Cuando sea demasiado tarde... - Inoculación de la Inocencia
En opinión de Gabriel Dorantes Argandar
Esta semana, además de la captura de Grogu (Baby Yoda), hemos recibido varias noticias. La primera de ellas y en un carácter más local, salieron los resultados de las evaluaciones de la Permanencia en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. La Universidad Autónoma del Estado de Morelos presentó 19 programas, de los cuales la totalidad mantuvo su registro en el PNPC. La Maestría en Psicología de la Facultad de Psicología, programa que tengo el privilegio de coordinar, logró ascender de “En Desarrollo”, a “Consolidado”, avanzando la formación de recursos humanos a nivel posgrado en dicha disciplina a la vanguardia y al día con las necesidades de formación y solución de problemas del sector a nivel local, estatal, y regional. Esta acción fue gracias a la orientación, guía y supervisión de la Dra. Norma Betanzos Díaz, Directora de la Facultad, quien antes que su servidor también fungió como Coordinadora de este Programa. Este logro no hubiera sido posible sin el apoyo de todos los docentes y trabajadores que han abonado en las labores administración, docencia, dirección de tesis, comités tutorales, y comisiones académicas. Muchas gracias a todos por el incansable apoyo a toda la comunidad de psicólogos en una prueba más de compromiso, trabajo y solidaridad con la comunidad universitaria en general. La Facultad y la Universidad están de fiesta por estos logros que son para y por los estudiantes, y es motivo de orgullo poder proporcionar un granito de arena en hacer que mi Universidad sea cada vez más grande, más fuerte, y de más utilidad a aquellos a quienes sirve.
Lamentablemente, este logro llega con sabor agridulce. La pandemia ocasionada por el COVID-19 no ha sido erradicada, mucho menos controlada. No es necesario repetir mi carencia de confianza en el gobierno actual, pero tampoco considero que sea justo culpar a las figuras de autoridad por una labor que nos corresponde a todos los mexicanos. La estadística no miente, la frecuencia de contagio y mortalidad es superior ahora que estamos en semáforo naranja, que cuando estábamos en semáforo rojo. Dado, la actividad económica ha sufrido en gran medida por esta situación, pero el descontrol del contagio está más cerca que a la vuelta de la esquina. Compañeros de trabajo, familiares, amigos, y conocidos han sufrido en carne propia o por vínculo directo la realidad de dicha enfermedad. Cuando todo esto termine, es un hecho que no todos nos volveremos a encontrar.
Es por esta razón que le dedicaré el último párrafo de mi columna de esta semana a una petición a la sociedad en general: por favor cuídese usted y cuide a los suyos. La realidad económica de nuestro país y nuestro estado no ha permitido mantener la cuarentena, eso es un hecho. La gente tiene que pagar sus deudas, alimentar a sus familias, esas actividades son prioridad. Sin embargo, la realización de fiestas y reuniones de grandes dimensiones con fines que no sean enteramente económicos deben de suspenderse de inmediato. No es necesario que venga el pelmazo en turno a pedirnos que no salgamos de casa, es algo que todos sabemos y debemos de hacer. No hay necesidad de poner en peligro a sus amigos y familiares, pues usted, mientras lee estas líneas, puede ser ya un portador y fungir como foco de contagio. Las fiestas decembrinas serán una prueba difícil para la madurez emocional que tenemos como sociedad el día de hoy. Las próximas semanas determinarán para usted el número de familiares con los que podrá convivir en las fiestas de 2021. Las medidas determinadas por la comunidad médica del mundo tienen como fin proteger a los demás, no sólo protegerlo a usted. Le garantizo, el virus es real y tal vez usted no se vea afectado, pero la probabilidad de que sus seres queridos se vean afectados por sus propias acciones son altas. Si no desea usted tomar en cuenta su propia salud, tome en cuenta la de sus seres queridos, por lo que más quiera.
Por ahora no queda más que mantenernos a salvo, aislados y guardados (y esperar al siguiente jueves, para conocer el destino de Grogu y el Mandaloriano).