Repaso-Incremento de horas a maestros: ¿por qué se duda?

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso-Incremento de horas a maestros: ¿por qué se duda?

Con cierta frecuencia, profesores en Morelos me comentan sus expectativas sobre variados temas que inciden en la dinámica cotidiana de las instituciones educativas. Tal es el caso de cierta duda, me dicen, sobre cómo se asignan o asignaron algunas horas que dejó una profesora que inició su proceso jubilatorio.

 

La docente de referencia trabajaba en la Escuela Secundaria “Tlacaelel”, nombre que propuso, si mal no recuerdo, el profesor Pedro Puebla Cardoso cuando anduvo por aquellos lares, no sé sí como supervisor de secundaria o como director del plantel. De eso ya pasó una buena cantidad de años.

 

Dicha escuela está ubicada en la mera cabecera municipal de Coatlán del Río. Su actual directora se llama María del Carmen Purificación Malpica, quien mostró especial interés por el incremento de horas a la maestra Ivonne Reséndiz, quien ostenta la especialidad de Geografía. Las horas que “dejó” la docente a punto de jubilarse serían para cubrir la asignatura de Historia, perfil profesional que sí tenían otros mentores que igualmente aspiraban a un incremento.

 

Pese a los cuestionamientos que le formularon los inconformes, la directora se ofreció incluso a acompañar a la maestra Ivonne Reséndiz hasta las oficinas del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), en donde, afirman, avalaron al aumento de horas de la docente de Geografía.

 

Se me comentó también que un representante sindical, de nombre Osvaldo (no recordaron mis interlocutores los apellidos), respaldó la posición de la directora y, presuntamente para no dejar dudas de la transparencia de la asignación, informó que la profesora Ivonne se había sometido previamente a los exámenes de concurso que las autoridades educativas implantaron y que, por consecuencia, estaba en la lista de prelación, de modo que a ella le correspondía ese beneficio.

 

Al escucharlos, compartí su duda: ¿en realidad la docente recibió el incremento de horas porque ya estaba en la lista de prelación y le vieron capacidad para “dar” clases de Historia y no de Geografía que es su especialidad? ¿Esa licencia está permitida dentro de los rigurosos requisitos que la normatividad vigente establece, sobre todo bajo el argumento de la preparación especializada que se les exige a los profesores para garantizar de algún modo la calidad de la enseñanza?

 

Lo que se especula es que, probablemente, intervinieron otros funcionarios educativos y no precisamente aquellos encargados de valorar los méritos académicos de los mentores que se alinearon presentando los exámenes correspondientes. Por ahora me reservo los nombres que me proporcionaron, hasta que obtenga mayor información al respecto.

 

En todo lo anterior subyace un fenómeno que me atrevo a definir como la “cultura de la duda”, que es correlato de la “cultura de la corrupción”. Es decir, se alimenta de ese largo y turbio proceso que permeó o permea en el sector educativo, en el que, para no discrepar de los otros ámbitos institucionales, se arrastra un pernicioso pasado de influyentismo, discrecionalidad, impunidad, que determinó, para el caso que abordo, que la asignación de horas de incremento o nombramientos de nuevo ingreso, lo fundamental eran “las palancas” o los ofrecimientos de venta de favores para apoyar a los necesitados de trabajo.

 

Esa cultura de la duda, debo sostenerlo, no se quita. ¿Qué han hecho las autoridades educativas actuales para convencer a los ciudadanos de su honorabilidad en el desempeño de sus funciones? Si en realidad están los funcionarios de ahora comprometidos aclarar todas las suspicacias, bien harían en implantar algún mecanismo fiable de información que estuviese a disposición de cualquier interesado, sobre todo de los que trabajan en los planteles escolares y que con frecuencia acusan de favoritismos a sus jefes superiores.

 

El asunto de la Secundaria “Tlacaelel”, tengo la certeza, no es el único. Valdría la pena atender los casos de esa naturaleza que se presentan por aquí y por allá. Cuando no son atendidos como debe ser, son alimento para otros desajustes de desempeño en las escuelas donde hacen crisis.

 

  • De refilón

¿Ya no es rector René Fujiwara Apodaca de la Universidad Tecnológica del Sur de Morelos? Creo que ya el secretario de Educación nombró a una encargada de la rectoría. Insisto: ¿por qué no se informa? El hermetismo abre las puertas a la especulación, no se olvide.

 

E mail: profechon@hotmail.com