El Tercer Ojo Fumata Bianca. Habemus Rectora en la UAEM
En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara
Por vez primera dentro de la historia de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) la Junta de Gobierno de la misma elaboró una propuesta de terna integrada por tres mujeres aspirantes a la asunción del cargo de Rectora (la Dra. Viridiana Aidé León Hernández, la Dra. Lorena Noyola Piña y la Dra. Fabiola Alvarez Velasco), hecho que, por sí mismo, abría la puerta hacia la elección, también por primera vez, de una mujer al cargo más importante dentro de la UAEM.
Hoy (viernes 17 de noviembre), en sesión extraordinaria del Consejo Universitario fue electa, por mayoría calificada, la Dra. Viridiana Aidé León Hernández como rectora para el periodo 2023-2029.
Tengamos presente que más allá de la discusión sobre el formato de la votación, queda claro que la elección fue legal y legítima, con base en los criterios normativos institucionales.
Ahora bien, me permitiré realizar una reflexión con base en una comparación de los parámetros de elección de rector entre tres universidades autónomas en aras de valorar los alcances de participación de la comunidad universitaria en tal proceso decisorio.
En tratándose de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) los integrantes de la Junta de Gobierno (15 miembros) deciden, en nombre de más de 300 mil universitarios, quién será el rector; mientras que, por el lado de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), en sentido contrario, los más de 80 mil universitarios, mediante un proceso electoral abierto y universal para la comunidad universitaria y mediante el voto secreto, se determina quién asumirá el cargo de rector. A medio camino, entre estos dos extremos de los procesos de elección de rector, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), el Consejos Universitario (integrado por un promedio de 150 miembros electos para tal cargo) deciden, en nombre de una comunidad de poco más de 45 mil universitarios quién asumirá el encargo de conducir los derroteros de la institución.
No parecerá suficientemente sólida esta comparación para valorar cuál de los tres parámetros de elección es más o menos democrático y participativo de las propias comunidades universitarias; también es preciso que, por su naturaleza como por su diversificación geográfica y de niveles, programas y centros educativos se valoren las implicaciones económicas, políticas y académicas que se requieren y derivan de estos procedimientos de elección.
Cómo sabemos, la UNAM es de carácter nacional lo cual demandaría un proceso complejo en todos estos planos de análisis; ahora bien, la UAGro se ubica en un estado sumamente extenso y con ciertas características económicas y políticas que favorecieron las condiciones para que la misma hubiera determinado el procedimiento enunciado; para el caso de la UAEM, pese a tener una comunidad numerosa, geográficamente se encuentra en una entidad federativa pequeña y con rango de influencia regional también pequeño.
Si valoramos estas tres formas de elegir rector, nos daremos cuenta que en el caso de la UAEM el Consejo Universitario es el “objeto del deseo” de las diferentes fuerzas y grupos políticos y académicos de interés pues es en éste donde se deciden todos y cada uno de los cargos (rector y directores de unidades académicas y centros de investigación), siendo estos, a su vez, integrantes del propio Consejo Universitario (prácticamente un tercio del mismo), mientras que los dos tercios restantes se conforman con un representante académico y uno estudiantil por cada unidad académica o centro de investigación, además de una representación de cada sindicato (dos sindicatos) y de la Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos (FEUM).
Es este el escenario de las disputas y confrontaciones ideológicas, políticas y académicas.
Para el caso de la UAGro el grueso de los votos provienen, naturalmente, de los estudiantes, particularmente de los que se hallan en las preparatorias (prácticamente 50 mil), por ello, las campañas se dirigen hacia estos sectores.
En la UAEM, las campañas se orientan a los Colegios (de directores y profesores) de consejeros universitarios, los sindicatos y la FEUM.
La UNAM, no vive estás dinámicas.
Si la votación del día de hoy fue así de clara y contundente, pudiérase pensar que más allá de los proyectos académicos de las integrantes de la terna, hubo ”acuerdos” para favorecer a una de las candidatas.