Inclusión Educativa en la UAEM - Contexto II: Museos, de San Carlos y Juan Soriano; MADEI

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - Contexto II: Museos, de San Carlos y Juan Soriano; MADEI

Siguiendo con los contextos para la inclusión de los niños y jóvenes con discapacidad en los ámbitos de la Educación Básica y los de Tipos de Educación Media Superior y Educación Superior, tenemos lo correspondiente a los contextos culturales como son los museos de arte y de historia. Corresponden estos espacios a la cultura, como es el caso de las bibliotecas públicas que han entrado en decadencia desde que se transfirió la red nacional de bibliotecas a la SEP y disque las convirtieron en bibliotecas escolares. Que no era su función, sino una más amplia para la cultura de los ciudadanos de cualquier edad y nivel educativo. Es quizás la forma más democrática de la documentación cultural. Que el internet no logra captar con sus frívolas veleidades de contenidos temáticos.

 

Recuerdo cuando recién se reorientaban los servicios de Educación Especial en, entonces, el Distrito Federal -hoy Ciudad de México- y se impulsaban las visitas a los museos de los alumnos con discapacidad para que fueran visibilizados en estos escenarios públicos. Recuérdese que se venía de un ostracismo con estos niños. Por la escuela pública, al tenerlos segregados en otras escuelas especiales y hasta por sus familias, que los seguían ocultando a la mirada de propios y extraños. Hubo aliados conspicuos para estas labores humanas de gran aprecio. Recuerdo cuando el director del Templo Mayor, el Antropólogo Eduardo Matos Moctezuma, mandó hacer en facsímil de fibra de vidrio la pieza de la Coyolxauhqui y otras de las más importantes joyas arqueológicas que alberga ese museo, para que los alumnos del Instituto Nacional de Rehabilitación de Niños Ciegos y Débiles Visuales, con sede en Coyoacán, asistieran al Museo y tocaran varias de las piezas más relevantes de la cultura azteca. Él mismo daba la plática introductoria a los alumnos ciegos, con un vivo entusiasmo. Luego los acercaban a las piezas con explicaciones de los guías del propio Templo mayor.

 

También, recuerdo la exposición de esculturas de Puyol en el Museo Nacional de San Carlos. Ahí acudieron los niños ciegos y se les dotó de unos exquisitos guantes de tela muy delgada para que pudieran tocar las esculturas del artista. Ante el asombro de los visitantes y con la paradoja del “no tocar” de los museos, nuestros alumnos tenían ese privilegio exclusivo. Al final del recorrido había un taller de plastilina para que reprodujeran la escultura que más les hubiera impactado. El asombro de los visitantes aumentaba al ver con qué fidelidad reproducían las diferentes piezas.

 

También me acuerdo cuando la directora, en ese entonces, de El Papalote Museo del Niño, Marinela Servitje me llamó por teléfono para darme la noticia de que habían decidido que de todas las vistas que tenían de las escuelas públicas de la ciudad, destinarían un día del mes para que asistieran los niños con discapacidad de Educación Especial. Lo hacía con gran entusiasmo la directora. Me atreví a decirle que era “un regalo envenenado”. No se enojó, más bien se sorprendió de mi atrevimiento y me preguntó ¿por qué? Ya le expliqué los principios de la integración educativa en la que nos encontrábamos en Educación Especial y que quería que asistieran al museo El Papalote junto con los demás niños de las escuelas regulares. Me respondió que no estaban preparados sus muchachos guías “los cuates” así se les denominaba. Y que no sabrían cómo conducirse con nuestros niños. Le ofrecí capacitarlos con nuestro personal y que no le iba representar costo alguno. Aceptó el reto y luego ella presumía ante las vivistas internacionales que hacían al Museo, cómo era un espacio incluyente. Así avanzábamos en la visibilidad de los niños con discapacidad en esos ámbitos culturales y recreativos.

 

Ahora, Claudia Elizabeth Gutiérrez Valle de la Maestría en Atención a la Diversidad y Educación Inclusiva de la UAEM realiza su tesis “El acceso a la cultura para personas con discapacidad en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo “Juan Soriano” y el Museo Nacional de San Carlos de la CDMX” bajo la dirección de la Dra. Miroslava Cruz Aldrete, en donde se prepara a todo el personal de estos museos para que estén en condiciones de dar servicio a estos espacios de la cultura a todas las personas, incluidas las personas Sordas y de cualquiera de las discapacidades.

Estos contextos extra educativos son de un gran impacto para los procesos de inclusión educativa. Ya Tony Booth y Mel Aiscow de la Universidad de Manchester señalan las acciones deben de comprender la práctica en el aula, las políticas educativas y la cultura de la inclusión. Ésta última es la más difícil. Pero se avanza con pasos firmes en este ámbito.