Resistencia y tradición comunitaria frente a la pandemia.
En opinión de Aura Hernández
Para el doctor Ricardo Melgar Bao.
En las últimas fechas y a merced de que ni siquiera en la ciencia hemos encontrado todas las certezas en cuanto a la pandemia de Covid 19 que azota al mundo, hemos dado en construir una moderna Babel en la que se escuchan voces sin ton ni son que nos iluminan pero que también nos confunden.
Son voces que a veces se contradicen pero que también mantienen sintonía al hacer el análisis de múltiples aspectos de la epidemia en donde la única cosa cierta es que nadie está preparado para esta histórica catástrofe.
Se habla de errores de los Estados, de malas prácticas sanitarias, de comorbilidades, de responsabilidades de las industrias prohijadas por el neoliberalismo salvaje y un largo etc., pero poco se discutido el papel de la cultura en las respuestas eficaces ante el embate de la epidemia.
Y cuando digo cultura no me refiero a la alta cultura sino al concepto que engloba todo lo hecho por el hombre y que nos podría dar respuestas para hacer frente a este momento de proverbial confusión.
Y en medio de esta torre de Babel, llena de “expertos”, no hemos reparado en el hecho cierto de las culturas originarias podrían hacer aportaciones extraordinarias en este momento de crisis sanitaria.
Pues es una hecho indudable que los pueblos que tienen una tradición comunitaria más robusta y que han mantenido milenarias prácticas culturales son pueblos que, si bien no han evitado la aparición de contagios de Covid-19, en muchos casos sí han logrado reducir la propagación del virus y las afectaciones a su población han sido menos letales.
En este inolvidable 2020, al conmemorar ayer el día internacional de los pueblos indígenas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sostuvo que “si bien los orígenes de Covid-19 aún no se han confirmado, investigadores conocen bien el vínculo entre el daño ambiental y las pandemias. Pero hay otro grupo de expertos que se han estado preocupando por la pandemia incluso antes de Covid-19: los pueblos indígenas”.
De acuerdo con el pronunciamiento de la ONU, los pueblos indígenas, gracias a sus conocimientos tradicionales y a su relación con el mundo natural, conocen desde siempre la relación que la afectación medio ambiente tiene el potencial de desencadenar enfermedades.
Pero no solo es el conocimiento del problema, sino que precisamente derivado de su bagaje cultural y de su organización comunitaria, los pueblos indígenas están tomando medidas eficaces para disminuir los efectos devastadores de la pandemia como el aislamiento voluntario y el cercamiento de sus territorios, así como medidas preventivas, que difunden y abordan en sus propias lenguas.
Según el texto publicado en el portal de la ONU, los pueblos indígenas al albergar el 80 por ciento de la biodiversidad del mundo, pueden enseñarnos cómo equilibrar nuestra relación con la naturaleza y por tanto como reducir los riesgos de futuras pandemias.
En Morelos, considero que se ha dilapidado ese capital cultural que entre otras cosas nos enseña la resiliencia y han sido los pueblos mismos los que están recuperando su tradición cultural para enfrentar la pandemia.
Es evidente que los municipios más afectados son aquellos en los que los procesos migratorios y de “modernización” han desconfigurado su identidad cultural y han mellado su organización comunitaria, como por ejemplo Cuernavaca y Jiutepec.
En tanto que municipios como Temoac, Hueyapan, Coatetelco, Zacualpan de Amilpas e incluso Tepoztlán han logrado a través de la participación comunitaria imponer medidas como por ejemplo el auto aislamiento y otras tantas para menguar la afectación de la pandemia.
De estos últimos municipios, es claro que no todos tienen las mismas características culturales, pero sí una tradición comunitaria vigorosa en la que la población aporta no solo, tiempo y recursos sino también acompañamiento en la toma de decisiones.
Tepoztlán es un municipio que tiene en el turismo una gran fuente de ingresos, pero también es cierto que es un municipio que ha dado muestras a lo largo de la historia que su organización comunitaria es ejemplar.
Así han defendido sus recursos naturales, así han defendido sus tierras y sus tradiciones y en esta pandemia no es la excepción, pues han sacrificado los ingresos por el turismo en aras de la salud de sus habitantes.
Y hoy me refiero solo a Tepoztlán, porque es uno de los municipios con más visibilidad por ser un referente en la cultura del estado de Morelos, pero el estado es rico en estos ejemplos en sus pueblos y comunidades de los que deberíamos aprender la cohesión comunitaria que nos permitiría enfrentar en mejores los efectos de la epidemia.