Punto Kairo - Al maestro con cariño

En opinión de Juan Salvador Nambo

Punto Kairo - Al maestro con cariño

Ahí, a pocos metros de los reporteros que se manifestaban por la violencia que ejerciera una politiquera del congreso, estaba el profesor Carlos Gallardo Sánchez, en espera de recibir la presea al mérito docente “Profesor y general Otilio Montaño, 2023”. El profesor es periodista de muchos años, actualmente jubilado de la docencia, pero no de la investigación que ha ejercido desde su juventud.

Fui su alumno de manera informal, ambos coincidimos por la temática que un servidor tenía como tesis de licenciatura, allá por el 2005: La fundación del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE) de la UAEM. Él es un apasionado del tema educativo y ha sido pionero en la investigación de las instituciones formadoras de docentes, entre ellas el ICE, así que ocupamos muchas horas en discutir respecto a las circunstancias, conflictos y hechos históricos que convergieron en la formación de diversas normales (varias de ellas, desaparecidas hace décadas) y las instituciones normalistas y universitarias que han permanecido.

Para entonces, además de estudiante de la licenciatura en docencia del ICE, asistente de investigación de la Dra. Adelina Arredondo, en la UAEM, yo era reportero de “El Regional del Sur”, tenía que entregar seis notas diarias de nota roja y el profe, como le decimos con cariño, era el subdirector del periódico y encargado de darle palomita a lo que se publicaba.

Desde entonces teníamos la buena costumbre de hablar de nuestras aventuras, de coincidir en la búsqueda de historias y hablábamos de literatura, de política, de nota roja, de la escuela y, por supuesto, de historia de la educación e historia regional. No por algo el profe Gallardo es uno de los pocos especialistas que existen en el estado de Morelos en la elaboración de libros de texto, de manera específica, libros de historia.

En el 2011, tanto él como la profesora Guadalupe Bahena, participaron en la elaboración del libro de texto: “Estudio de la entidad donde vivo”, el cual fue editado por la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG) y que, lamentablemente, el Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos que encabeza Eliacín Salgado de la Paz, dejó de apoyar y entregar a los niños de primaria, para conocer su entidad. Cabe señalar que este libro se realizó procurando resaltar la historia del presente del estado de Morelos, haciéndolo más cercano a los niños y su familia. Una perspectiva que en la época era de vanguardia.

El profe también fue de los primeros en trabajar el tema del zapatismo en la educación, de tal suerte que en el 2004 fue publicado su libro “Escuelas y maestros morelenses hasta el zapatismo” editado por la editorial “La Rana Sabia” y que es un referente obligado para todos aquellos que se encargan de hacer investigaciones al respecto.

Asimismo, ha sido un pilar fundamental del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE, sección 19, donde actualmente, con el profesor Joel Sánchez Vélez, secretario general, se encargan de desarrollar un proyecto cultural que incida de manera real y directa a los trabajadores de la educación; además de ser director de la Normal Benito Juárez durante un par de periodos y estar presente en la política sindical durante dos décadas.

De su carrera académica puede decirse mucho. Sin embargo, quisiera retomar tres historias que han influenciado mi persona: En primer lugar retomemos la de elegir entre dos actividades profesionales o quedarse con las dos. Obviamente, siempre hubo momentos en los que la tentación de dejar el periodismo o la docencia fueron tentadores. Cuenta el profe que en varias ocasiones se le recomendó dejar la docencia y, sin embargo, nunca lo hizo, por cosas que van más allá que la vocación y que pese a las adversidades apoyaron su esposa Aurora y sus hijos Carlos Francisco, Miguel Ángel y Sandra.

Asimismo, cómo olvidar las jornadas gastronómicas que teníamos todo su equipo de trabajo, durante dos años, justo a las dos de la tarde, en una pequeña fonda afuera de la Normal Benito Juárez, cuando fue director por segunda vez. Hablábamos de cualquier noticia, cualquier evento, cualquier lectura, que servían como pretexto para idear proyectos en la escuela. El profe nos ha enseñado bien a reinventarnos, y estamos convencidos de que podemos apoyar a nuestros jóvenes para generar un sólido proyecto ético de vida, a ser emprendedores, a trabajar de manera colaborativa y afrontar los retos de contexto personal, social, comunitario, ambiental, científico, deportivo, recreativo y cultural.

Han sido varios los homenajes que se le han hecho al profesor. En el 2017, en la Normal Benito Juárez, me tocó hablar sobre mi experiencia como amigo y alumno de él, lo hice y, al final, leí uno de sus poemas, escrito en su libro “Los renglones del desconsuelo” editado por la editorial independiente “astro labio”, que a la letra dice:

Nada como el dolor de saberme vivo:

Mi perro interno mordisquea hidrofobias

y mueve la cola mientras se alimenta

husmeando escondrijos.

nada como las heridas donde cultivo llagas

y recojo insanias:

soy pájaro del mal y mis aleteos merodean

insaciables los odios que provoco,

las desventuras en las que me pudro,

los líquidos pestilentes que secreto,

para concederle a mis emociones

sólo grilletes y cadalsos.

Nada como saberme en la nada para desatender

las razones del alba,

porque sólo soy cuervo que picotea oscuridades.