Gea
En opinión de Carlos Morales Cuevas
Cuando en mitad del silencio
me acaricia el murmullo de tu respiración,
bruma de sueños,
volcán que duerme con el calor de tus ojos en su interior;
miro hacia el cielo,
la nieve cae sobre el bosque,
mi amor se derrama sobre tu voz.
Florecen las estrellas
en el vientre de la noche virgen.
Las lágrimas del mar se escurren
por entre las dunas del silencio.
Las sombras dibujan su silueta
con el índice en el viento.
Mis ojos vuelan,
extienden sus alas sobre nostalgias y melancolías.
Cuando el origen de la noche
arroje luz sobre los huesos del miedo;
abrázame,
muerde los labios del cráter,
ombligo sagrado,
sonrisa de Dios.