Serpientes y escaleras - Violencia e inseguridad

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Violencia e inseguridad

Parecen lo mismo, pero no lo son.

 

Violencia e inseguridad

Con más de 134 mil homicidios, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se convirtió desde hace unos meses en el más sangriento en la historia de México; la violencia acapara la atención generalizada y la seguridad se ha convertido en el reclamo más fuerte de los ciudadanos. La estrategia federal de seguridad es un fracaso y como consecuencia lo son también las de los estados. Morelos no es distinto.

Hace algunas semanas un alto mando de seguridad me hacía una reflexión sobre la situación que priva en la entidad: “Morelos es un estado violento, no inseguro; y añadía: si revisas Los reportes del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, tu entidad se encuentra en la media o abajo en los principales delitos, pero hay más ejecuciones y delitos de alto impacto que en otras entidades”.

La explicación, me dijo, no es para justificar nada, simplemente para entender la manera como están las cosas; y continúa: “Desde hace varios años y sobre todo en los últimos meses se han incrementado exponencialmente las ejecuciones y los ataques armados; esto alarma a la gente, genera miedo y echa por tierra cualquier acción positiva de la autoridad porque la mayoría de la gente no alcanza a distinguir entre violencia e inseguridad”.

“El asesinato del regidor de Cuautla o de la persona en la gasolinera frente a las plazas comerciales (Averanda) son un ejemplo claro de lo que te hablo: en los dos casos se trató de acciones directas, sin víctimas colaterales ni más intención que de privar de la vida. Lo del regidor no fue un asalto, se trató de una acción perfectamente planeada en su contra; lo mismo ocurrió con el conductor del auto en la gasolinera. En ninguno de los dos casos se trató de un robo, ni tampoco hubo agresión a las personas que estaban alrededor”.

Este tipo de circunstancias influyen de manera directa en el sentir de las personas, de ahí lo que expone la última encuesta sobre percepción de seguridad del INEGI, que coloca a Cuernavaca como la sexta ciudad del país en donde los ciudadanos se sienten más inseguros. Ojo: la percepción no necesariamente es realidad: la capital de Morelos no es la sexta ciudad de la república en comisión de delitos, pero sí es la sexta en donde la gente tiene más miedo en las calles y en sus casas.

El 2024 inició de manera muy violenta en Morelos, casi desde el primer día se registraron hechos sangrientos y no hay semana en la que no se dé cuenta de algún atentado, ejecución, balacera o delito de alto impacto; ayer mismo ocurrió un asesinato a plena luz del día en la colonia Carolina, una de las más céntricas de la capital.

Sí concediera la razón a quien me asegura que Morelos es un estado violento, pero no inseguro, el problema sigue siendo el mismo y con más agravantes para las autoridades, porque aunque las estadísticas y los reportes oficiales hablen de una mejoría en materia de seguridad, mientras la sensación ciudadana más evidente sea el miedo, todo el discurso oficial se viene abajo. Y eso obviamente pega en la economía.

La percepción de inseguridad en Morelos impera entre la gente y en este proceso electoral se ha convertido en elemento central del discurso opositor; la mezcla es sumamente explosiva, porque por un lado están los ciudadanos temerosos de que algo les pueda ocurrir en su persona o sus bienes y por otro la arenga política que magnifica los hechos y utiliza el problema como una herramienta para ganar votos.

En este plano hay otros elementos que agravan la situación: en un frente está el comisionado estatal de seguridad, un marino enviado por el gobierno federal para hacerse cargo de la seguridad, ajeno al estado y distante de la gente local, a quien no le interesa nada más que quedar bien con sus superiores. Personalmente estoy convencido que la estrategia estatal de seguridad es fallida, pero en independencia de ello no hay voz del almirante explicando su trabajo, sus acciones y sus resultados. Más claro: para la mayoría de la gente el Mando Coordinado de Policía no sirve y a la CES no le interesa decir lo contrario.

Y luego está la capital, con una titular que padece de incontinencia verbal y ceguera testicular; contrario a lo que hace José Antonio Ortiz Guarneros, Alicia Vázquez Luna habla todo el tiempo y constantemente pierde la valiosísima oportunidad de quedarse callada. A la vista de los resultados la dama ha demostrado ser ineficiente en el trabajo que le encomendó el alcalde y paralelamente se ha convertido en una pesada carga para un gobierno que debe apechugar con las incoherencias que dice la dama, quien a lo largo de dos años ha culpado a los padres de los jóvenes delincuentes por no educar a sus hijos, a los ciudadanos que sufren el robo de sus vehículos por dejarlos estacionados en la calle, a las víctimas del delito por avisar de estos “a posteriori” o la última: “los delitos se magnifican en las redes sociales”.

La falta de coordinación entre los encargados de la seguridad es evidente no solo dentro de sus estructuras operativas, también lo es entre las diferentes corporaciones y niveles de gobierno; en el caso del estado y de la capital se trata de un mal añejo, de una situación que vemos desde hace muchos años, porque en lo que va del milenio los presidentes municipales y los gobernadores siempre han estado enfrentados.

Tanto a nivel federal como en el estado, las candidatas de la oposición han tomado el discurso de la inseguridad como bandera de campaña y al hacerlo le están ganando la narrativa a las abanderadas de Morena; localmente Margarita González Saravia refiere que su adversaria está usando demagogia en un tema sensible, que no existen propuestas concretas y lo peor, que se trata de alguien que en el pasado apostó por este modelo fallido desde el gobierno de Graco Ramírez.

Cierto. Pero la memoria de la gente es corta, sobre todo cuando se trata de la seguridad personal y la sensación de miedo; en el 2012 el PRD enarboló la bandera de la seguridad y a partir de ella estableció la narrativa de la campaña. Graco Ramírez arrancó once puntos debajo del candidato puntero, pero supo armar un buen discurso y venderse bien ante el electorado. Su propuesta de seguridad, por cierto, es la base del fracaso actual, pero de eso pocos se acuerdan ahora.

La violencia y la inseguridad son dos aspectos unidos, pero distintos; ambos están presentes en Morelos con derivaciones distintas, pero no se ha sabido o querido explicar la diferencia entre un problema y otro.

Quien conduzca la narrativa de la campaña tendrá una ventaja importante en la elección.

·         posdata

Los que vivimos son sin duda tiempos violentos. Violentos en lo físico, en lo político, en lo social, en lo personal y hasta en lo económico.

Lo que vemos en los medios de comunicación y en las redes sociales es violencia constante, agresiones de todo tipo, situación que, a pesar de ser muy grave, se ha normalizado. La moda es agredir, ofender, no importa el motivo.

Al iniciar esta semana me enteré que el coordinador de comunicación social del estado había recibido amenazas de extorsión y muerte a través de las redes sociales y mediante mensajes de WhatsApp, situación que lo orilló a presentar una denuncia ante las autoridades correspondientes.

El hecho es sumamente grave y no puede ni debe pasar desapercibido, no porque se trate de un funcionario, sino porque se trata de una persona como cualquier otra. Medios de comunicación, organizaciones ciudadanas y gobiernos hemos sido insistentes desde hace muchos años en la necesidad de ponerle un alto a la violencia en cualquiera de sus formas, en atajar acciones o expresiones que vulneren la integridad individual y en el caso particular de la prensa, resguardar la libertad de expresión.

Puedo estar de acuerdo o no con el desempeño profesional del coordinador estatal de comunicación social, pero en ningún caso avalaré que a él ni a nadie lo amenacen de muerte por el simple hecho de hacer su trabajo. Entendamos: la relación prensa gobierno es históricamente complicada, se trata de un constante toma y daca informativo en donde cada una de las partes hace su juego: la naturaleza del periodista es la crítica y la del comunicador social es la difusión institucional; es un constante duelo profesional en donde no debe existir rencor personal. El punto medio siempre ha sido el diálogo respetuoso y el acuerdo, situación que para los cretinos significa componenda.

Hacer de una relación profesional una pelea personal es desde cualquier ángulo inadmisible, trátese de quien se trate; los gobiernos van y vienen, los funcionarios cambian y hasta los medios de comunicación se transforman; lo único que queda al final de todo son las personas y su capacidad de entenderse, de dialogar, de discutir y hasta de discrepar, sin que ello implique agredirse. Se llama tolerancia.

Expreso mi respaldo a Alexander Pisa en esta situación y confío que las autoridades llevarán esta investigación hasta sus últimas consecuencias. En tiempos tan violentos como los que estamos viviendo actualmente en México y en Morelos, una amenaza no puede ni debe pasarse por alto.

A propósito de lo anterior, recordemos una frase que algunos le atribuyen a François-Marie Arouet, conocido más coloquialmente como Voltaire "No estoy de acuerdo con lo que dice, pero defenderé con mi vida su derecho a decirlo"

·         nota

Una vez más la dirigente estatal del Partido del Trabajo reiteró que su partido se sale del acuerdo de coalición con Morena; apoyarán las candidaturas de Claudia Sheinbaum a la presidencia y de Margarita González a la gubernatura, pero irán solos en los distritos y en los municipios.

No hay manera de cuantificar con exactitud lo que representa el PT compitiendo solo, ni a quien afectará más que postule sus propios candidatos. Lo único medible es lo que en números representaba el Partido del Trabajo para la coalición: 2 puntos.

Con los Tanios caminando solos, en la campaña que se avecina veremos cuatro propuestas electorales: la de la coalición de la 4T, la del Frente Amplio, la de Movimiento Ciudadano y los petistas. En el 2018 el PT perdió el registro a nivel nacional, pero gracias a las maniobras supralegales del gobierno federal los volvieron a la vida; en el 2024 puede suceder lo mismo en el país y en el estado, pero ya no se percibe ánimo que desde Palacio Nacional los vuelvan a rescatar.

El PT nunca ha sido una oferta atractiva en Morelos, todos los espacios que ha ocupado su dirigente estatal han sido plurinominales y en el 2024 se ve sumamente complicado que logre una posición por esa vía, porque su partido no tendrá los votos suficientes. Su reto primario, antes que ganar, será conservar el registro.

Para Morena la salida de Tania Valentina, igual que la de Arnulfo Montes Cuén son un alivio; ambos personajes tienen mala fama pública y su presencia más que ayudar, perjudica.

·         post it

Dice el alcalde José Luis Urióstegui que no está seguro si competirá por la reelección en Cuernavaca porque los partidos del FAM no se lo han confirmado.

Que no se desespere, aún y con su mal desempeño al frente de la ciudad es lo mejor que tiene el PAN para tratar de mantener el control de la capital

Ahora que si le dieran a escoger, mejor que pida una diputación plurinominal y que compita uno de los hermanos Terrazas.

Igual no es seguro que llegue, pero gastaría menos.

·         redes sociales

Los troles que ofenden y amenazan en las redes sociales están perfectamente identificados. Algunas cuentas son manejadas por políticos en decadencia.

Comentarios para una columna optimista: eolopacheco@elregional.com.mx

X: @eolopacheco

Facebook: eolopacheco

Threads: eolopachecomx

Instagram: eolopachecomx