Zona de Chalcatzingo: vestigios amenazados
El escenario se encuentra dentro de los 100 monumentos ¨más amenazados¨ del orbe
Desde un plano internacional, la zona arqueológica de Chalcatzingo, (situada en el valle de Morelos) está dentro de los 100 monumentos “más amenazados del mundo”.
Así lo revela un análisis de la World Monuments Fund. Cabe decir que, con base en investigadores del Centro INAH-Morelos, este sitio es considerado como “representativo del periodo preclásico en Mesoamérica, por la antigüedad de sus bajorrelieves y el estilo que éstos muestran en su iconografía”.
Así, Chalcatzingo destaca “por sus más de cuarenta grabados en bajorrelieve reconocidos como arte monumental con iconografía olmeca”. Además, el centro cívico-ceremonial contiene exponentes de otros periodos de ocupación, como el Clásico, Epiclásico y Posclásico, “manifestados en los elementos arquitectónicos que incluyen dos pirámides, una plaza y un juego de pelota, así como una escalinata-altar”.
De igual forma, explicaron que, a causa de las excavaciones efectuadas en aras de la conservación dentro del proyecto vigente, se ha propiciado la recuperación de “gran cantidad de esculturas en piedra –hasta el momento suman 47 monumentos– que proveen de información significativa acerca de la cultura local y olmeca establecida en Chalcatzingo para el Preclásico. El sitio es extenso y cubre más de 40 hectáreas; está circunscrito por dos afloramientos rocosos: el Cerro Chalcatzingo y el Cerro Delgado, los cuales se vislumbran imponentes desde el fondo del valle (Córdova Tello 2010)”.
Y destacaron que en este espacio “la permanencia de paisajes, asentamientos humanos, monumentos, rasgos y artefactos arqueológicos son variables a través del tiempo”.
Asimismo, en su investigación, dan cuenta que el uso de la tecnología al servicio de la conservación del patrimonio arqueológico se ha vuelto una práctica frecuente durante la última década, “lo que permite reconocer su utilidad y aporte en la preservación de diferentes bienes culturales, sobre todo aquellos que son tangibles”.
En Chalcatzingo se lleva a cabo esta labor desde 2010: “… los resultados han sido útiles para corregir daños en algunos monumentos y para mostrar detalles en otros, así como para visualizar piezas pequeñas en 3D”.