Serpientes y escaleras - Ley y justicia

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Ley y justicia

No es lo mismo aplicar la ley que impartir justicia.

 

Ley y justicia

El proceso de renovación del poder judicial de Morelos es complejo, llevará tiempo y empieza por erradicar la impunidad al interior de esa institución; la elección del nuevo presidente del TSJ mostró que no todo está perdido porque aún existen magistrados que buscan transformar el modelo de impartición de justicia en el estado y una actuación más apegada a la imparcialidad que al interés económico personal. La expectativa en el magistrado Gamboa es alta, el tiempo mostrará si está a la altura del reto.

La semana pasada los representantes de los poderes legislativo y judicial en Morelos se reunieron en una charla que versó en la necesidad de dialogar y sumar esfuerzos; a diferencia del pasado reciente en donde hubo pugnas y poco trato, derivado del estilo personal de Rubén Jasso, el del jueves pasado fue un encuentro cordial y benéfico para ambas partes.

El llamado de varios integrantes del congreso local al nuevo titular del TSJ fue por acabar con la corrupción interna y cortar la impunidad que ha sido característica de esa institución desde hace varios años; el mensaje fue general, pero quedo claro que el destinatario de los recados era el expresidente Rubén Jasso.

Los problemas en los tribunales morelenses no iniciaron en el periodo del magistrado Jasso Díaz, pero a nadie queda duda que bajo su mando en el Poder Judicial morelense se acentuaron los actos de corrupción, el tráfico de influencias, el nepotismo y los negocios al amparo de la institución. Obvio: fue público el manejo del presidente, de su padre y cínica la forma como, dicen, le ponían precio a las resoluciones; con esa forma de actuar el magistrado presidente estaba imposibilitado para llamar a la honestidad y castigar los abusos.

En estas primeras semanas Luis Jorge Gamboa da señales de querer cambiar las cosas, empezando por la revocación de los nombramientos de jueces que de último momento y sin cumplir con el procedimiento realizó su antecesor. Luego vinieron las acusaciones por irregularidades financieras y finalmente la denuncia de que Rubén Jasso Díaz se ha negado a realizar el proceso de entrega recepción.

Los ojos de muchos están puestos en el poder judicial porque incide en muchos aspectos de la vida pública del estado, pero sobre todo porque del trabajo de jueces y magistrados dependen miles de personas que todos los días acuden a los tribunales en busca de justicia pronta, imparcial y expedita.

Al nuevo titular del Tribunal Superior de Justicia corresponde poner las bases de la recomposición de la institución, comenzar a cambiar la manera de trabajar y limpiar de vicios al TSJ; obviamente el cambio no se logrará en solitario, requiere de la suma de esfuerzos y el convencimiento de quienes hasta ahora se han dejado llevar por la corriente y han actuado e sincronía con lo que hace la cabeza.

Nada logrará Jorge Gamboa si primero no se hace de un liderazgo real que vaya más allá de los magistrados que lo favorecieron con su voto; el nuevo presidente conoce perfectamente la institución, cuenta con una amplia carrera judicial, pero necesita ir más allá de lo que ha hecho hasta ahora para poder modificar el status quo.

El cabildeo interno y las coyunturas políticas externas le sirvieron para ganarle la partida a Jasso Díaz a pesar del apoyo institucional que recibió de parte del ejecutivo, pero para hacerse notar más allá del cargo y trascender como una figura que impulsó el cambio en la impartición de justicia necesita ser congruente y darles validez a sus palabras. Cada vez que inicia un periodo escuchamos al nuevo presidente hablar de cambios y mejoras, pero al poco tiempo vemos que la conveniencia, los intereses y la comodidad los lleva al mismo lugar que a sus antecesores.

Los profesionistas del derecho son un sector muy amplio y participativo en Morelos, se trata de una esfera sumamente politizada y activa que no solo dominan el manejo de la ley, también entienden el valor de la comunicación y la utilizan desde las múltiples trincheras que han creado para hacerse escuchar.

Hasta ahora la llegada de Jorge Gamboa ha provocado simpatía porque se le concede la gracia de haberle ganado a un personaje que a pulso obtuvo el repudio colectivo; sus señalamientos contra la administración anterior y sus expresiones de corregir las fallas del pasado son aplaudidas, pero hasta que todo lo anterior no se convierta en hechos, la fortaleza y el liderazgo del presidente serán solo de papel y terminará muy pronto.

Desde hace años en Morelos vivimos una severa crisis en los tres poderes del estado, el desencanto colectivo es evidente porque en ninguno se han cumplido las promesas ni existen mejoras que adviertan un cambio real en las cosas. Peor: cada vez la situación se torna más confusa y queda en evidencia que las complicidades y los intereses personales son más fuerte que los buenos deseos y las promesas.

El caso del poder judicial es más grave aún, porque a diferencia del Ejecutivo y el Legislativo en donde la esencia de su actuación es política, en el Poder Judicial la regla debiera ser la aplicación de la ley con un espíritu de justicia, situación que no ocurre desde hace muchos años porque los intereses internos y las complicidades están por encima de los juramentos que los miembros de los tribunales hicieron al tomar el cargo.

Un punto que acentúa este problema está en la falta de comunicación del poder judicial: en Morelos el TSJ es el único poder que no tiene voz, que no comunica de manera cotidiana y que deja que la información fluya sin control. Ahí está el origen de su problema de percepción y la razón de que el TSJ de Morelos este catalogado como uno de los peores poderes judiciales del país, uno de los más corruptos y en donde los nexos con grupos criminales son más evidentes.

El desafío del magistrado Gamboa es enorme y comienza en lo personal, por poner el ejemplo, por decidirse a impulsar un cambio real, por llevar a cabo acciones concretas que mejoren la operación de los tribunales, por modernizar la institución y mejorar su percepción pública. El otro camino es continuar igual, hacer lo mismo de siempre, crear redes de complicidad, lucrar con la impartición de la ley y venderse al mejor postor.

El reto de Luis Jorge Gamboa está en lograr que en el poder judicial de Morelos no solo se aplique la ley, sino que verdaderamente se haga justicia.

  • posdata

Los hechos de violencia en Morelos son cada vez más alarmantes: el viernes pasado a plena luz del día agredieron con disparos de arma de fuego al presidente municipal de Tlalnepantla Morelos, Ángel Estrada Rubio; el edil resultó herido en ambos brazos y fue trasladado a una clínica en la capital. Los agresores, como siempre, huyeron.

Al momento de escribir estas líneas no se había aclaro el motivo del atentado, algunos apresuradamente lo relacionaban con actos de la delincuencia organizada, pero otros referían que el incidente podría derivar de un problema personal con el edil, a quien describen como un hombre autoritario, prepotente y explosivo, que guarda rencillas con muchas personas.

Cualquiera que sea la razón no se justifica un acto de este tipo; parece improbable que el ataque proviniera de un grupo criminal, porque de ser así la agresión pudo haberle costado la vida. En el video que captó una cámara de seguridad se observan a dos personas llegar en una motocicleta, una de ellas se baja y lo ataca, pero por la forma como actúa y el resultado de sus disparos no da la pinta de ser un pistolero profesional.

Este hecho, empero, muestra la vulnerabilidad de las autoridades y lo peligroso que resulta el cargo. Esperemos que esta situación no se repita en nadie más y que en lo particular las autoridades den con el paradero de los agresores, para que se aclare la situación y el hecho no quede impune.

  • nota

Incongruencias de la justicia:

Los magistrados son profesionales del derecho, jerárquicamente están por encima de los jueces y tienen la importante encomienda de revisar imparcialmente la impartición de justicia. En una palabra: son profesionistas cuya herramienta principal es la ley.

Lo que denunció la semana pasada el presidente del poder judicial es delicado: su antecesor se rehúsa completar el proceso de entrega recepción y no quiere aclarar ni documentar acciones referentes con el fondo auxiliar y el fondo de patrimonio. En síntesis: no quiere cumplir con la ley.

Jorge Gamboa ha hecho público que Rubén Jasso está en falta, la pregunta obvia es ¿Qué va a hacer al respecto?

  • post it

El esfuerzo que realiza el alcalde de Cuernavaca José Luis Urióstegui es loable, aunque poco trasciende la labor que realiza día a día. Los problemas que heredó el abogado son enormes, muchos tienen que ver con temas económicos y asuntos legales a punto de explotar y decisiones que se tomaron en contra de los intereses de la ciudad.

Aunado a ello está el hecho que, políticamente hablando, José Luis Urióstegui está solo, no tiene el apoyo real del partido que lo postuló, ni aliados en los poderes ni el los otros dos niveles de gobierno. La labor del edil es enorme, en solitario y casi siempre a contracorriente, por los problemas que tiene que atender.

El rostro del abogado expone el tamaño de la presión que recibe y el esfuerzo que todos los días debe hacer no solo para atender las múltiples necesidades y requerimientos de la ciudad, también para no explotar o darse por vencido.

El gabinete capitalino está dividido en dos: el equipo de José Luis Urióstegui y el equipo de los hermanos Martínez Terrazas; en los segundos están Pablo Aguilar, Laura Hernández y muchísimos trabajadores que cobran en la nómina con el patrocinio de los panistas, aunque muchos de ellos sean aviadores; del otro lado están todos los demás, incluidos aquellos que no están totalmente de acuerdo con el presidente municipal, pero repudian al regidor Adrián Martínez Terrazas y a todo lo que representa.

Entre el edil y los hermanos Terrazas parece existir un pacto de no agresión, una especie de convivencia tolerada en donde los panistas tienen una presidencia paralela y el alcalde jala las riendas para que el equipo no se confunda. Esto implica un permanente desgaste anímico, porque como los propios funcionarios municipales lo comentan, conlleva un trabajo diario para frenar los abusos, transas y excesos de la tríada.

Mientras José Luis Urióstegui no se conceda a si mismo el peso social y político que tiene y entienda que es él quien le da valor a la presidencia municipal y no el PAN (mucho menos los hermanos Martínez Terrazas), la convivencia con ese clán será cada vez más difícil.

Vale la pena repetirlo: en el 2024 con José Luis Urióstegui como candidato el PAN tiene posibilidades de refrentar el triundo en la capital de Morelos, pero sin él no hay manera de que Acción Nacional gane la elección en Cuernavaca.

Item más: el abogado Urióstegui es un ciudadano más cercano al obradorismo que al panismo (hizo campaña con AMLO en el 2012), pero sobre todo es alguien que es reconocido por su personalidad, por su historia de vida y la honestidad con la que se ha conducido en lo público y en lo privado.

¿Qué tal que en la siguiente elección quien lo postula como candidato ciudadano es Morena?

  • redes sociales

Próximanente se inaugurará en Jojutla el parque Mundo Imágyna, un proyecto del Dr Sonrisas que atenderá a miles de niños que en México enfrentan enfermedades crónicas y terminales.

El parque consta de cinco hectáreas con una inversión de más de 300 millones de pesos y será inaugurado el próximo 30 de junio, impactará directamente a seis mil niños y a sus familias, amén de generar una extensa fuente de empleo.

¡Bravo por este tipo de acciones!

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