Juego de Manos - El Salpique
En opinión de Diego Pacheco
Seguro estás al tanto del último escándalo en el mundo del espectáculo, que involucra la pasada separación de la cantante colombiana Shakira y el exfutbolista español Gerard Piqué. Luego de meses de especulaciones e indirectas mesuradas, Shakira lanzó su última canción enfocada en su empoderamiento y una ardua crítica a su expareja.
La canción forma parte del repertorio de colaboraciones o Music Sessions del productor argentino Bizarrap, quien a la corta edad de 24 años ha colaborado con artistas de talla internacional como Residente, Nicky Jam o Nathy Peluso —quizá lo reconozcas por su collab con Quevedo (sí, la de “quééédate”)— y, de igual manera, ha sido un catalizador para el crecimiento de artistas de gran talento, como Villano Antillano.
Ahora, volviendo a esta historia, aquí los ganadores no se cuentan con los dedos de las manos, pues marcas de todos los rubros se han sumado a la confrontación entre estas personalidades públicas para promocionarse. Desde Halls hasta Casio, las empresas —independientemente de si fueron mencionadas en la sesión 53— buscaron sumarse al tren con publicidad creativa e inmediata, que pudiera generar una respuesta positiva en las y los usuarios de redes sociales.
Pero, más allá de las reacciones inmediatas desde internet, llama la atención que las marcas enunciadas metafóricamente dentro de la sesión de la colombiana han tomado acciones físicas en favor del antes futbolista. En días recientes, mientras que realizaba una transmisión a través de Twitch, Piqué anunció que tanto Casio como Renault han tomado la decisión de patrocinarlo para la Kings League y, como muestra de ello, entregó relojes a quienes lo acompañaban —que, asegura, fueron enviados por la empresa a manera de obsequio— y; a su vez, reveló que llegaría al siguiente partido en un Twingo —auto comparado de manera vertical con un Ferrari dentro de la canción—.
Pero, así como se sumaron las empresas que forman parte de la letra, también aprovecharon la atención pública otras figuras ajenas a ella, como Burger King o inclusive personajes políticos como el senador Ricardo Monreal. Ello, en cuestión de días. Una vez más, la inmediatez y las redes sociales, características de los tiempos en que vivimos, dan cuenta de su existencia y, de paso, de las posibilidades que tienen de generar acciones anteriormente impensables para marcas y personalidades reconocidas. En otras palabras, el chisme vende —hamburguesas, relojes, coches, mentas y lo que le pidas—.
Otro punto, mientras que la controversia ha generado divisiones virtuales para quienes siguen la noticia, entre quienes apoyan a uno u otra involucrada, podemos coincidir en algo: el gusto por el conflicto ajeno no debe tornarse en comportamientos aprehensivos. Recordemos que, mientras que se lleva a cabo este enfrentamiento público, en privado, ambas partes llenan sus bolsillos.
La Guardia en el Metro
Luego del choque de trenes entre las estaciones Potrero y La Raza de la Línea 3 del Metro de la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció que, al aterrizar este y demás acontecimientos “fuera de lo que normalmente ocurre” con el Ejecutivo Federal, se llegó a la conclusión de instalar a 6 mil 60 elementos de la Guardia Nacional en las diversas estaciones de este transporte colectivo. Es decir, alrededor de 31 elementos por parada (si se distribuyeran de manera igualitaria).
La decisión fue recibida, como es costumbre, de manera bipolar. Por un lado, hubo quienes aplaudieron la medida y auguran un aumento en la seguridad para las y los usuarios de este transporte público; mientras que, quienes se oponen, aseguran que serán un mecanismo coercitivo para prevenir denuncias del presunto mantenimiento deficiente de la infraestructura y, al mismo tiempo, una herramienta para reforzar la idea de que el accidente del 7 de enero fue, en realidad, un acto de sabotaje ¿Será?
Por cierto
Sobre las elecciones de este año. Mientras que el desenlace de la competencia por el Estado de México sigue estando en el aire, el resultado de los comicios en Coahuila parece aclararse. A manera de brevísimo contexto, ambos estados representan estandartes para el PRI, quien ha sido históricamente invencible en ambos bastiones. Para las contiendas de este año, la Coalición “Va por México” —conformada por el PAN, el PRI y el PRD— ha anunciado que las candidaturas serán definidas por el partido tricolor, mientras que las de la presidencia y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México será elegidas por el PAN (el PRD, debido a su peso político, probablemente recibirá alcaldías y diputaciones).
Ahora bien, volviendo a la idea central, mientras que el Estado de México continúa incierto, en Coahuila el bando morenista se ha fragmentado a partir de la definición de su abanderado. En la carrera había dos figuras predominantes: el senador Armando Guadiana, y el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía. Sería el primero quien recibiera el respaldo del partido guinda —decisión que el subsecretario rechazó públicamente– y provocaría que Mejía buscara competir desde otra trinchera. Con pleno conocimiento de esta problemática, el presidente de la República declaró en conferencia de prensa que respetaría los derechos y aspiraciones políticas del funcionario, aunque, si decidirá competir por desde otra institución “ya no trabajaría con nosotros”, puesto que tendría que dejar el cargo público para poder aceptar una candidatura.
Para no hacer el cuento largo, quien acogió las intenciones del ahora exsubsecretario fue el Partido del Trabajo, uno de aliados itinerantes del partido en el poder federal. Con ello, la fortaleza de Morena en el estado del norte se debilita de manera considerable, en un momento en el que las encuestas ya mostraban reducidas las posibilidades del triunfo cuatroteísta. Aunque la prontitud no debe ser confundida por certeza, sí podemos asegurar que el horizonte opositor se ilumina, y la esperanza deja de ser un monopolio morenista. Ya veremos.
Divide y vencerás: