Cuando sea demasiado tarde... - El puente de Netflix
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Les va a parecer anécdota, pero es chisme. Yo no sé, yo no vi, yo no fui, no es mi problema, sólo es mi conspiranoia basada en varios hechos que sí son verídicos y que no soy la única persona que ha sumado este particular “dos más dos”. Esta semana (desconozco si contaba con los permisos necesarios pero apostaría que por lo menos hubo moche), se filmaron unas escenas de una serie producida por Netflix sobre el Puente Apatlaco, mejor conocido como el puente que no va a ningún lado, o uno más de los cientos de monumentos a la corrupción que adornan diversos puntos del país. Había visto comentarios sobre el uso que se le estaba dando al puente, algunos la usan para correr por las mañanas dada su inutilidad y superficie recta, y a más de dos se les ha ocurrido quitarse la vida arrojándose de la orilla (apreciado lector, no estoy dando ideas). Hoy en día que contamos con acceso a las imágenes satelitales del terreno, podrán ustedes constatar lo que en estas líneas encuentra.
Pues bien, ese puente, que tomó cerca de la no despreciable cantidad de DIEZ AÑOS, que causó cientos de miles de horas laborales perdidas cuyo costo económico es incalculable, que tuvo maquinaria rentada permanentemente estacionada en su superficie que causó daños al erario por una cantidad desconocida de dinero, no lleva a ninguna parte. ¿Cómo es que tal proyecto llego a hacerse realidad, si no lleva a ninguna parte? Pues bien, el inicio de este recorrido empieza con un pequeño pero muy delicioso detalle. Si usted tiene el privilegio de conocer las colonias de Los Presidentes y Alta Palmira en el municipio de Temixco, tal vez haya tenido la curiosidad (y el valor) de recorrer sus calles hacia el norte, hasta que las construcciones simplemente terminan, curiosamente a la misma altura del puente Apatlaco. Resulta que ése pedacito de terreno que se encuentra entre dos barrancas, donde se encuentra el poblado de La Unión, pertenece al municipio de Cuernavaca, y no al de Temixco.
Pues bien, ¿recuerda usted, que más o menos por los tiempos que empezaron las obras del magno puente, cerraron la extensión completa de la avenida Morelos Sur, con la excusa de que iban a poner unas fuentes? Pues bien, aquí es donde la puerca tuerce el rabo. Esa segunda obra tuvo como fin ampliar la provisión hidráulica, para que más agua llegue a más casas. Lo cual tiene su lógica, ¿por qué querría el presidente municipal de Cuernavaca (en aquel entonces), proveer más agua a sus ciudadanos? El servicio de agua en este municipio es lo que es, pero por mucho tiempo me llamó la atención que cerraran una de las arterias principales de la ciudad POR UN AÑO ENTERO, afectando a miles de familias y negocios, para atender la provisión de agua. Manolito quería ser gobernador, claro que tendría que ganarse el aprecio de la ciudadanía, sobre todo porque en esas colonias radican familias de moderado nivel adquisitivo y que han residido en la ciudad por más de una generación.
Tendría sentido, excepto por un pequeño detalle: el puente. ¿Cómo están conectadas esas dos obras? Pues bien, dicen las malas (y no tan malas) lenguas que había un acuerdo entre la presidencia municipal y una compañía inmobiliaria para erigir un conjunto poblacional similar al de Lomas de Ahuatlán en ESE PRECISO PEDACITO DE TERRENO. ¿Qué le hacía falta a tal acuerdo? Un acceso directo a la Autopista del Sol, con todo lo que aquello implicaría, y la provisión de agua potable. Lo que yo me pregunto es que, haciendo tanta falta ése acceso precisamente para las colonias arriba mencionadas, ¿por qué no han terminado el acceso? Observando la imagen satelital, del lado de Temixco ya se encuentran varios conjuntos habitacionales como el que les comento, desde la altura del puente Apatlaco hasta los límites de la pista del Aeropuerto de Cuernavaca (que no está en Cuernavaca, está en Temixco). Lo curioso es que el Street View de Google no permite visitar esas calles, posiblemente porque los conjuntos nunca se habitaron. ¿Por qué no? Porque no se terminó el puente.
¿Qué trajo abajo tal proyecto? Lo desconozco. Tengo entendido que Manolito se quiso lanzar para la grande, y pues resultó que la silla grande estaba en la mesa de los grandes y todavía no se había ganado sus “big boy pants”. También tengo entendido que dicha empresa inmobiliaria quebró, precisamente por andar haciendo casas sin siquiera saber cuántas casas se iban a vender antes de construirlas (kof kof lavado de dinero kof kof). Supongo que, dado que el puente sólo serviría para darle acceso a las colonias de Temixco, Cuernavaca no ha querido terminar el puente, sin importar que el puente ya esté ahí. Las colonias de Alta Palmira, Los Presidentes, y demás, son de poca capacidad adquisitiva, tal vez es un esfuerzo por evitar la gentrificación. Lo real es que el puente no lleva a ninguna parte, y sólo sirve para entretener a todos por razones harto diversas.
El puente de Apatlaco ha muerto, amable lector, y no va a haber como revivirlo.