Equinoccio de primavera sin igualdad

En opinión de Lorena Elizabeth Castillo

Equinoccio de primavera sin igualdad

La llegada de la estación florida de este 2025 ocurrirá el 20 de marzo a las 9:02 del Tiempo Universal Coordinado (TUC); este momento equivale a las 03:01 horas del centro de México y significa que, en ese instante, el Sol cruzará el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte. De manera que, en la madrugada de este jueves 2o de marzo, la duración de la luz solar y la oscuridad será prácticamente igual, marcando el inicio de la nueva estación.

Aparte de las interpretaciones energéticas, astrológicas o astronómicas que implica a todo fenómeno celestial, se da una natural re-significación o simbolismo, en nuestro caso inherente a la promoción, difusión y, en muchos casos todavía, a la verdadera lucha que es necesario librar para convertir en realidad social, una vida libre de violencia para niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres adultas mayores.

Bajo esta óptica, el arribo de la primavera y la lucha de las mujeres por una vida libre de violencia puede y debe relacionarse con al menos media docena de propósitos que están más cercanos a la cotidianeidad del día a día de miles de mujeres mexicanas, para quienes el respeto a sus derechos humanos está lejos de ser una realidad, pero cuya concreción inicia, precisamente, bajo uno o varios buenos augurios de los muchos que tiene la primera estación del año.      

Por principio, la primavera es una estación que simboliza el renacimiento, la renovación y la esperanza. De manera similar, la lucha de las mujeres por una vida libre de violencia representa una búsqueda de un futuro mejor, libre de opresión y discriminación.

En segundo término, pero no menos importante, al igual que las plantas y las flores crecen y florecen en la primavera, las mujeres que luchan por sus derechos y contra la violencia buscan crecer en empoderamiento, autonomía y libertad.

La primavera es una celebración de la vida, la naturaleza y por las luchas históricas de las mujeres por una vida sin de violencia, por la dignidad humana y el rechazo a cualquier tipo de agresión y los abusos de aquellos que buscan destruir la autoestima y la libertad de las mujeres.

La primavera encarna, por tanto, el desafío a la opresión y la lucha contra las injusticias que, por desgracia, es un fenómeno vigente en todo México. Las mujeres que se levantan contra la violencia y la discriminación están desafiando los sistemas de opresión y luchando por un mundo más justo y equitativo y, por ello mismo, siguen siendo re-victimizadas por la impunidad de hombres protegidos por el sistema establecido. 

Por tanto, podemos conmemorar el arribo de un equinoccio de primavera más, sin embargo, mientras persista en México y en Morelos un solo caso de mujer violentada y su agresor impune y cobijado por intereses políticos, no podemos celebrar una primavera de igualdad y equidad ante la ley.