta con reconocer el problema y activar la Alerta de Violencia de Género (AVGM).

 

Reconocer el machismo como problema estructural y evidenciar las deficiencias dentro del sistema es indispensable para implementar estrategias funcionales, como concientizar a la población de forma aterrizada o brindar capacitación con perspectiva de género al personal correspondiente.

 

Mejorar los protocolos de investigación, atender las denuncias, agilizar los procesos, garantizar el acceso a la justicia y asesorarse con personas especialistas en el tema me parecen los pasos básicos a seguir. Y aún así, optar por la invisibilización y normalización de la violencia de género resulta más sencillo.

 

Ahora, la responsabilidad no recae únicamente en las instituciones o las autoridades gubernamentales. Todas las personas podemos hacer algo para evidenciar la violencia, para combatirla. Desde brindar acompañamiento a las víctimas hasta romper el pacto patriarcal y dejar de consumir productos audiovisuales que atenten en contra de la integridad de las mujeres. Desde cuestionarnos aquellas situaciones que damos por inofensivas hasta exigir, por todos los medios, que se haga justicia.

 

Ni una más:

arendy.avalos@gmail.com

@Arendy_Avalos en Twitter