Los sordos, por más de un siglo eran oralizados y leían los labios. Tenían que inciarse desde muy pequeños y realizar grandes esfuerzos. Estar oralizado, esto es pronunciar las palabras sin oírse, permitía con relativa facilidad aprender la escritura, como parte del código escrito de la lengua hablada. No eran bilingües. Hay que decir que no todos lograban esta gran hazaña, pero no eran pocos.
Para América Latina había un Instituto denominado “Oral Modelo”. Y de ahí provenían todas las técnicas y el conocimiento para lograr que los sordos hablaran y entendieran lo que otros pronunciaban. Tenían logros académicos importantes. Incluso, algunos de ellos si no se informaban que eran sordos nadie lo advertía. En México, se fundó el Instituto Mexicano de Audición y Lenguaje (IMAL). Pero, la Normal de Especialización de la SEP, formaba profesores especialistas para el manejo de la oralización del sordo.
Luego vino el auge de la Lengua de Señas Mexicana. Cada país y a veces cada región tienen su propia lengua de señas. No es que sean demasiado diferentes, pero sí hay rasgos característicos. Y cuando se trata de LSM para conocimiento de formación profesional como lo es una licenciatura, con mayor razón, hay señas específicas para ello.
La UAEM, lo hemos dicho en otras ocasiones, tiene estudiantes Sordos y todos cuentan con intérpretes educativos de LSM, en cada aula donde hay alumnos Sordos. En total son 27; 8 en licenciatura y 19 entre la Preparatoria 4 de Jojutla y la Uno Diurna. Lo que ha despertado el interés de los alumnos compañero suyos, oyentes. Se han ofrecido Talleres de LSM a los interesados. Los ofrecen, casi siempre, los sábados y forman parte de su formación integral, como una optativa. Hay cerca de 250 estudiantes oyentes que tienen el dominio básico de la LSM en la UAEM. Pero hay trabajadores que también se interesan en conocer y dominar la LSM. De los trabajadores hay cerca de 60 que han tomado cursos básicos, también. En totol son como 310 personas oyentes que tienen ese manejo básico de la LSM y Sordos son 27. Hablando en forma muy general de todos los que manejan la LSM en la UAEM, el 10% sí son Sordos y el 90% son oyentes.
La comunidad Sorda tiene una extensión y un contexto muy favorable para poder convivir y llevar a cabo su trayectoria académica. La LSM no es un idioma exclusivo para los Sordos, no es una lengua endogámica. Así se vive en la UAEM. Entre más personas dominen la LSM más autonomía practican los Sordos de la Universidad. El intercambio se puede dar de los Sordos a los oyentes con un aumento en las expresiones en LSM y de los oyentes a los Sordos con un aumento en el léxico del español, que sólo puede ser escrito.
La LSM obliga a los Sordos a ser bilingües, mientras la oralización son monolingües y quizás se les dificulte menos la escritura. Para los Sordos señantes la escritura es una segunda lengua, lo que parece que se introduce una mayor dificultad.
Los talleres en LSM que imparten los intérpretes son de alta calidad. El sábado pasado que concluyeron los talleres de formación integral en la Prepa 1 Diurna, el de LSM era muy interesante cómo se practicaba la evaluación. De los 60 jóvenes que optaron por este taller, se dividieron en 30 y 30 para hacerlo más didáctico. De hecho lo ideal es que fueran de máximo 15. La evaluación fue que un joven de uno de los dos grupos eligiera a otro del grupo diferente. Entonces uno de ellos comentaba sobre algo que en ese momento le interesaba dialogar en LSM. El otro joven tenía que decir oralmente qué había dicho su compañero. Es una forma de evaluar muy motivante. Y la verdad los Chicos dieron muestra de un buen dominio de la LSM.
En otra ocasión otro de los intérpretes utilizó otro método de evaluación. Invitó a un Sordo para que dialogaran con él. Y los jóvenes oyentes se motivaron mucho el dialogar con un Sordo real. Entenderse y hacerse entender con ellos.
Visto así, los chicos Sordos han venido a imprimirle un sello muy singular al ambiente académico de las Escuelas y Facultades de la UAEM. En realidad han sido bienvenidos.