Muertes por covid-19 recorren Atlacholoaya

ASILEGAL, por medio de un estudio, reveló –recién- dos decesos en PPL
Aún hay hacinamiento y deficiencias en salubridad, lo que eleva el contagio

Muertes por covid-19   recorren Atlacholoaya
El panorama penitenciario de la pandemia revela que en Atlacholoaya se han suscitado: dos contagios y dos muertos, en los últimos días (en personas privadas de su libertad), así como: tres contagios y un deceso entre la planta de custodios

El panorama penitenciario de la pandemia revela que en Atlacholoaya se han suscitado: dos contagios y dos muertos, en los últimos días (en personas privadas de su libertad), así como: tres contagios y un deceso entre la planta de custodios.  

Con base en un estudio, se determinó que existen, en general, “alarmantes crecimientos”. 

El análisis ponderó que “han pasado ya 79 días desde que en ASILEGAL (Asistencia Legal por los Derechos Humanos, ONG) iniciamos este esfuerzo” por visibilizar la “precariedad” que enfrentan las personas privadas de libertad y, sobre todo, cómo ésta se exacerbó y desnudó frente a la crisis sanitaria del covid-19”.  

A la fecha, se han registrado 672 casos de personas contagiadas, 576 personas privadas de libertad y 96 correspondientes al personal penitenciario, es decir, en promedio se presentan 8.5 contagios por día al interior de los centros penitenciarios. 

Por ejemplo, observaron que en Puebla (estado con el que Morelos colinda) la curva “ha ido creciendo de manera acelerada”, que lo sitúa como el territorio con el mayor número de contagios: (229): 195 reos y 34 casos entre el personal. 

Las liberaciones, a su vez, “han ido en un importante descenso”: en los últimos 15 días se han liberado a 210 personas, mientras que el conteo total suma tres mil 625.  

Morelos, en ese sentido, registró que las condiciones de hacinamiento no son “idóneas”; hay: sobrepoblación y deficiencias en materia de salubridad. 

Es necesario recordar que, el 16 de junio 2020, se cumplieron 12 años de la instauración del “nuevo” sistema de justicia y cuatro de la Ley Nacional de Ejecución Penal (LNEP).  

De haber prestado la atención necesaria a las herramientas que presenta y conforman a la LNEP: “… no estaríamos frente al mismo panorama de peligro de contagios y muertes que atendemos actualmente. Solo por señalar tres ejemplos: 

  • Los 32 estados contarían con una Unidad de supervisión de beneficios preliberacionales y sanciones no privativas de libertad, unidad que atacaría integralmente la gravedad del hacinamiento y sobrepoblación. 
  • 10,696 mujeres que actualmente están privadas de libertad tendrían mejoras dramáticas en sus condiciones de internamiento acorde a estándares internacionales y con un enfoque de género, mismas fallas que hoy en día, a la par del COVID-19, perpetúan el estado de menosprecio de derechos que sufren las mujeres en prisión. 
  • Finalmente, si se voltea a ver esta herramienta como la llave para atender la pandemia, el riesgo de las más de 200,000 personas privadas de libertad (así como el personal penitenciario) frente a los contagios, muertes e incidentes de violencia, sería reducido a través de liberaciones con apego a la ley y derechos humanos”. 

  

Y acotó: “es importante señalar que dadas las condiciones que han supuesto las autoridades de salubridad como el subsecretario, Hugo López Gatell, para los centros penitenciarios el semáforo es invariablemente rojo”.