NOSOTROS

En opinión de José María Román Román

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CUAHUTEMOC. ¿SE RETIRA DE JUEGO?

Es posible que la renuncia de que se habló en los medios y que el Gobernador anunciara que hizo a las funcionarios de confianza de AMLO, sea solamente un rumor. Sin embargo, la realidad impone sus razones y eso no es un rumor sino el pan diario de los Morelenses.

No podemos omitir que su estrategia para obtener el triunfo a la gubernatura se fundó en dos aspectos: Combate a la delincuencia y llevar a juicio y castigar a Graco, el enemigo público número uno tanto de su persona como de una gran parte de la sociedad Morelense. A la fecha ninguna de las dos promesas se ha cumplido y no tienen para cuando no obstante de que en el caso de juzgar a Graco, el término legal comienza a vencer para una parte importante de sus posibles delitos o comisión de actos ilegales. De la delincuencia es obvio que está en pleno auge. Ahí la batalla para el gobernador está perdida al menos en este momento y no creo que se tenga la voluntad para resolver ese gravísimo flagelo social. Es la criminalidad galopante la que pone de rodillas al empresario de todos los niveles y es ése el talón de Aquiles para cualquier gobierno porque al final se tiene un gobierno de hecho paralelo al gobierno de derecho. A la fecha se está imponiendo el gobierno de hecho y no hay forma de poder afirmar que en tiempo corto puede revertirse ese este fenómeno. Por lo menos no se tiene ni el personal ni al parecer la voluntad política para combatir a la delincuencia. El problema es serio y los efectos se miran por doquier. La detención del Carrete ha dado como resultado que los hechos delictivos continúen y no porque haya sido detenido este personaje miramos que el delito disminuya. Esto indica que a la policía investigadora del Fiscal Carmona le falta capacidad, lo que desde el principio de su gestión se notó o bien, siendo mal pensados esto le ha fallado por razones de otra índole. En cualquiera de los dos casos es grave para la sociedad porque al no procesar al delincuente y permitirle la impunidad por carecer de una verdadera investigación sobre las autorías de los hechos criminales, pues se produce una impunidad perversa que solo permite vislumbrar que en el futuro el delito, sobre todo el de homicidio se incrementará. Es la autoridad y no el particular el que tiene la facultar de perseguir al delincuente, el particular solo le queda en el mejor de los casos y eso desde luego no es un derecho, la venganza cuando sabe quién ha cometido un acto tan grave como el homicidio.

A eso estamos llegando lamentablemente, a que la justicia se realice por propia mano ya sea del particular o de un grupo de ciudadanos que cansados de esperar justicia, la imponen a su manera. Si a eso le agregamos las noticias de que a los criminales se les suelta con suma facilidad por los jueces en razón de intereses o en razón de ineficiencias en las investigaciones, pues el resultado es obvio: La justicia de propia mano o la impunidad galopante que tenemos. Esto solo nos conduce al primitivismo salvaje donde todos somos perdedores pero no teniendo alternativa por falta de  cumplimiento en la función de la autoridad, es eso lo que miraremos con más frecuencia.

Si Cuauhtémoc se va y es debido a la falta de apoyo de parte del gobierno federal como se ha dicho, tiene en cierta forma razón. Ha llegado a tal grado la descomposición en esta materia que solo el gobierno estatal no puede y más aún cuando conserva la estructura de Graco en las fiscalías. Justificar a Cuauhtémoc es fácil, entenderlo no. Él se contrató con la sociedad para combatir la delincuencia y vencerla y para hacer justicia a los desórdenes de Graco. Cuauhtémoc sabía a lo que venía y no se puede llamar ignorante. Graco en el segundo caso de su promesa de campaña debe ser juzgado pero es obvio que comienza a verse fuera del alcance de la justicia porque en sí Graco tiene a la justicia local a su lado o de su lado por haberla corrompida en el caso del Tribunal Superior de Justicia que le regaló 6 años más de permanencia indebida a los magistrados, hecho que en parte tiene en un brete las broncas internas de ese importantísimo poder. Pero hay algo más, y es la cercanía que en el pasado tiene Graco con AMLO. No se puede ignorar el hecho y un asunto así, políticamente pasa por las manos del Presidente aunque legalmente tenga que ser el Congreso local el que tome nota y decida lo que antes decide por tradición el ejecutivo federal. El juego de la cancha política, ahí y así está, ¿se retira el principal jugador de la cancha del estado?, Cuahu dice que no, los rumores, que sí. ¿A quién le creemos?