Inclusión Educativa en la UAEM - Las fases estructurales de la Inclusión en la Educación Superior: IESALC-UNESCO

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - Las fases estructurales de la Inclusión en la Educación Superior: IESALC-UNESCO

Hemos comentado en varias ocasiones el avance de la política de inclusión en la UAEM, cuando además de que la inclusión se asegura en un Reglamento General para el Ingreso, la Revalidación y Equivalencia de la UAEM (Samará 112, 2020; ss 124) para el ingreso;  ahora, se está en el proceso de abrogar este Reglamento por otro que extienda este derecho a la permanencia y el egreso de adolescentes y personas jóvenes con discapacidad (Reglamento General de Ingreso, permanencia y egreso de la UAEM) para este 2023. Esto significa, en términos generales, que los Ajustes Razonables y las Ayudas Técnicas para los aspirantes y alumnos con discapacidad sean derechos que se amplían a toda su vida académica en la universidad.

Al considerar la permanencia, en una universidad autónoma, es referirse a la formación profesional de jóvenes con y sin discapacidad. Estos egresados se dedicarían a ejercer de acuerdo con su perfil o dedicarse, además, a la docencia universitaria, o exclusivamente a ella. Lo que nos coloca en el ámbito de la Docencia, que es una de las misiones de las universidades autónomas. Esta complejidad es geométricamente mayor que la del ingreso. Sin hablar, por ahora, de la Investigación y de la Extensión, universitarias.

En el ingreso, desde una política de igualdad de oportunidades, ha sido asimilarse al mismo proceso y reglas con la flexibilidad que ofrecen los ajustes y ayudas técnicas que no violenten ni su validez, ni su confiablidad. Pero este proceso es necesario, pero no suficiente. Porque hay que pasar al proceso de acomodación del proceso mismo a la población con discapacidad y no a la inversa como está siendo. O sea, realizar los mecanismos técnicos de acomodaciones de la prueba de ingreso a la población con una mayor heterogeneidad compuesta con jóvenes con y sin discapacidad. Además, estos dos procesos de asimilación y acomodación de los instrumentos para establecer los perfiles de ingreso, se tendrá que mantener actualizados cada 5 años, que son las cohortes generacionales de los programas educativos de los periodos de formaciones profesionales.

Al focalizar a los alumnos con discapacidad en su permanencia de su trayectoria académica, se hace un proceso por extensión de lo que se ha realizado en el ingreso. O sea, asimilar alumnas y alumnos con discapacidad a la docencia para su formación, con ajustes razonables, o sea, con flexibilidad válida. Ésta, como ya lo hemos adelantado, con formatos accesibles en varios campos: de comunicación, físicos arquitectónicos y lingüísticos para los procesos cognitivos. Pero, no será suficiente que la docencia asimile los formatos de accesibilidad, tendrá que transformarse, esto significa establecer procesos de acomodación, también.

La presencia de las personas con discapacidad en las universidades autónomas requiere para su inclusión que se transformen. Y la transformación de la docencia es alcanzarla desde el currículo. No sólo pensando en que habrá alumnos con discapacidad en ese currículo, sino formando a todos los alumnos para un perfil profesional que considere su ejercicio al egresar a la población con discapacidad. Esto es, si es Arquitectura, forme arquitectos que lo que diseñe y construyan sean espacios con inclusión, en fin, sin barreras arquitectónicas. Que nos permita imaginar que sí es posible un futuro con perspectiva inclusiva en las construcciones públicas y privadas sin barreras físicas. Así, en el campo de la salud, de las humanidades, de las ingenierías, de las ciencias naturales, etcétera.

Me complace conocer un currículo inclusivo, en lo que se refiere a la formación profesional que es inclusivo en la UAEM. Es el de la licenciatura en Diseño. Tiene dos vertientes, como todos, en Diseño Gráfico y en Diseño Industrial. Su orientación implica que se considere a poblaciones con ceguera, sordera, y otras poblaciones excluidas, como la rural y urbano marginada, para el diseño, con imágenes hápticas para las personas con ceguera. Así como no sólo atender los criterios de marketing en el diseño, tener en cuenta las necesidades reales de la población que no están en el consumismo, etcétera.

La inclusión, no sólo es un asunto técnico o de sus ajustes, es también una cuestión ideológica. Es un enfoque ético para no dejar fuera, ni atrás a poblaciones excluidas, que no lo están por sus condiciones propias, sino que es el status quo que los ha marginado. Estas causas, tendrán que conocerse y estudiarse explícitamente en los diferentes perfiles profesionales.

Este cambio o transformación universitaria en la docencia, tendrá que ser colegiada. Y si es autónoma, esta colegialidad, es paritaria. O sea, es con la participación de profesores y estudiantes en los espacios de decisión, como son los Consejos Técnicos en las Facultades y Consejo Universitario, del conjunto de consejeros de profesores y alumnos. Para ello, se requiere de una conciencia política para la inclusión. Ésta, en una universidad autónoma se autogenera. En pocas palabras, es autopoietica.

Este es un abordaje somero de la transformación de la Docencia universitaria, en sus fases de asimilación y de acomodación. La Investigación y la Extensión, universitarias, no siguen una secuencia posterior a la Docencia, pero por orden de exposición tocamos primero la Docencia, pero las otras dos funciones aparecen en la escena histórica en las condiciones propias de cada una, ya sea de forma sucesiva o simultánea. Pero esos temas serán abordados en otras ocasiones propicias.

¡Enhorabuena con la transformación universitaria a la población con discapacidad!

educacióninclusiva.egr@gmail.com