Serpientes y escaleras - Un arranque difícil

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Un arranque difícil

Aunque sabían que no sería fácil, el panorama es más complejo de lo que esperaban

 

Un arranque difícil

Aunque tenían previsto un inicio complejo, conforme pasan los días los integrantes de la nueva administración estatal se están dando cuenta que las cosas están peor de lo que esperaban. “Nos dejaron poquito dinero” dijo al iniciar esta semana la gobernadora Margarita González, cuando reporteros le preguntaron si apoyaría a la universidad en la crisis financiera que enfrenta. El problema no es solo que hay pocos recursos, lo más grave son las irregularidades cometidas.

Pasada la elección del 02 de julio el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo instruyó a su equipo para que se gastara todo el dinero que había en las cuentas y dejaran a la administración con poco margen de maniobra para trabajar en el cierre de año. La orden fue del conocimiento de la gobernadora electa, quien reiteradamente pidió a los funcionarios salientes que fueran cuidadosos de su manejo, respetaran los tiempos políticos y no complicaran la transición.

Varias veces el entonces secretario de Hacienda Gerardo López Huérfano, mano derecha de la ahora magistrada Mónica Boggio, dijo públicamente que entregarían finanzas sanas a la siguiente administración y recursos suficientes para que salieran adelante con los compromisos de fin de año. Pero no fue así.

En las dependencias del gobierno estatal la orden se acató y prácticamente todos los secretarios comenzaron a gastar el dinero que había en las cuentas, pagando obras que no estaban concluidas o ni siquiera se habían empezado, licitando contratos que se realizarían en el gobierno siguiente y en algunos casos, como Ceagua, el Fideicomiso Lago de Tequesquitengo, Obras Públicas, Salud y Sedagro, moviendo el dinero de los bancos sin que hasta ahora los nuevos titulares conozcan a donde se fueron los recursos.

Aunque al final del sexenio pasado el gobernador suplente Samuel Sotelo trató de frenar la indicación del futbolista, la mano del futbolista a través de su hermano y de Mónica Boggio pesó más en los secretarios, quienes no respetaron sus indicaciones, se gastaron el presupuesto, escondieron información y sembraron problemas en sus oficinas para que explotaran en la siguiente administración. La orden era una: complíquenle las cosas a Margarita.

Prácticamente todos los funcionarios del gobierno de Cuauhtémoc Blanco cometieron faltas en sus respectivas oficinas y tendrán que responder a las observaciones que se les hagan; la mayoría de ellos se mimetizaron con la actitud de su jefe, piensan (aún) que nada les pasará porque desde México los protegerán. Quizá por eso fueron descuidados en el manejo de las dependencias y al final se abocaron a gastar todo el dinero porque, además, a varios de ellos les tocó una buena parte de este.

Pero el escenario para el ahora diputado federal parece estar cambiando porque la nueva presidenta de México no está en la misma línea de su antecesor, ni respaldará incondicionalmente las acciones de los gobernadores sin importar lo que hagan o digan de ellos.

Durante seis años Blanco Bravo estuvo en el ojo del huracán por sus constantes ausencias del estado, por su participación en una red de lavado de dinero que el propio gobierno federal tiene documentadas en dos expedientes, uno de ellos conocido como “Caso Primavera” y por sus supuestos vínculos con cabecillas de la delincuencia organizada.

Nada de lo que se acusó al gobernador de Morelos, así lo dijeran los propios morenistas, era escuchado por el jefe de la nación: de principio a fin lo protegió, desmintió todos los ataques en su contra, lo puso como ejemplo de buen gobierno y rechazó cualquier crítica bajo el argumento de que eran “golpes políticos”.

Esta semana en la conferencia mañanera la presidenta fue cuestionada sobre la corrupción y la denuncia por intento de violación que se atribuyen al exgobernador Cuauhtémoc Blanco; sin meterse al tema Claudia Sheinbaum fue contundente: “Que lo investiguen”, dijo, en un lo que fue un cambio drástico de las respuestas defensivas que siempre recibían los periodistas de parte del presidente López Obrador.

A pesar de que el balance del gobierno del futbolista es negativo, de que las críticas en su contra se multiplican, poco a poco van documentándose actos irregulares cometidos en su gobierno y mucha gente exige castigo a él y a su equipo, en el imaginario colectivo prevalece la idea de que, como siempre, la impunidad continuará y el daño que causó al estado quedará sin castigo.

Y puede ser: el sistema político mexicano está hecho para que así sucedan las cosas, para que a pesar de lo evidente sea muy difícil documentar las faltas y con cualquier argucia legal los culpables eviten la cárcel, como sucede con el ex alcalde de Cuernavaca Antonio Villalobos.

El problema es que la gobernadora Margarita González Saravia está construyendo su régimen en una narrativa sustentada en la honestidad, la decencia, cero tolerancia a la corrupción y combate frontal a la impunidad. Aunque oficialmente ningún funcionario ha dicho lo que ha encontrado en las oficinas, en los pasillos de poder es secreto a voces que hay casos de corrupción por todos lados y en todas las oficinas.

No hace falta que el nuevo gobierno confirme que hubo malos manejos en las dependencias, los propios trabajadores del gobierno, que son miles, hablan de ello y las historias se multiplican sin que exista hasta ahora una estrategia gubernamental para esa narrativa. Tal vez el plan es dejar correr la historia y apechugar después con el costo de permitir que un rumor crezca sin control.

El problema para la administración de Margarita González Saravia es doble, porque por un lado enfrenta una apretada situación financiera producto de la orden de su antecesor de gastarse todo el dinero y por otro la presión social para que actúe contra funcionarios que visiblemente violaron la ley, desviaron recursos y actuaron de manera incorrecta en sus respectivas dependencias.

No hay forma de que el gobierno actual salga avante de esta situación sin hacer nada, porque el daño causado por la administración anterior al patrimonio estatal es multimillonario e inocultable; las faltas están saltando por todos lados en forma de obras inconclusas, expedientes sin cerrar, adjudicaciones irregulares, facturas con sobre precio, empresas inexistentes y pagos por servicios que nunca se realizaron.

Eso sin hablar de los grandes temas que hay en áreas como Salud, la DGPAC, CEAGUA y la misma CES. “Por todos lados están brincando casos de corrupción” comentan funcionarios de segundo nivel de gobierno, gente que lleva años en la función pública y refieren que Cuauhtémoc Blanco fue igual de corrupto que Graco Ramírez, “pero en cantidades mucho mayores”.

“No va a pasar nada” es la expresión que se escucha por todos lados, incluso entre algunos funcionarios del nuevo gabinete. Es altamente probable que así suceda, que como siempre veamos a los corruptos salirse con la suya, pasar de funcionarios a millonarios sin que ninguna autoridad investigue el crecimiento exponencial de su patrimonio.

Si otra vez no sucede nada, quien pagará los platos rotos será la gobernadora Margarita González Saravia, porque muchos considerarán que estará cubriendo las tropelías de su compañero de partido y eso confirmaría que al final sí fue la candidata de la continuidad.

Corrupción que no se castiga, se multiplica.

·         posdata

Las campañas son momentos en los que, como en las justas deportivas, unos y otros portan la camiseta de su equipo/candidato favorito y pelean en las redes sociales como si ellos fueran a ganar algo.

La sabiduría popular destaca insistentemente la torpeza de pelear por un político, de hacer de una contienda deportiva una enemistad personal o, como dirían los militares, pelear batallas que no les tocan. Pocos siguen esta regla.

La elección pasada fue una de las más sucias, agresivas, violentas y vulgares que hemos visto en Morelos, los ataques contra las candidatas pasaron de lo público a lo personal y no se detuvieron en la frontera de la familia. La más agraviada en este sentido fue Margarita González Saravia.

Las redes sociales fueron el espacio donde muchos ciudadanos externaron sus opiniones, argumentaron su postura o de plano se metieron a la pelea en el lodo de los partidos. Hubo personas que se volvieron críticas férreas de Morena y de quién insistentemente llamaban “candidata de Cuauhtémoc y candidata de la continuidad”, entre otros adjetivos grotescos y vulgares no vale la pena repetir.

Esas personas eran a la vez entusiastas promotoras del FAM, de Xóchitl Gálvez en lo nacional y de Lucía Meza en lo local; las promovían, llamaban a votar por ellas, a rechazar todo lo que representara a Morena y a reflexionar “todo el daño que López Obrador había causado a México”.

Se vale que la gente opine como quiera y haga públicas sus simpatías, que desde su trinchera ciudadana promuevan a quienes mejor les parezca y como simpatizantes digan con franqueza lo que siente, aunque a veces no lo hagan de la mejor manera.

Algunas de esas figuras, hasta hace poco férreas críticas personales de Margarita González Saravia, se han incorporado a su gobierno y de la noche a la mañana se asumen como sus simpatizantes, ocupando espacios que bien pudieron estar destinados a personas con mucha más capacidad profesional y que se la jugaron con la hoy gobernadora.

¿Quién está decidiendo los nombramientos del gobierno?

¿No se dan cuenta a quienes están sumando a la administración estatal?

¿Quiénes los acompañaron en campaña no tienen la capacidad profesional para ocupar esos espacios?

En mi tierra a estas actitudes les llaman traición.

·         nota

Los bandos en torno a la petición de desafuero de la diputada Tania Valentina se han marcado: por un lado están la presidenta de la mesa directiva Jazmín Solano y el coordinador parlamentario de Morena Rafael Reyes; por otro el presidente de la Junta Política Daniel Martínez Terrazas; unos en contra de encubrir cualquier acto de corrupción y otro metiendo las manos al fuego por la acusada.

En medio están los demás legisladores, teóricamente alineados en cada uno de los bandos, pero expectantes de lo que pudiera derivar de una situación que va más allá de la diputada, tiene que ver con la estadía del fiscal morelense y añade como ingrediente particular el interés de la presidenta de la república de relevar del cargo a Uriel Carmona.

Se requiere ser muy inocente para no darse cuenta que estamos hablando de un todo, de temas entrelazados de una misma trama política, en donde las reglas del juego han cambiado y la fuerza del gobierno federal se puede volver a sentir en Morelos contra el titular de la FGE y contra todos los que se pongan de su lado.

Tania Valentina quiere hacerse pasar como víctima, como perseguida política, pero eso es algo que nadie, ni los propios, pueden creer. La suya es una historia de traiciones, componendas y múltiples complicidades con las figuras de poder; la diputada Valentina Rodríguez puede ser muchas cosas, pero no víctima.

En este ajedrez es más sencillo mover a un diputado que a un fiscal, sobre todo uno que tiene cola que le pisen. Si la FECC logra el desafuero de la diputada del PT, cambiarán todos los equilibrios al interior de la cámara de diputados.

·         post it

El presidente del Tribunal de Justicia Administrativa rechaza que los magistrados apoyen a los negocios que venden alcohol de manera irregular, como recientemente acusó el alcalde de Tepoztlán.

Aclaremos: David Demesa no dijo que “todos” los magistrados, solo habló de uno.

Y la sala que lleva los casos a los que se refiere el presidente municipal es la suya.

·         redes sociales

Ya habló el vicefiscal anticorrupción. Las cosas se le complican a la dipuTania.

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