Punto Kairo - Ecoansiedad

En opinión de Juan Salvador Nambo

Punto Kairo - Ecoansiedad

Durante la última década, México ha sido uno de los países más peligrosos del mundo para las personas defensoras del medio ambiente. Morelos, por su parte, tiene cifras de impunidad de crímenes cometidos contra activistas que desalientan a cualquier interesado en evitar que el recurso verde, tan valioso en estos tiempos, sea devastado. Los homicidios, secuestros, vendettas, desapariciones y violencia ejercida contra quienes se atreven a defender el planeta es cada vez más evidente y complejo, lo que nos lleva a pensar en estrategias que permitan mitigar la ansiedad que conlleva intentar siquiera mitigar al cambio climático desde el ámbito social y político.

En Montreal, Canadá, por ejemplo, desde la Universidad de Concordia, la investigadora Jessica Bleuer, hace algunas reflexiones respecto a lo que implica la ecoansiedad, la cual es una respuesta sana y racional a una amenaza existencial. Al respecto, la investigadora destacó que un estudio  mundial realizada en 2021 a 10.000 jóvenes de 10 países, reveló que 75 por ciento de los informantes tiene miedo del futuro, 50 por ciento reportó emociones frecuentes de tristeza, ansiedad, ira, impotencia y desamparo, en tanto que 45 por ciento dijo que los sentimientos sobre el cambio climático afectaron negativamente su vida diaria y su funcionamiento.

Aunque la eco-ansiedad no se considera un trastorno mental formal, ha sido reconocido como un problema creciente por psicólogos y profesionales de la salud mental. En este sentido, las personas que experimentan eco-ansiedad suelen preocuparse excesivamente por el estado del planeta, el impacto de los desastres naturales y el futuro de la humanidad y de otras especies. Esta preocupación puede generar insomnio, fatiga, dificultad para concentrarse y un sentimiento persistente de impotencia.

Cabe destacar que el fenómeno del cambio climático y la destrucción del hábitat en distintas partes del mundo afecta el bienestar psicológico de quienes consideran a la naturaleza como parte importante de su vida, es el caso de personas que viven en zonas afectadas por desastres naturales, jóvenes y personas con conciencia ambiental.

Al respecto, la Universidad de Concordia ha tomado iniciativas como los grupos de apoyo, integrado en un inicio por jóvenes, pero que con el tiempo se ha integrado por personas de la comunidad, muchas de ellas mayores y sin estudios de educación superior, pero que están muy involucrados en el cuidado ambiental.

Aspen Murray, una de las jóvenes pioneras de estos grupos en Montreal, destacó que el objetivo principal de dicha iniciativa es el de acompañar y superar la ecoansiedad y la impotencia en torno al cambio climático para llegar a un lugar que denominó de ecoacción. No es aceptar que las cosas respecto al cambio climático no van a cambiar o son inevitables sino generar acciones, como ellos mismos lo dicen, que permitan sacudir el poder establecido y que les permita cambiar las cosas desde su propia individualidad, desde la comunidad o desde las redes que ellos mismos logren generar.

Jessica Bleuer apuntaló que la psicoterapia en estos grupos pone atención en tres puntos relevantes: en primer lugar, el descanso o reposo para centrarse en lo que se ha denominado como ecoemociones, las cuáles pueden manifestarse de muchas maneras: choque, miedo, duelo, ansiedad, depresión, culpa, traición, asco, ira/enojo, envidia, motivación. Emociones que pueden coexistir e interactuar de maneras complejas y distintas y, por supuesto, es normal experimentar varios a la vez.

En segundo lugar, la recuperación, que trata las estrategias de adaptación y reformulación de la ecoansiedad: “encontrar las razones del porqué tenemos tanto miedo e invitamos a las personas a reflexionar sobre su relación con la naturaleza, sus experiencias positivas y su amor por el planeta”, dijo. La estrategia se centra en el cuidado: el cuidado personal, el cuidado de amigos y familiares, el cuidado de la comunidad y el cuidado de la tierra, además de explorar diversas formas para recibir y brindar atención.

Y, en tercer lugar, la resistencia, la cual se centra en las siguientes preguntas: ¿Cómo puedes contribuir a la justicia climática? ¿Qué habilidades tengo? ¿Qué me apasiona? ¿Qué temas climáticos me apasionan? ¿Qué trabajo me resulta irresistible? ¿Qué habilidades tengo y disfruto usar y que pueden también contribuir al movimiento por la justicia climática? ¿Cómo puedo combinar mis pasiones y habilidades? ¿Qué ideas me entusiasman?

La recomendación, en esta última parte es involucrarse y crear un puente entre la angustia y la esperanza, el cual implica acción, responsabilidad, poner en práctica los valores y un proyecto ético de vida que involucre no sólo lo que espero a corto, mediano y largo plazo respecto a mis metas personales y sociales sino también ambientales.

Cabe destacar que los jóvenes, en la Universidad de Concordia, saben de los riesgos que implica enfrentar el poder establecido, no obstante, estos grupos de ayuda se han convertido en una alternativa viable para lograr acciones que permitan ayudar y generar acciones ambientales acordes a la realidad de la persona.

Ambas especialistas estuvieron presentes, a través de una videoconferencia, en la Universidad Pedagógica Nacional, sede Cuernavaca, como parte de un foro binacional encabezado por Gisela Frias del Dawson College. En dicha videoconferencia, Jessica Bleuer, quien es de origen argentino, lamentó la situación que están atravesando en México los activistas ambientales y reconoció que los esfuerzos colaborativos cobran en el mundo mayor relevancia e invitó a involucrarse en asuntos de sustentabilidad sin miedo y pese a las adversidades.