Violencia sexual afecta a niñas de 9 y 10 años, denunció Aurora Aguilar
Hay registros de embarazos de menores entre esa edad, de ahí que la sufran; el Estado Mexicano no la ha reconocido
En Morelos, de forma cíclica, cada tres días una niña de 15 años tiene un alumbramiento
Hay registros de embarazos de menores entre los nueve y 10 años; por ende, éstas sufren “violencia sexual”, que el Estado Mexicano no ha reconocido, denunció Aurora Aguilar Rodríguez, del Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Género (CELIG). En Morelos, verbigracia, de forma cíclica (cada tres días), una niña de 15 años tiene un alumbramiento.
Refirió que ese delito no suele denunciarse; “se calcula que uno de cada siete niños son abusados; son violentados sexualmente”. Los agresores, “principalmente”, son los familiares cercanos: “… entre siete y ocho de cada 10 veces, (el culpable) está en su círculo familiar”. En primer lugar, “tíos, abuelos, padrastros, primos, hermanos, padres biológicos, vecinos y maestros”.
Precisó que a las organizaciones no les compete establecer una ruta jurídica para castigar este delito: “le corresponde a los diputados; lo que nosotros hacemos es el análisis del fenómeno y ponemos los datos”, aunque hay poca información al respecto.
Adujo que se deben determinar las causas para minar esta transgresión, que no distingue clases sociales, mas sí posee un vínculo con el hacinamiento: “si los niños duermen en la misma cama de los adultos, es evidente”. La violencia sexual contra la infancia no debe “minimizarse” y se extiende a comunidades indígenas, donde la mujer, con base en los usos y costumbres, es tratada como un objeto de “pertenencia” del padre.
Estableció las diferencias entre embarazos de 15 a 19 años y de 15 hacia abajo: hasta los nueve y diez años; éstos también se denominan “embarazo infantil y adolescente”. Una menor de ocho o 12 no puede consentir una relación sexual: “su cuerpo no está preparado”, lo cual debería ser considerado como una “lesión; de tal suerte que el Estado Mexicano tendría que proveer justicia”.
Además, dijo que, en algunos casos, las niñas no abortan el producto porque ni siquiera saben “qué es lo que está pasando” en sus cuerpos; la familia se entera cuando el “embarazo es demasiado evidente”. De ahí la insistencia de estigmatizar o poner una nomenclatura a este fenómeno, que sigue en aumento: “violencia sexual”, por ejemplo.
De igual forma, expuso que esto es “muy grave”; existe un dato que revela que México ocupa el primer lugar en violencia sexual infantil, de acuerdo a la OCDE, que es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.