Escala de Grises - Cuento con final feliz

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Cuento con final feliz

La Feria del Libro Monterrey 2023, programada del 7 al 15 de octubre, se convirtió en uno de los temas más polémicos de la semana pasada. Y es que las personas responsables del evento decidieron cancelar la participación de “CuentiDrag”, lo que fue calificado de censura y discriminación por parte del colectivo Percha LGBT, responsable de dicha actividad.

 

A través de un comunicado, la FIL regia aseguró que muchas voces habían manifestado su preocupación por la presentación de las drag queens, cuya única finalidad es promover el hábito de la lectura. De acuerdo con Percha LGBT, la noticia no les fue comunicada de manera oficial, por lo que no hubo transparencia en el mensaje.

 

Los requisitos explícitos por parte de la Feria del Libro (en caso de que quisieran presentarse) fueron: no leer libros, que no se presentaran drag queens y que el evento estuviera dirigido a un público adulto. En un acto de coherencia, el colectivo decidió rechazar la oferta para no caer en un acto de censura.

 

Tras las acusaciones de discriminación y vulneración a la libertad de expresión que el colectivo denunció, la noticia se viralizó a nivel nacional e internacional. Como consecuencia, algunas personas invitadas decidieron cancelar su participación en la FIL para solidarizarse con el colectivo.

 

Desde el mexicano Alan Estrada hasta las estadounidenses Verónica Roth y Tracy K. Smith informaron que no acudirían al evento y se posicionaron en contra de la censura; pero eso no bastó. Diferentes autoras y autores cedieron tiempo de sus presentaciones para que integrantes de Percha Colectivo pudieran tomar el micrófono.

 

El 15 de octubre, el mismo colectivo convocó a una marcha pacífica a favor del arte y la libre expresión. Después de la protesta, las drag queens llevaron sus cuentos infantiles y demostraron, una vez más, que no están dispuestas a ser censuradas ni discriminadas por la población de Nuevo León.

 

La entidad es conocida como una de las más conservadoras del país y para prueba bastan los testimonios de las personas que censuraron la semana pasada, de las personas a las que discriminan todos los días (independientemente de si son espacios públicos o privados) y las múltiples agresiones hacia quienes pertenecen a la comunidad LGBTQ+.

 

A diferencia de lo que podrían pensar el Estado o la opinión pública, la comunidad desea mucho más que tener acceso al matrimonio igualitario. Tal vez, lo que habría que explicar a todas esas “voces que manifiestan preocupación” es que los derechos no están a negociación, independientemente de la orientación, identidad sexual o expresión de género que tengan.

 

Censurar actos como el “CuentiDrag”, además de vulnerar la libertad de expresión de quienes conforman el colectivo, sino también el libre desarrollo de las infancias que tienen mucho por aprender de género y diversidad para no repetir los mismos errores que la generación actual.

 

Estar del lado correcto de la historia (de los cuentos, en este caso) lo único que requiere es información y disposición para escuchar a las otras personas. Dejemos que la intolerancia a la diversidad siga siendo la villana y prestemos atención a lo que realmente importa: salvaguardar y garantizar los derechos de todas las personas.

 

A pesar de que autoras y autores cedieron espacios, es innegable que la única forma en la que tendremos cuentos con finales felices será visibilizando las agresiones que se cometen en contra de la comunidad LGBT+, denunciándolas, hablando al respecto, no siendo parte del problema.

 

Y colorín colorado:

arendy.avalos@gmail.com

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