Columna Desde la Torre - Legado elecciones 2021
En opinión de Roberto Enrique Rodríguez Guerrero
No existe dudas de que el país está llegando al camino para consolidar la democracia, ubicando a los diferentes sectores de la sociedad en el lugar y partido que le corresponde, de ahí que podemos tener un legado que nos dejarán estas elecciones, con indicadores precisos, hechos significativos que pavimentan el camino a la elección del 2024.
Fue la elección más grande en la historia. La primera en la que los partidos debieron dar candidaturas a población LGBT+ ,(al menos un .06%); a los grupos indígenas; y poner al descubrimiento la participación en veda electoral de los artistas e 'influencers' que volvieron a atacar, violando la ley electoral para favorecer al Partido Verde Ecologista,-amenazado para perder su registro-; el partido en el gobierno MORENA aprovechó la intromisión del presidente de la República para dilapidar multimillonarios recursos para asegurar su clientela, los que son “favorecidos”, por los programas sociales, con la condicionante de que se vean reflejados los votos en esa desviación de dineros.
Andrés Manuel López Obrador y el partido de su propiedad Morena, quedaron en el plano vulnerable, dejaron de ser invencibles y las encuestas del súper hombre, que salvaría al país, comenzó a instalarlo en una fuerza política, tal y como lo fue el viejo PRI, con la diferencia en que en aquel partido se tomaban decisiones colegiadas con expertos en las diferencias de la administración gubernamental, actualmente es el gobierno de un solo hombre, el caudillo, el líder partidista, el activista, el desgaste por tantas acciones acumuladas, se dejó ver, que ahora el presidente de la República en una declaración que no debe de hacer porque viola la Constitución y reduce a su partido a la nada, manifestó que para tener la mayoría calificada se buscará la alianza con el PRI o con el que así convenga a sus intereses. La respuesta a esa propuesta es por el momento negativa, esperemos que los cañonazos no doblen la cerviz de los diputados federales de oposición.
La estrategia opositora del PRI, PAN y PRD, un casó inédito dio buenos resultados, pero se tiño de negro la jornada electoral al ser 90 ciudadanos asesinados y 693 agresiones contra políticos y candidatos, los hechos más violentos en 20 años.
Se deja escuchar en diferentes ámbitos la voz de la clase media y población en general que los apoya con la dinámica que hace que un país progrese y no se hunda el barco que, a cada intervención de AMLO, lo lanza en picada, el ¡ya basta! contra un presidente que insulta, agrede y descalifica todos los días, no merece ser el líder de un país tan maravilloso. La clase media y empresarial, son el motor de México no descansan cada vez más ponen lo mejor de sí, los mexicanos productivos se asignan la responsabilidad de trabajar unidos por el país, conscientes de que el tiempo ya se le termino al presidente López Obrador y hay que para sacarlo a él y a sus acompañantes.
El país que no despierta por completo, millones sin capacidad para discernir, cegados por su ignorancia, tenemos un serio problema sanitario-económico, con 10 millones de pobres más, una gran parte de lo que era la clase media, llegan a la pobreza, decenas de malas decisiones del presidente de la República que en nada merman su simpatía y su capacidad para llevar votos a su partido Morena.
21,585 (66.82%) eligieron la modalidad del voto por internet de la lista nominal en el extranjero-de 32,303 existentes- resultaron votos sin vigilancia y 766 personas que votaron desde la prisión.
A pesar del fuerte bombardeo y tratar de desprestigiar al INE, este organismo registra mayor credibilidad que la del presidente López Obrador. INE el orgullo de los mexicanos, que inicia el proceso de liquidación de los partidos que no alcanzaron el 3%, tendrán que informar el destino de 510 millones de pesos que le costó al país su aventura (Fuerza por México, PES y Redes Progresistas)
A sus 67 años, el presidente llega al punto de inflexión de su vida política. Las elecciones intermedias le marcaron los límites y ahora debe decidir cómo afronta la parte final del sexenio: más polarización o pacto con su archienemigo, el PRI. En juego está su legado y el futuro de México. Difícil que lo logre ya que el mandatario ha vuelto a su terreno de juego natural, el de la confrontación abierta, sin disfraz, tiene enfrente el pasado reciente, con el que quiere acelerar una ruptura, y todo lo que él cree que lo representa, de la judicatura a los inversores extranjeros, la prensa u organizaciones de la sociedad civil, priorizando la destrucción de la clase media. AMLO recibió un mensaje agridulce, los números garantizarán a López Obrador una holgada mayoría absoluta en la Cámara baja, aunque le alejan de su propósito central, que era el de alcanzar una mayoría calificada para acometer reformas constitucionales, pero no quitará el dedo del renglón, dejar una profunda carga ideológica en sus reformas, queda descartada la eliminación del Instituto Nacional Electoral-INE- por el momento, pero no cejará en disminuirlo, este organismo está entre las tres reformas que López Obrador, enviará para destruir el avance democrático; las otras dos: la Guardia Civil, tal y como fue su proyecto estará bajo el mando militar, acción que acabará con la seguridad pública, un craso error ya que en ninguna parte del mundo los militares atienden el tema civil; para rescatar a la CFE, es una clara muestra que la austeridad es el abaratamiento de la administración, si en realidad se quiere mejorar a la CFE tiene que competir para que se vuelva más eficiente, con certeza en el cobro, tema en el que hay mucha retórica y escasa realidad, provocando que esta empresa paraestatal sea cara y sucia.
Perder las alcaldías en la CDMX, es una señal que le envían desde el pasado cuando el PRI, pierde la Ciudad de México, Nuevo León y Querétaro, y en el 2000 pierde la presidencia, el referéndum revocatorio fijado para 2022 le servirá, básicamente, para intensificar su campaña, y el país continuará con serios problemas económicos. El legado es un panorama negro y desalentador, con acciones que tardarán décadas en reconstruir el país. La ciudadanía cuenta con estos tres últimos años de gobierno para decidir el porvenir de los mexicanos, ya no habrá otra oportunidad, no hacerle será caer en una dictadura más cruel que la de Venezuela.
La última y nos vamos: Queda en país un sabor agridulce, vienen las épocas más difíciles de sortear, con un presidente encaprichado en imponer su populismo, sin atender los problemas torales de la nación, ¿Cuántas mañaneras más?, para AMLO las que sean necesarias, continuar con la división y confrontación de la ciudadanía que es una herramienta para tener distraída a la población en asuntos triviales. Ante este panorama hay que tener un inconmensurable ánimo y actitud positiva, mucho, pero mucho entusiasmo e inteligencia para no caer en el garlito presidencial. Waka, waka, boom, boom.