Serpientes y escaleras - Otra vez el presupuesto
En opinión de Eolo Pacheco
La elaboración del presupuesto es técnica, pero su aprobación es política
Otra vez el presupuesto
La negociación del paquete económico 2025 para Morelos pondrá a prueba a varias áreas de la administración estatal; el presupuesto es el eje rector de la actividad económica del estado, de él derivan la mayoría de las acciones que lleva a cabo la autoridad y dependen casi todas las promesas hechas por la gobernadora. ¿Lograrán su aprobación en tiempo y forma?
La propuesta del equipo de Margarita González Saravia es llamativa porque a diferencia de la línea que ha marcado el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en Morelos sí se considera el aumento de impuestos y la creación de nuevas tributaciones para distintos sectores.
Presentar el paquete económico sin haberlo cabildeado es algo que pocas veces se ha visto, porque cuando eso ocurre la negociación fracasa; en independencia del contenido, históricamente el presupuesto se dialoga con los sectores económicos y sociales y se consensa con los legisladores locales, quienes serán los encargados de su análisis, discusión y aprobación.
En esta ocasión no hubo operación política ni social, tampoco manejo de medios ni ha habido, hasta el momento, una postura oficial respecto al contenido: se elaboró y se mandó en crudo, es decir, sin explicar las razones ni justificar la creación de nuevos impuestos estatales.
Quizá la apuesta sea precisamente a la no aprobación del paquete económico para que aplique la reglamentación del año anterior, donde está vigente la libre transferencia y queda desechado el fondo de infraestructura municipal que manejan los diputados. Si ese fuera el caso el camino será tortuoso porque implica hacer de lado la política y continuar el camino seguido por el gobierno anterior.
Antes de extenderme con el tema presupuestal recuerdo algo: como candidata a la gubernatura Margarita González Saravia ofreció recuperar la política del diálogo, de los acuerdos, de la conciliación y la suma de esfuerzos; dijo que se acabaría la persecución contra quienes opinaran distinto, la compra de voluntades o la imposición. Seremos un gobierno diferente, prometió.
Como jefa del ejecutivo lo está haciendo: la dama no se mueve de lo dicho, actúa con congruencia, es una gobernante accesible, que dialoga, escucha y atiende personalmente los problemas, antepone el razonamiento a la fuerza y hace de lado la costumbre de corromper, amenazar o imponer.
Por eso llama la atención la manera como se presentó el paquete presupuestal: sin diálogo previo, sin negociación política, sin conciliación con los diputados, ni socialización con los sectores. La nueva secretaria de hacienda trabajó el documento en su oficina y lo llevó a la cámara de diputados sin ningún tipo de acuerdo previo. ¿De verdad piensa que se lo van a aprobar así?
Mirna Zavala fue diputada local y como representante popular le tocó recibir, analizar, discutir y aprobar tres paquetes económicos; como legisladora fue crítica de la forma como se envió el presupuesto desde el ejecutivo y también testigo de lo que resulta cuando se hacen así las cosas. ¿Entonces por qué lo hizo?
Aunque hablamos de un documento técnico, financiero y legal, la aprobación del presupuesto es eminentemente política y requiere de muchas horas de diálogo para alcanzar puntos de coincidencia. Suponer que las partes que intervienen en la aprobación se guiarán por el camino de la rectitud, la honestidad y el bien común es soñador e irresponsable: los diputados, particularmente los morelenses, son figuras corruptas que se mueven en función de intereses personales y de los beneficios que obtengan por su voto.
La propuesta presupuestal del gobierno que encabeza Margarita González Saravia es polémica porque plantea la creación de nuevos impuestos y el incremento de otros, modifica el fondo de aportaciones a los municipios, desaparece el fondo de infraestructura del congreso y mantiene vigente la cláusula de libre transferencia para el ejecutivo. Desde el ángulo que se vea es un planteamiento polémico, incómodo para la oposición y muy difícil de socializar.
Es claro que el ejecutivo necesita urgentemente elevar la recaudación, pero la creación de nuevos impuestos en un escenario de dificultad económica para los ciudadanos es una medida radical que puede acabar de golpe con la simpatía que ha logrado Margarita González Saravia en estos últimos meses. Aumentar impuestos ha sido históricamente una decisión que aniquila la popularidad de los gobernantes.
Nunca es buen momento para elevar las tributaciones, pero cuando se hace algo así, las autoridades llevan a cabo un profundo trabajo de cabildeo previo, de concientización pública y manejo mediático para que la decisión, impopular por naturaleza, cause el menor daño posible al ejecutivo.
Al no haber cabildeado ni socializado el presupuesto, la posibilidad de que no haya acuerdos y el próximo año se tenga que aplicar la misma reglamentación financiera que el año anterior se eleva exponencialmente. Quizá los asesores digan que con la libre transferencia no habrá problema para operar, pero seguramente omiten que en la opinión pública el triunfo será de la oposición, porque presumirán haber impedido la creación de nuevos impuestos y dañarán la imagen de Margarita González Saravia.
Los propios diputados, sin distingo del partido, deberán ser cuidadosos en este tema, porque si avalan que el ciudadano pague más impuestos en un estado donde las últimas tres décadas el dinero público se ha robado a manos llenas, cargarán con el costo social de esa decisión. Votar a favor de nuevos impuestos representa un duro golpe a las aspiraciones de los representantes populares que lo hagan.
Al interior del parlamento la aprobación del paquete económico no será sencilla porque no hay coincidencias ni siquiera dentro del grupo de Morena, donde varios de sus integrantes están molestos por la desaparición del fondo de infraestructura municipal, porque les piden que avalen la creación de nuevos impuestos sin obtener nada a cambio, a costa de su capital político y no respetan a su coordinador.
La oposición tiene claro que esta batalla la puede ganar con cierta facilidad porque el discurso en contra de nuevos impuestos se vende solo y del lado oficial no se está operando socialmente el tema, ni se cuida la narrativa. Para el PAN y sus aliados el mensaje es sencillo: no avalarán nuevos impuestos ni permitirán que les quiten dinero a los municipios. Esa narrativa es mucho más fácil de colocar que el cobro de más tributaciones.
En estos primeros meses de la legislatura la oposición ha demostrado ser más eficiente y profesional que el bloque de Morena; con ocho votos marcan la pauta del congreso y desde la tribuna es constante ver cómo Daniel Martínez Terrazas gana siempre el debate a sus pares, porque tiene mejor oratoria, mayor capacidad de argumentación y mucho más carisma. En Morena no hay nadie que le haga sombra.
Si no obtienen nada a cambio, los diputados opositores van a boicotear el paquete económico y saldrán ganadores de la discusión pública, porque habrán impedido que el gobierno le cobre más impuestos a la gente. Su mensaje se enriquecerá con los múltiples casos de corrupción en el gobierno de Cuauhtémoc Blanco y la falta de contundencia en el combate a la ilegalidad cometida en ese periodo. ¿Para qué autorizar más impuestos si el dinero se lo roban los funcionarios?
Operativamente hablando el ejecutivo tiene la ventaja porque aunque no le autoricen su propuesta podrá ejercer los recursos con la ley anterior y mover el dinero con la cláusula de transferencia. Socialmente el triunfo se lo llevará la oposición, porque si comunican adecuadamente, acabarán con la luna de miel del gobierno de Margarita González Saravia enarbolando el intento de cobrar más impuestos a la gente, victoria que capitalizarán en la elección intermedia.
Al final todos vamos a perder porque ante la ausencia de operación política y manejo de medios, la historia la contará quien marque la narrativa y siempre es más fácil vender el discurso anti-establishment, particularmente en casos donde la bandera es defender la economía familiar.
El gobierno de Morelos se encuentra en un momento muy complicado, arrastra deudas históricas de muchos años y requiere urgentemente allegarse de recursos frescos que le permitan operar en mejores condiciones. El paquete económico presentado por el Ejecutivo no considera aumentar recursos a las áreas, elevar el gasto corriente o abultar la carga burocrática, se busca dinero para atender las necesidades sociales y la operación de las instituciones. Pero eso el gobierno no lo dice.
Independientemente del contenido técnico, el paquete económico requiere operación política y comunicación.
· posdata
El Tribunal Federal Electoral confirmó el triunfo de José Luis Urióstegui en Cuernavaca.
El alcalde se mostró satisfecho de que se respetó la voluntad popular, aunque respetuoso de que Morena pueda recurrir a la sala superior para continuar con su demanda.
Recapitulemos: uno a uno, Morena le ganó al PAN en Cuernavaca a pesar de que compitió con una muy mala candidata y pésimos abanderados a las diputaciones locales; la diferencia estuvo en la coalición: con la suma de los votos de otros partidos, el Frente Amplio derrotó a la 4T en la capital y en muchos municipios.
Agradézcanle a quien diseñó el convenio de coalición de Morena.
· nota
El informe de cincuenta días de la gobernadora Margarita González Saravia fue para un pequeño grupo de poder integrado en su mayoría por funcionarios y miembros de la clase gobernante, es decir, fue un evento para los de casa.
Cuando se cumplan los cien días seguramente habrá otro informe, pero más escueto porque la mitad de lo realizado en ese periodo ya se habrá dicho.
Lo trascendente en este tipo de ejercicios de “transparencia y rendición de cuentas” (¡ajá!) no son los datos que ahí se presumen, sino las acciones y decisiones que de ello derivan y la capacidad de quien las organiza para lograr que la gente las reconozca.
Cuando tomó las riendas del gobierno municipal José Luis Urióstegui prometió que su equipo estaría sometido a una constante evaluación y que dependiendo de los resultados habría ajustes y/o cambios en el equipo o en la estrategia. Tres años más tarde no hubo ni evaluación, ni cambios, ni estrategia, todo quedó en demagogia.
¿Será diferente en el caso de la gobernadora?
· post it
Margarita González Saravia salió al paso de la polémica que ha desatado su presupuesto: “No hay nuevos impuestos, son impuestos que ya estaban y solo se actualizan; casos como los de Airbnb, que son plataformas que usan todos los servicios municipales y no están regularizados, ya estuvimos en pláticas con ellos y se va a hacer el cobro respectivo para aumentar la promoción turística del estado; estamos desfasados en el cobro de impuesto sobre la nómina y se va a actualizar”
Por enésima ocasión tiene que ser la propia jefa del ejecutivo quien atienda los problemas que saltan por fallas de su equipo y hace el trabajo que corresponde hacer a otros en su gobierno.
¡Alguien ayude a la gobernadora!
· redes sociales
El triunfo o fracaso en la negociación presupuestal es algo que deberá estar considerado en la evaluación de cien días de la nueva administración.
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