Cuando sea demasiado tarde… - Un distribuidor vial para la UAEM
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Esta semana anunciaron que se está en reuniones para el distribuidor vial para facilitar el ingreso al campus Chamilpa de mi gloriosa Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Por supuesto, no faltaron las voces señalando que ya es un proyecto añejo, cosa de la que no estoy seguro, pero sí tengo entendido que no es la primera vez que se menciona la idea. Debo de admitir que no conozco el proyecto en absoluto, a mí no me invitaron a participar en él (cómo si fueran a invitarme a lo que sea). Sin embargo, quisiera hacer un par de argumentos al respecto de la idea misma, no presumiría tener conocimientos de ingeniería, cuando desconozco por completo siquiera el lugar donde se proyecta la infraestructura. Sin embargo, le ruego, amable lector, me preste su lectura por unos minutos.
Todos los fenómenos asociados a la movilidad automotriz se derivan de tres fuentes principales: (1) la infraestructura, en virtud de su calidad y eficiencia; (2) el ser humano, dado que es el principal usuario de la infraestructura (los perros callejeros no cuentan, aunque su uso de los puentes peatonales sea excepcional); y (3) el punto de encuentro entre ambos. ¿Ha visitado usted la Ciudad de México? Dada la cercanía con la capital morelense, es muy común que se visite regularmente la capital del país. Pues bien, de la misma manera es posible que usted conozca el Periférico, especialmente los carriles inferiores. El argumento de esta columna empieza en los tréboles de dicha vía, aunque existe el mismo fenómeno en los tréboles de toda la ciudad. ¿Sabía usted que están construidos al revés? Si un vehículo circula sobre la vía principal y decide descender a la vía perpendicular, debe de ocupar el carril extremo derecho de la lateral (lo cual es correcto, uno no se puede desincorporar desde los carriles centrales), para acceder a la rampa del trébol. Sin embargo, para acceder a la rampa, debe de enfrentar el flujo de la rampa que permite el acceso de la vía perpendicular a la vía principal, haciendo difícil tanto la incorporación de los unos como la desincorporación de los otros. Esto hace una especie de candado que dificulta en gran medida la circulación en las cuatro aristas del trébol al mismo tiempo.
Pues bien, ahora considere el túnel que instalaron debajo de la glorieta de Emiliano Zapata, en el distribuidor vial de Buenavista, ese que siempre dicen que se le están cayendo las ballenas, pero no se han caído (hasta suben a un señor en una escalera a que se asome a ver si las ballenas siguen ahí). El ancho del túnel es adecuado, el alto es adecuado, ayuda en gran medida el acceso al principio de la avenida que lleva el mismo nombre que la glorieta, especialmente si viene uno de la Paloma de la Paz. ¿Cuál es el problema de dicho túnel? Que casi no se usa. La fila para acceder a la glorieta se puede llegar a hacer bastante larga debido a que los conductores no tienen ésa como su ruta más frecuente.
Siguiendo la línea de los túneles, piense usted en el acceso que hay a un costado de Galerías, casi desde los edificios del Poder Judicial de la Federación con salida a la autopista, por supuesto que en dirección Ciudad de México. ¿No está en esa dirección? Pues no, desemboca en el sentido que va hacia Acapulco. ¿Cuál fue la lógica de ese túnel? Lo desconozco, pero a mí me queda muy bien para regresar de dicha plaza comercial en virtud de dónde tienen ustedes su casa. Sin embargo, el túnel casi no se usa porque todo ese distribuidor fue construido con una lógica diferente (aunque su servidor desconoce cuál).
¿A qué me refiero? Que sería muy importante tomar en cuenta el diseño de la infraestructura, los trayectos habituales de los usuarios de las vías (los reales, no los que se piensa que son), y el uso verdadero que se le dará a la infraestructura en virtud de las cargas vehiculares, especialmente en las horas pico. ¿Cuáles son las complicaciones principales? Los embotellamientos. ¿Ha tratado usted de salir por la puerta 2 del campus a las 2 de la tarde (ahora que casi no ha hecho calor)? ¿Ha tratado usted de llegar a la Universidad entrando por la gasolinera de Buenavista a las 8 de la mañana? Esas son las cargas para las que tendría que estar preparado el nuevo distribuidor.
Se debe de considerar un nuevo factor: ¿van a hacer las incorporaciones directamente sobre la autopista? Justo en el tramo en el que todos los conductores circulan por encima de los 100 km/h debido a que van llegando a la gloriosa ciudad de la eterna balacera, o porque justo la van dejando? ¿Qué pasa cuando haya un atasco en la Paloma de la Paz, o como cuando hicieron los macro módulos de vacunación en la UAEM? Era más económico irse hasta la salida a Cuautla sobre la autopista, darse vuelta en U en el retorno improvisado de aquel distribuidor, y arriesgar la vida en una incorporación que conecta directamente con el carril de alta velocidad en un tramo en el que la velocidad promedio es de 120 km/h.
¿Qué va a pasar cuando un taxista considere que debe de tener el paso antes que el coche que viene en sentido contrario, y se atasque el acceso subterráneo a la universidad? El atasco se va a extender hasta los carriles de la autopista. Si toma usted en cuenta el placer que tiene el cuernavacense por meterse en la fila en segundo y hasta tercer carril, sólo hará falta un camión repleto de varilla que venga descendiendo por la autopista a 100 km/h y se encuentre de frente con un muro de vehículos obstruyendo todos los carriles de la autopista, cosa que nunca ha pasado en ese tramo, precisamente.
No voy a criticar el proyecto, principalmente porque no lo conozco y porque he tomado la firme decisión de evitar cualquier forma de crítica hacia el trabajo de mis compañeros. Sin embargo, me voy a permitir soñar con un acceso elevado, casi construirle un pequeño segundo piso a la autopista, que empiece antes de la curva desde donde se puede ver los campos experimentales de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y la Torre de Rectoría, hasta antes de la desincorporación a la Paloma de la Paz. Así se permite la realización de varios accesos de varias direcciones, que incluso puede llegar a tocar el circuito universitario en más de dos lugares: uno a la altura de dicha Facultad, y otro que permita arreglar la calle que está detrás de la gasolinera. Me lo imagino con una glorieta, y hasta una fuente. Quién sabe, igual y hasta podríamos llegar al campus en menos de 10 minutos.
El mensaje principal que les dejo es que toda planeación urbana de esta naturaleza debe de tomar en cuenta las costumbres y estilos de conducción de la población, del usuario, de lo contrario será condenada al fracaso y al aumento de estadísticas de accidentalidad y descontento social. Todo esto porque la agresividad vial (ahí viene mi libro) no ha muerto, pero recuerden que varios de los asesinatos que ha habido en las calles de la ciudad, son fruto de hechos de tránsito.