Juego de Manos - All you need is love (dicen)
En opinión de Diego Pacheco
Como en todos los años, junio se pinta de arcoíris para celebrar el amor, la diversidad y aquellos valores que, para bien o para mal, posicionan las diferentes industrias e instituciones que buscan un espacio en el ojo de la sociedad. Asimismo, es un momento en el que los discursos llaman a la inclusión, al respeto y a la empatía, para los cuales es importante tener memoria sobre las promesas emitidas, pues estas no deben tener fecha de caducidad, sino de cumplimiento.
Entonces, ¿cómo vamos en materia de inclusión y diversidad? La última publicación de la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (Enadis 2017), del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), da cuenta de que el 3.2% de la población de nuestro país señaló no ser heterosexual (aproximadamente 2.7 millones de personas). Bajo esta línea de ideas, destaca la declaratoria de que el 36% de la población encuestada no estaría dispuesta a rentar una habitación a personas trans, el 32% no lo haría con personas lesbianas o gay, y una de cada diez personas no les gustaría que una persona gay o lesbiana fuera electa para la Presidencia de la República. Las cifras, evidentemente, están desactualizadas y podemos anticipar que en la actualidad ha habido modificaciones en la materia; no obstante, sería idealista considerar que el problema está resuelto.
A manera de paréntesis, hoy (5 años después) el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) está próximo a publicar los resultados de la primera Encuesta Nacional de Diversidad Sexual y de Género (Endiseg), un ejercicio estadístico realizado de forma presencial y virtual del 23 de agosto del 2021 al 21 de enero del presente año. La fecha tentativa para la publicación de resultados es el próximo 28 de junio, hay que tener marcada la fecha.
Por otro lado, la compañía Ipsos, dedicada a la investigación de mercados a nivel global, ha dado a conocer la encuesta global LGBT+ Orgullo 2021, realizada en diferentes países alrededor del globo. Existen dos datos que llaman la atención. Primero, que las tendencias en favor de la comunidad LGBT+ y la garantía de sus derechos van en acenso con las nuevas generaciones, es decir, que las personas más jóvenes tienen opiniones más positivas respecto a la comunidad en comparación con sus antecesores. Por otro lado, que México se sitúa por encima del promedio global en cuanto a opiniones positivas respecto a la comunidad—para lo que vale la pena señalar que el 53% de las personas encuestadas señala haber tenido un cambio de parecer respecto al matrimonio igualitario durante los últimos 5 años— en casi todas las categorías.
Los aspectos donde no se cumple con esta constante son los correspondientes al cuidado de la infancia, donde el 59% de las personas están de acuerdo con la adopción homoparental (2 puntos porcentuales debajo de la media global) y el 60% está de acuerdo con que las parejas homoparentales tienen la misma probabilidad que las parejas heterosexuales de criar correctamente a niños y niñas (2 puntos porcentuales debajo de la media global).
Entonces, más allá de la comercialización de esta celebración, o de los gritos triunfalistas en favor del amor —que tiene su relevancia particular—; es importante que cada persona, desde su respectiva trinchera, haga un trabajo de reflexión acerca de la problemática —aún real y grave— de discriminación a la comunidad LGBT+ en México y en el mundo.
Rifles en EEUU
Las últimas noticias de nuestros vecinos del norte que han alcanzado nuestra agenda se centran, en su mayoría, en tragedias ocurridas en suelo estadounidense que involucran el uso de armas de fuego. Específicamente, la masacre ocurrida en Uvalde (donde 21 personas perdieron la vida) llamó la atención debido a la gravedad y magnitud de la tragedia; sin embargo, tan solo este sábado se llevaron a cabo 5 tiroteos, con lo que se supera la cifra de los 240 sucesos ocurridos en lo que va del año.
En ese sentido, la nación dividida por un bipartidismo práctico se sume, por enésima vez, en un debate en torno a la regularización más estricta de las armas de fuego en el país. Ojo, este debate nacional se enmarca en el proceso electoral intermedio que se desarrolla en los Estados Unidos. Así, la postura republicana se mantiene firme en favor del acceso al armamento, mientras que la demócrata apuesta por mayores restricciones respecto a estos objetos.
La administración pública y la política caminan en paralelo, por lo que las problemáticas sociales que alcanzan la agenda son utilizadas como estandarte por los bandos políticos. Este fenómeno se reproduce en todo el mundo. He ahí la importancia de las movilizaciones sociales y medios de comunicación que, con el eco de sus voces, posicionan problemas dentro de la agenda y ejercen presión para que se de pie a la acción pública. El problema invisible no existe, y el más llamativo —aunque pueda no ser el más urgente— será el que obligue su solución (parcial o profunda).
Por cierto
Continuando con lo que escribimos la semana pasada, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, firmó un decreto mediante el cual se prohíbe la circulación y comercialización de Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina, Sistemas Similares sin Nicotina, Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina, cigarrillos electrónicos y dispositivos vaporizadores con usos similares, así como las soluciones y mezclas utilizadas en dichos sistemas. El acuerdo se encuentra vigente y quienes incumplan con este serán sujetos a las sanciones que señalen las disposiciones jurídicas aplicables.
Ahora bien, aunque esta publicación se hace bajo la justificación de protección de la salud de personas consumidoras y terceras, el problema histórico de la prohibición es que incentiva al surgimiento de mercados negros y contrabando. Es decir, que más allá de evitar el consumo de estos productos, se da pie a una venta externa al sistema tributario y exenta de filtros de control de calidad, poniendo en riesgo a las personas que, inevitablemente, buscarán nuevas vías para hacerse de estos mecanismos.
Es necesaria una regulación integral, que podría quedar estipulada dentro de la Ley General de Consumo de Tabaco, con la finalidad de que el comercio de estos productos abone a la recaudación tributaria nacional, se establezcan los filtros de calidad necesarios para que el producto se encuentre dentro del marco de lo seguro (no confundirse con sano), y se establezcan características mínimas de fabricación para mitigar los daños medioambientales que ya ocurren.
Los piratas de la modernidad navegan en redes sociales: