Y ¿Cómo debe ser el maestro de educación especial?
En opinión de Rosío Paniagua Chávez
El maestro de educación especial debe ser, de todo un poco, ser mamá y papá para los pequeños que buscan en sus brazos el calor amoroso cuando sus padres lo dejan en la escuela y deben calmar su llanto; debe ser un niño jugando con ellos a lo que más les gusta, recogiendo juguetes trás ellos y corriendo por todos lados para “atraparlos”. Debes ser doctor, para curarlos de sus caídas, aliviar su corazón cuando lloran sin saber por qué lo hacen; debe ser psicólogo, para entender los sentimientos de los niños y los padres, que traen una carga emocional tan grande que no les deja vivir una vida normal, escuchar con atención sus dificultades tratando de apoyar siempre. Debe ser creativo para inventar mil maneras de resolver cómo ayudar a sus niños en su minusvalía, inventar atriles, bastones, materiales de relieve, letreros de señas, organizar pictogramas. Debe tener una bolsa mágica, donde guarde pelotas pequeñas, dulces, pañuelos, crayolas y todo lo que se necesita para una emergencia. Debe ser un maestro con paciencia y amor, enseñando cómo hacer las cosas para que el niño aprenda a desarrollarlas en la vida cotidiana.
Sí, no es una tarea fácil, es por demás una tarea que se complica de acuerdo con lo que vive el pequeño en su contexto, es trabajar mucho con las familias que llegan a la escuela cargando una gran mochila con “no´s”, apoyar a los padres que tienen sentimientos de culpabilidad y enojo por la condición de sus pequeños, y quién los escucha es él, el maestro de educación especial. Quienes estamos al frente de un grupo de alumnos nos enfrentamos a tener una sensibilidad a flor de piel; así como sabemos las carencias de nuestros alumnos, reconocemos que vienen de un contexto abrumador de casa.
Y después de mis años de maestra de educación especial, reconozco que lo más importante para estar en este lado de la educación, es tener un gran espíritu de SERVICIO, saber que en cualquier momento van a necesitar de ti, que hay niños que solo cuentan con tu apoyo, porque a veces en casa no hay alguien que les haga sentir amor y respeto. Mirar sus caras de sonrisas limpias y abrazarles para que entiendan que lo hicieron bien, aplaudir de manera ruidosa para motivarlos en las tareas que logran hacer, aunque sea un poquito. Es un gran reto porque no sabes cómo va a llegar tu alumno cada día, la condición de vida que tiene cada niño es particular, de ahí que la preparación siempre debe estar al día, aprendes Braille, Lengua de Señas Mexicana, un poco de terapia física para los neuromotores, cómo usar los pictogramas para los niños con TEA.
Hoy quiero reconocer a ellos, a mis compañeros de educación especial, que se enfrentan a muchas carencias dentro de sus escuelas, pero que con el amor que se tiene de nuestra labor sacan adelante a sus pequeños, GRACIAS siempre GRACIAS.