Serpientes y escaleras - ¿Quién puede ser el candidato de la 4T?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿Quién puede ser el candidato de la 4T?

Todos los aspirantes tienen condiciones para competir. Cada uno es bueno en algo.

 

¿Quién puede ser el candidato de la 4T?

El cambio de oficina de Rabindranath Salazar y el proceso de renovación de la dirigencia estatal de Morena ha movido el ánimo de varios aspirantes a la gubernatura de Morelos; lo que para unos fue interpretado como un acercamiento con el presidente, para otros es visto como una señal de la debacle de sus aspiraciones. Aunque el ahora coordinador general de política y gobierno sigue siendo el favorito de muchos, la posibilidad de que alguien más sea el abanderado de la 4T en Morelos crece.

Observar lo que sucede dentro del Movimiento de Regeneración Nacional es obligado porque se trata del partido con más posibilidades de ganar las elecciones en el 2024; es tan alta la simpatía hacia esas siglas y tan baja la presencia opositora en la entidad que para la mayoría obtener la candidatura de Morena es, como en los viejos tiempos del PRI, el reto más grande en el proceso electoral.

Veamos las condiciones de cada uno de quienes aspiran a suceder a Cuauhtémoc Blanco en el gobierno estatal:

Rabindranath Salazar Solorio- El de Jiutepec es sin duda un personaje importante en la baraja de Morena porque ocupa el cargo público más alto dentro del gabinete federal y ahora se encuentra física y laboralmente adyacente al presidente de México. Los méritos políticos del funcionario radican en su habilidad para estar en el momento y lugar adecuados, aunque vista la forma como actúa Andrés Manuel López Obrador esto puede no servir de nada.

Al oriundo de Tejalpa se le reconoce que es un buen tipo, afectuoso y empático, aunque también es sabido que, salvo a su familia, nunca ayuda a nadie más. Electoralmente hablando no es la figura mejor posicionada del partido e incluso su bastión político se ha dividido; la mayor virtud que se concede a Rabindranath Salazar es su disciplina, de ahí el comentario de que el presidente “se la debe”, lo cual siendo sinceros es una hipótesis falsa que no le servirá de nada al momento que se tome la decisión. En castellano: AMLO no acepta deberle nada a nadie y en ningún escenario Rabín le exigirá al presidente que cumpla una promesa que nunca le hizo.

Margarita González Saravia- La directora de la Lotería Nacional es, de todos los aspirantes, quien mejores condiciones tiene en el 2024; su intento de ser la candidata de la 4T morelense se sustenta en la base que casi cualquier personaje surgido de Morena ganaría el proceso electoral, no importa su rentabilidad electoral o la estructura que tenga. En el caso particular de la dama la circunstancia que puede hacer la diferencia es que por razones de género el partido deba postular a una mujer y ahí no hay nadie que le haga sombra.

La apuesta de González Saravia es la más cómoda de todos, porque en caso de no ser la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional al gobierno del estado, su peor escenario es ocupar una de las dos posiciones al senado de la república, donde incluso sin hacer campaña, tiene un escaño asegurado. De todos los precandidatos la directora de Lotenal es la menos conocida, pero precisamente por eso desde hace varios meses realiza visitas todos los fines de semana a los municipios morelenses con el ánimo de sumar adeptos y posicionarse en las encuestas. Margarita no necesita hacer mucho, con un poco que suba en su conocimiento le tocaría una candidatura.

Juan Ángel Flores Bustamante- El alcalde de Jojutla es en este momento la figura mejor posicionada de Morena en el estado; su desempeño al frente del ayuntamiento sureño le permitió refrendar el cargo en el 2021, pero su personalidad, manejo y carisma lo han convertido en un Rockstar de la política morelense. Cierto: el municipio gobernado por el morenista no tiene el tamaño, la población o el empuje económico de otros, pero a pesar de ello el jojutlense ha sabido colocarse en el ánimo de muchas personas dentro y fuera del Movimiento de Regeneración Nacional.

La apuesta de Flores Bustamante es simple, no por ello mala; su objetivo es estar mejor posicionado que su partido, muy por encima de cualquier otro aspirante y con la capacidad de sumar voluntades en todas las fuerzas políticas y estratos de la sociedad. Juan Ángel conoce la máxima del presidente cuando pregunta “¿Quién tiene más pueblo?” y apuesta a eso, a ser una figura que no se cuelgue de las siglas de Morena, sino que aporte votos a la bolsa electoral del Movimiento de Regeneración Nacional. Si la decisión del partido es por encuesta, no hay duda que el candidato sería Juan Ángel.

Víctor Mercado Salgado- El secretario de transporte del gobierno estatal es el candidato de Cuauhtémoc Blanco para que lo suceda; a nadie le queda duda de ello: su presencia en todos los actos públicos, la fuerza que ha cobrado dentro del gabinete y la cercanía con el jefe del ejecutivo lo confirman. Item más: Mercado ha sabido ganarse el afecto y el respeto del gobernador con trabajo, con resultados y con lealtad; las tareas que realiza desde hace tiempo van más allá del ámbito de su competencia y en diversas ocasiones han sido requeridas para resolver problemas de otras áreas.

La apuesta del futbolista por su secretario es alta, aunque ello no borra el hecho que nunca en la historia de Morelos un gobernador ha dejado sucesor. Aún así la figura de Mercado Salgado es llamativa porque se trata de un funcionario que ha construido muchas relaciones a lo largo de su vida, porque dentro del gabinete es el que mejor trato tiene con la clase política y los medios de comunicación y porque a sabiendas de su cercanía con el jefe del ejecutivo es un funcionario discreto, sencillo y cordial. El apoyo de Cuauhtémoc Blanco por su cercanía con Andrés Manuel López Obrador sería importante para cualquiera, aunque en el caso de Mercado hay que añadir que se trata de un hombre con recursos propios y muchos aliados que sin dudarlo apostarían por él para que fuera gobernador. El mayor reto de Víctor Mercado no está en obtener la postulación, sino en aguantarse el peso de Cuauhtémoc Blanco en la siguiente elección.

Rafael Reyes Reyes- Ordenado en su actuar y meticuloso en el cuidado de la administración que tiene a su cargo, el presidente municipal de Jiutepec es una figura importante para Morena y un claro aspirante a la gubernatura. Las virtudes del edil son conocidas y se observan en la manera como funciona Jiutepec; el edil es uno de los políticos más experimentados en esta historia, alguien que entiende como se mueven las cosas en un proceso electoral.

A pesar de ello el alcalde ha venido perdiendo terreno social y político porque por decisión propia se colocó debajo de Rabindranath Salazar y se vendió como un complemento de ese proyecto, solo viable si por alguna razón su paisano no resulta nominado. En esta dinámica el alcalde se rezagó porque su homólogo jojutlese echó toda la carne al asador y le ganó terreno en la percepción; los dos munícipes dialogaron con Salazar Solorio y acordaron avanzar en unidad, pero solo uno de ellos advirtió que buscaría la gubernatura y únicamente en caso de no ser favorecido se sumaría. Rafael Reyes solo se agachó y al hacerlo perdió terreno frente a los demás.

Cada uno de los aspirantes tiene elementos con los cuales jugar, cuenta con fortalezas, con debilidades y tiempo para hacer ajustes. Un punto importante en esta historia se verá el 31 de julio cuando, se supone, se llevará a cabo la renovación de la dirigencia estatal de Morena, que en este momento controla Rabín Salazar. Todos los precandidatos morenistas tienen la vista puesta en ese proceso, incluso el gobierno estatal se prepara para incidir en la contienda interna porque saben que el manejo del partido ayudará a fortalecer aspiraciones. Si Rabindranath Salazar pierde la mayoría en el consejo, se equilibrarán las cosas en la contienda.

Dependiendo de cómo se observen, cada uno de los aspirantes tiene elementos que juegan a su favor; sin duda el coordinador de política y gobierno de la presidencia es un contendiente importante, más fuerte de lo que sus detractores dicen, pero menos consolidado de lo que sus huestes aseguran.

Si la decisión es política el candidato puede ser Rabin, si es por género será Margarita, si la decisión la toma el presidente puede ser Víctor y si la definen por encuesta será Juan Ángel.

Nada hay definido aún. En dos años cualquier cosa puede pasar.

  • posdata

La carta política del gobernador Cuauhtémoc Blanco para que represente sus intereses en el 2024 es Víctor Mercado, pero no es el único de su gabinete que se mueve de cara al proceso electoral. Alrededor del mandatario hay más personajes afines a su proyecto político que aspiran a competir por distintos cargos de elección popular desde Morena.

Hay que repetirlo: hasta ahora ningún gobernador ha podido dejar sucesor en Morelos, pero también es importante tomar en cuenta que nunca un gobernador morelense había estado tan cerca del presidente de México. El valor agregado que tiene el futbolista no está en su desempeño como administrador del estado, sino en el potencial electoral que tiene en la Ciudad de México.

Tres cosas debe valorar Cuauhtémoc Blanco de cara a ese proceso:

  1. Su apuesta por la gubernatura está sembrada en el secretario Víctor Mercado, un hombre bien relacionado en el estado, con capital económico para hacer una buena campaña y absolutamente leal a su proyecto; si él fuera el sucesor, nada de lo hecho en este sexenio preocuparía al exseleccionado nacional.
  2. Si la influencia con el presidente no es suficiente para que le concedan la candidatura a la gubernatura, Cuauhtémoc Blanco tendría que ver quién de los demás precandidatos de Morena le conviene, es decir, con cuál podría tener más empatía y posibilidades de dialogar una vez que deje el cargo.
  3. Todo hace suponer que el gobernador de Morelos competirá nuevamente en el 2024, pero ahora en la capital del país; sus posibilidades están en una delegación o en una senaduría por aquella demarcación, porque es en donde Morena quiere sumar votos; para que esa posibilidad se concrete primero debe cerrar bien su ciclo como mandatario estatal, es decir, librar las denuncias y los ataques que pesan en su contra y evitar que le apliquen alguna sanción que le impida participar en el siguiente proceso electoral. Esto último no tiene nada que ver con el apoyo del presidente, sino con actores locales y los fiscales: ellos son los que tienen el deseo y las facultades para inhabilitarlo.

En este último tramo de su mandato la regla del gobierno debe ser la conciliación, el reposicionamiento social y el cierre de heridas. Tres años fueron suficientes para generar enemigos y para desgastarse socialmente, ahora corresponde ir en sentido contrario, avanzar hacia una transición tranquila y pensar en lo que sigue después de que concluya su sexenio.

  • nota

La ausencia en actos públicos de la jefa de la oficina de la gubernatura es notoria; recién llegó al nuevo cargo se le veía en todos lados y su presencia lucía no solo por su personalidad, sino por el reconocimiento generalizado de que es una dama talentosa, inteligente y conciliadora, de lo mejor que tiene el gobernador.

Mónica Boggio es una pieza clave en el equipo de Cuauhtémoc Blanco, su arribo al espacio que antes ocupaba José Manuel Sanz regresó el brillo a una oficina importante que había desaparecido. Item más: como coordinadora de la estrategia política del gobierno la secretaria logró resolver en poco tiempo lo que nunca pudo o quiso su antecesor, amén de que ha retomado diálogo con muchos actores de poder que se habían distanciado del ejecutivo.

El reto de la jefa de la gubernatura no es sencillo: tiene que abonar a la gobernabilidad, recomponer la armonía al interior del gabinete, hacer trabajo político y atender los frentes abiertos durante tres años. Y además de todo lo anterior, ayudar a que mejore la imagen del gobernador, tema por demás sensible en esta parte del sexenio.

Mónica Boggio puede con eso y más, por eso está donde está.

  • post it

Van siete meses de gobierno y las cosas se le siguen complicando al alcalde capitalino. José Luis Urióstegui es un buen hombre, sin duda la mejor opción para gobernar Cuernavaca, pero la buena voluntad y la decencia no son suficientes para hacer que las cosas funcionen.

La falta de carácter del presidente municipal ya es comentada por todos lados, lo mismo que su sometimiento a los intereses de los hermanos Martínez Terrazas.

O reacciona pronto o el trienio volverá a ser un periodo perdido. Peor: lo mismo que sucedió con el accidente del puente: José Luis Urióstegui puede pasar de víctima a cómplice y terminar su mandato perseguido y repudiado, cargando los pecados de otros por su falta de decisión.

  • redes sociales

¿Quién le conviene a Cuauhtémoc Blanco que lo suceda si el candidato no es Víctor Mercado?

Simple: Margarita o Juan Ángel.

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