Escala de Grises - Recuento de los daños

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Recuento de los daños

A pesar de las intenciones de Andrés Manuel López Obrador por disminuir la cifra de personas desaparecidas en México, la realidad está en su contra. Doce comisiones estatales realizaron visitas domiciliarias a lo largo de ocho meses para realizar el censo solicitado por el presidente.

 

Gracias a este proceso se localizaron mil 314 personas que habían sido reportadas como desaparecidas. Sin embargo, estos casos dados de baja son superados por las altas en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) en el mismo periodo.

 

La reducción masiva de la cifra de personas desaparecidas resulta imposible si tomamos en cuenta la cantidad de omisiones a manos del Estado y las autoridades no sólo durante este sexenio, sino a lo largo de décadas. Pretender realizar un recuento de los daños sin siquiera prestar atención a las raíces del problema no es más que negligencia.

 

Dos mil 972 personas fueron reportadas como desaparecidas desde el primer día de febrero hasta el último día de septiembre de 2023. Esos casos permanecen así hasta ahora. Esto indica que el rechazo de AMLO por aceptar las 113 mil personas registradas en el RNPDNO no es más que una negación constante de la ineptitud de sus estrategias de seguridad.

 

Con todo y el despliegue de la Guardia Nacional por todo el territorio mexicano, las propuestas realizadas por Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, y los programas que se han querido implementar, la violencia no cede y el número de víctimas sigue aumentando.

 

Además de las negativas por parte de las autoridades para iniciar la búsqueda y atender las denuncias por desaparición forzada, la criminalización y la revictimización también se suman a la lista de cuestiones que deben enfrentar las familias en el proceso de exigir justicia.

 

Como si eso no fuera suficiente, las instituciones mismas también tienen problemas burocráticos que nadie se interesa por resolver. Desde la falta de presupuesto y recursos suficientes hasta la completa ausencia de una persona que represente los intereses de las miles de víctimas forman parte de una larga lista de omisiones.

 

Ahora, esto no se limita a una entidad ni a un municipio. Recordemos que la violencia se extiende por todo el país y se incrementa gracias a la impunidad de quienes toman las decisiones. Se necesita mucho más que un censo para que la situación mejore, para que las cifras que tanto le preocupan al presidente disminuyan de manera considerable.

 

Para empezar, reconocer el problema (como siempre) es un primer paso que no puede pasarse por alto. Por otro lado, resulta más que necesaria la capacitación pertinente al personal responsable para que las denuncias sean consideradas y, por lo tanto, atendidas de manera efectiva.

 

Es indispensable considerar las recomendaciones realizadas por organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil respecto a los protocolos de búsqueda. Considerar las fallas estructurales dentro del sistema de justicia entero y empezar a resanar cada uno de los huecos por los que se escapa la justicia resultaría una mejor estrategia que destinar recursos para obtener una respuesta que se ha gritado frente a las puertas de Palacio Nacional: las desapariciones forzadas continúan.

 

Las estrategias en materia de seguridad no pueden reducirse a la militarización del país o a la intervención de las fuerzas armadas en momentos aleatorios. No hay forma de disminuir la cifra de personas desaparecidas y no localizadas si se deja a un lado a las víctimas y se ignoran las peticiones de sus familias, eso nos debe quedar muy claro.

 

Posdata

 

El 2023 está a punto de terminarse y, desde este lado de las letras, no me queda más que desearle mucha luz para estos días y prosperidad para el camino que está por empezar. Nos leemos muy pronto.

 

¡Felices fiestas!

arendy.avalos@gmail.com

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